22. La Profecía

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2 de febrero de 1980

Ya había pasado unos dos meses desde que le di a James la noticia de que seríamos padres, y es verdad que habíamos decidido ocultarlo. Las únicas personas que lo sabían eran mi madre, Remus, Sirius, Marlene y Pandora. Nadie más sabía sobre esto, no queríamos arriesgarnos, al igual que ahora solía permanecer más tiempo en casa y James también.

Cuando les dimos la noticia a Sirius y Remus, el primero empezó a emocionarse y a celebrarlo, verlos tan felices por esta noticia después de todo lo que estaba pasando era algo demasiado lindo de ver.

Desde que supieron que estaba embarazada no hubo ni un momento en el que no me cuidaran o tuvieran cuidado con todo lo que hacían. Se preocupaban demasiado por mi salud y por la salud del bebé.

Era tan adorable verlos de esa manera, aunque a veces solo quería tirarles un florero en la cabeza a cada uno. Sabía que estaba embarazada, pero tampoco debía estar todo el tiempo en la cama.

Ahora me encontraba cocinando algo en los que los chicos iban a algún sitio, aunque más tarde deberíamos ir los cuatro a otra parte y sinceramente no sabía nada, ninguno de los tres quiso decirme más, así que hasta que no llegáramos no sabría nada. 

Esperaba al menos que no fuera peligroso ni nada malo.

Una vez que terminé de cocinar, sonreí viendo mi vientre, todavía no estaba tan abultado, pero era lindo sentir que un pequeño bebé se estaba formando en mi interior. Era algo tan lindo y aterrador, tenía miedo de que le pasara algo. Sinceramente, no quería que nada le pasara y sabía que tenía que tener mucho cuidado, aunque lo tenía. 

El miedo igualmente seguía ahí, pero tenía que pensar que todo estaría bien, tenía a tres chicos que me cuidaban y yo era lo suficiente responsable para cuidarme por mí misma. Por algo dejé un poco el tema de los horrocruxes, aunque le había mandado una carta a Pandora y una vez que diera a luz intentaría ayudarla en todo lo que pudiera.

Debíamos lograr destruir todos los horrocruxes antes de que Voldemort se diera cuenta de que le faltaban.

Estaba asustada, no sabía si el plan saldría después de todo, y sabía que debía contárselo a los chicos, porque estaba segura de que me ayudarían, pero no quería meterles en más problemas. 

¿Qué pasaría si Voldemort se enterara? Podría acabar demasiado mal y no podía permitir que nada malo les pasara a ninguno. Así que de momento Pandora y yo nos encargaríamos de todo esto, hasta estar seguras de que todo estaba yendo bien, en ese momento se lo contaríamos a los chicos.

Una vez que terminé de cocinar, me senté en el sofá a esperar a los chicos, no iríamos a ese sitio antes de comer. 

Un rato después los tres llegaron los chicos con expresiones cansadas en sus rostros, me levanté para verlos mejor y ninguno tenía alguna herida grave. Estaban los tres bastante bien, pero estaba segura de que estaban demasiado cansados.

—¿Estáis seguros de que queréis ir hoy a ese sitio? —James asintió abrazándome.

—Debemos ir, Dumbledore quiere hablar con nosotros —miré sorprendida a James.

—¿Dumbledore? —él asintió.

—Vayamos ahora, necesito volver a casa cuanto antes para dormir —dijo Sirius soltando un pequeño bostezo.

—¿No vais a comer? —les pregunté una vez que me separé de James para verlos a los tres. 

Ellos negaron.

—No tenemos mucha hambre, así que vámonos. Habíamos quedados con él en el castillo para hablar de algo urgente.

—¿Qué tan urgente es? Me gustaría saber por qué tenemos que ir hasta ahí, además, podría ser peligroso para los cuatro.

No Promises ||James Potter|| ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora