25. Sospechan de mi familia

421 37 1
                                    

1 de mayo de 1981

James Potter

Ya habían pasado unos meses desde el nacimiento de Harry y las cosas dentro de casa estaban yendo demasiado bien, aunque no podía decir lo mismo de lo que ocurría fuera. Decidí que lo mejor que podía hacer, era quedarme escondido con mi familia para protegerles. Sirius y Remus se encargaban de protegernos desde fuera. Era un poco complicado todo esto, es verdad que a veces tenía que salir, no quería que pensaran o intuyeran cosas. Necesitaba poner a mi familia a salvo sin importar nada y sabía que eso a Amelie no le gustaba, prefería que estuviera con ella a salvo.

Ahora me encontraba en nuestro hogar con mis padres que habían sido un gran apoyo para mí, era demasiado bueno que los dos estuvieran conmigo, no quería que nada malo les pasara, por eso estaban con nosotros, así podía cuidarlos también.

Todo estaba yendo demasiado mal, demasiadas muertes, y según Marlene varios de nuestros amigos habían muerto y estaba demasiado preocupado por Dorcas, Mary, Alice, Frank, Lily... No sabía que podía hacer para poder cuidarlos de todo esto, al igual que no sabía como proteger a Remus y Sirius. Estando escondido se me hacía demasiado complicado, pero debía intentarlo.

No podía dejar que más gente perdiera la vida, nuestro plan seguía en marcha y Dorcas se encargaría junto a Remus y Sirius de robar los horrocruxes y cuando fuera el momento indicado todos los destruiríamos y Amelie se encargaría de Voldemort. No me hacía gracia, porque no quería perderla por nada del mundo, pero era su decisión y debía respetarla. Solo esperaba que de verdad todo saliera bien porque no podía perderla.

Miré a mis pequeños, y debía reconocer que era lo mejor que me habían pasado en este mundo. Harry y Alya crecían demasiado rápido y sentía como si me estuviera perdiendo todo. El tiempo ahora pasaba demasiado rápido a pesar de estar escondidos.

Los miré, en nada Alya tendría dos años y era una niña bastante inteligente y bueno, el pequeño Harry era un terremoto, pero no podía decir nada por qué yo era igual.

Ahora él estaba sentado en mis piernas, viendo a Alya jugar con unos peluches, Harry también tuvo uno, pero porque hizo un pequeño berrinche, así que Alya le dio uno de sus peluches encantada. Los dos se llevaban demasiado bien, y compartían habitación, porque Alya lo había pedido por así decirlo, así que casa mañana nos los encontrábamos durmiendo en la cuna de Harry y era algo hermoso. 

No podía creer que fuera padre de unos hermosos niños. 

Sonreí al ver como Alya le contaba cosas a Harry, obvio le costaba pronunciar muchas palabras, solo tenía dos años, pero lo importante es que lo intentaba y eso era divertido. A veces se frustraba porque no le salía una palabra y verla de esa forma hacía que sonriera.

Mi madre estaba cocinando junto a Amelie, mientras que mi padre se encontraba viendo la televisión, aunque duró poco, porque decidió unirse a nosotros y se colocó cerca de Alya para jugar con ella.

A ella le encantaba eso, mi padre también la quería demasiado y disfrutaba de pasar tiempo con ellos. No tenía ningún problema y era algo divertido como dos pequeños niños jugaban con él y a veces le sacaba todavía más canas de las que ya tenía.

Deje a los niños jugando, obvio que cerca mío para saber que todo iba bien, Alya era muy cuidadosa con Harry y lo quería demasiado, prácticamente eran hermanos y siempre estaba ahí para él, no podían estar mucho tiempo separados.

—¿Estás bien hijo? —asentí con una pequeña sonrisa viendo a los niños.

En verdad estaba agotado y ya quería que todo esto acabara de una vez, no podía con todo estoy por mucho que quisiera creer que sí, era una mentira.

No Promises ||James Potter|| ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora