31 de octubre de 1981
Amelie Minette Potter Rosier
Hoy era Halloween una época para pasar tiempo con tu familia o ir a pedir caramelos felices por las calles. Lastimosamente, yo no tenía esa suerte, recuerdo que todos los Halloween que había pasado en Hogwarts. Estábamos escondidos, pero eso no significaba que fuera horrible, aunque hoy iba a ser el gran día, hoy acabaríamos con Lord Voldemort y estábamos demasiado nerviosos. En unas horas James estaría fuera con los niños y estaría aquí esperando que Voldemort apareciera.
James había cambiado tanto, pero no de mala manera, después de todo, le entendía, yo igual había hecho cosas imperdonables, pero los dos estábamos mejorando para que los niños tuvieran unos increíbles padres, merecían muchísima felicidad y James y yo nos encargaríamos de eso.
Los meses siguientes habían estado bastante tranquilos, o al menos dentro de nuestro hogar lo estaba, era obvio que nos seguían buscando, era obvio que Voldemort quería encontrar a Harry costara lo que costara, pero no se lo dejaríamos tan fácil.
Todo esto era una pesadilla, estar encerrada en estas cuatro paredes no me ayudaba para nada, sentía que en cualquier momento me volvería loca, pero lo bueno es que hoy sería el día en el que tanto James como yo terminaríamos con todo. Él dejó de salir para hacer sus misiones, llevaba ya tiempo encerrado con nosotros y sentía que era lo mejor porque podrían atraparlo y lastimarlo y era algo que no podía permitir.
Ya era algo demasiado obvio que la Profecía no iba para los Longbottom, pero sin importar nada, ellos seguían escondidos y protegidos, ninguno debía sufrir y los niños merecían tener a sus padres y tener una vida normal después de todo.
Me levanté de la cama y noté que James no estaba, estaba segura de que estaba en la planta de abajo con los niños, solía levantarse temprano y se ocupaba de todo para que mamá Euphemia y yo no tuviéramos que hacer nada. Era un increíble padre, esposo e hijo, debía reconocer que estaba demasiado orgullosa de él, porque a pesar de todo, demostró que sería una buena persona y siempre intentó mejorar y cambiar para bien y eso demostraba demasiado de él.
Me terminé de preparar y salí de la habitación para escuchar desde la planta baja la risa de Harry y Alya, inconscientemente se me formó una sonrisa y bajé para encontrarme a James y a los niños riendo mientras jugaban con los juguetes en el suelo de la sala.
Me quedé ahí viéndolos con una sonrisa mientras los observaba, agarré la cámara que había en la mesita al final de las escaleras y les hice una foto, amaba fotografiar estos momentos.
Lo había hecho desde Hogwarts por lo cual Harry podría ver las fotos cuando creciera. Decidí guardar todas las fotografías en una gran caja que estaba escondida en mi habitación bajo la cama. Al igual que había muchas fotos de Regulus para que Alya supiera de él, Sirius encontró algunas fotos de Regulus con la madre de Alya y en ellas se veía la felicidad de Reg, ojalá las cosas hubieran sido diferentes. Tal vez hoy estaría con nosotros ayudándonos y tendría su final feliz con su pequeña, pero lo haríamos por él.
Ganaríamos por él.
Los padres de James se fueron a noche a una casa escondida, alejada de todo y es donde llevaríamos a los niños. James se ocuparía de eso, aunque sabía que él quería quedarse conmigo, tenía miedo y le entendía perfectamente.
Dejé la cámara y me acerqué a ellos para sentarme al lado de James. Él me sonrió dándome un beso en la mejilla y Harry se acercó a mí con una pequeña sonrisa para que lo sentara en mis piernas y eso hice.
Alya hizo lo mismo con James y los dos abrazamos con todas nuestras fuerzas a nuestros pequeños ángeles.
—Estaremos bien James —le susurré y él asintió callado mientras abrazaba a Alya.
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No Promises ||James Potter|| ✔️
FanfictionDonde James Potter está cansando de ser el bueno. O Donde Amelie Rosier le demuestra el mundo horrible en el que se ha metido.