11. Se acabó

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1 de febrero de 1979

James Potter

Me encontraba en el Ministerio trabajando, demasiados papeles y estaba demasiado harto de todo esto. Ojalá pudiera ver a Amelie de nuevo, pero sabía que era algo realmente imposible, ella estaba ahí y yo al menos la protegería de lejos.

 La extrañaba demasiado y cada día estaba aún más angustiado por ella, no saber nada me estaba matando lentamente y no sabía que más hacer para salivarla de ese infierno.

Solo la quería a mi lado a salvo, pero estaba claro que eso sería muy difícil con la familia que tenía.

Por mucho que Regulus intentara protegerla no me sentía aliviado en absoluto, sabía que Regulus la cuidaría muy bien, pero mi miedo era mayor.

De pronto vi corriendo a Sirius preocupado buscando a alguien con la mirada, hasta que me vio y se acercó a mí rápidamente, no me gustaba para nada eso, seguramente significaba algo que no estaba preparado para escuchar.

—James...

—¿Qué ocurre? —me acerqué preocupado— Dilo de una vez Sirius.

—Amelie intentó suicidarse —escuchar esas tres palabras fue como sentir que alguien me apuñalaba en el corazón, me dolía demasiado y por un momento dejé de escuchar todo a mi alrededor. 

Ella no pudo haberlo hecho, ella debía estar bien.

—Paso hace un mes... —le miré sorprendido.

—¿Un mes? —levanté la voz enfadado, ¿cómo se les había ocurrido ocultarme algo como esto?

—James, ni siquiera Reg lo sabía hasta hace unos días, ¿te recuerdo que Regulus está en Hogwarts? Nadie sabía y por lo que me dijo, Amelie ha quedado en coma, lleva desde que paso en San Mungo por petición de Regulus, así que ahora ella está ahí custodiada por algunos mortífagos, pero podemos ir con tu capa, Regulus puede ayudarnos, puede ayudarte. Aunque no tienes mucho tiempo para estar ahí, creo escuchar que mañana se la vuelven a llevar a la Casa de los Black sin importar si despierta o no.

—Entonces solo así podrían matarla Sirius. Sus padres no les importa perder a su hija y tu madre está deseando a que ella muera —él suspiró.

—Lo sé, pero Barty, Evan y Lucius van a intentar cuidarla todo lo que puedan y esperemos que despierte pronto.

Solté un bufido, no confiaba en ninguno de esos tres, no quería que ninguno, ni siquiera Quejicus estuvieran cerca de ella. La prefería alejada de todos ellos.

—Quiero ir —Sirius asintió.

—Regulus está fuera del Ministerio, escondido por supuesto, ya que hay traidores por todas partes, y no queremos que le pase algo —asentí y juntos salimos del Ministerio, para ver a lo lejos a Regulus dándonos la espalda.

Al llegar Sirius carraspeó y él se giró para vernos. No tenía un buen aspecto y se notaba que había estado llorando, al igual que su falta de sueño.

—¿Estamos listos? —tanto Sirius como yo asentimos y nos aparecimos a las afueras de San Mungo.

Sirius sacó de su mochila la capa.

—Bien, detrás mío siempre hasta que podamos entrar, ningún ruido y con cuidado. Si esto sale mal, acabaréis muertos y Amelie también —los dos volvimos a asentir, colocándonos la capa de Invisibilidad. 

Una vez ya preparados accedimos en San Mungo para ir a la habitación de Amelie. Efectivamente, estaba custodiada por dos mortífagos, lo que no me esperaba es que fueran Evan y Barty.

No Promises ||James Potter|| ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora