No Promises ||James Potter|| ✔️

23. Debo esconderlos

20 de mayo de 1980

James Potter

Habían pasado ya tres meses desde que nos habíamos enterado de la noticia y en ese momento cuando él nos la contó quise matarlo en ese momento por poner en riesgo a mi familia. No podía creer que después de todo, ahora mi familia estaba en más riesgo porque querían matar a nuestro bebé.

Estuve demasiado pensándolo, y a pesar de que sabía que no era lo correcto, debía hacerlo por el bien de mi familia, no podía perderla por nada en el mundo. No después de todo lo que habíamos sufrido para estar donde estábamos.

Hace un mes Amelie y Pandora nos contaron su plan para acabar con Voldemort y aunque estuve enfadado porque me lo hubiera ocultado, sabía que ella al igual que yo quería acabar con él.

Así que esta vez no lo haríamos por separado, lo haríamos juntos como la gran familia que éramos. También les contamos nuestro plan a Marlene, Lily y a Dorcas. Así que solo quedaba destruirlos en el momento indicado. 

Aunque debíamos esperar, las cosas estaban demasiado complicadas y tanto Amelie como yo decidimos que lo mejor sería escondernos. Al menos el bebé y ella tenían que estar a salvo, y a pesar de que se negó muchas veces, al final le tocó aceptarlo. Yo seguiría siendo fiel servidor de Voldemort para no llamar la atención, al igual que los chicos.

Lily, Marlene, Dorcas y Mary se ocuparían de que nadie de la Orden sospechara de nada. Cuando fuera el momento, todos juntos destruiríamos a Voldemort y a Dumbledore. No dejaríamos que él siguiera manipulando a la gente a su antojo.

Se acabó ser los peones de cada uno, teníamos una vida y queríamos luchar por ser libres y tener la vida que nos merecíamos. Decidí que mis padres se quedarían escondidos con Amelie, así que ella no estaría sola y mis o padres estaban a salvo.

Todos estábamos preparados, para vengar a toda la gente que había muerto en esta vida.

No dejaríamos que más muertes ocurrieran, así que haríamos todo lo que estuviera en nuestra mano para conseguir que nuestra gran familia saliera de esta guerra, costara lo que costara.

Estos meses habían sido complicados y Voldemort me quería más cerca que nunca, así que llevaba un mes sin saber nada de Amelie, lo único que sabía gracias a Sirius es que estaba bien. Así que mientras yo trabajaba fuera, también me había ocupado de buscar una casa en Godric's Hollow. Les di todas las instrucciones, así que según sabía ya deberían estar instalados. Sirius sería el Guardián y Amelie desde dentro, buscaría todo lo que necesitaríamos para lograr nuestro plan. Remus le había conseguido varios libros antiguos, así que mientras nosotros de fuera nos ocupábamos de casi todo, ella tenía el trabajo más importante y el más complicado.

Ahora me encontraba en una misión con Sirius y Remus, los tres estábamos muy bien escondidos, siendo unos espías, para sacar cualquier tipo de información para Voldemort. Sabía que él intuía algo, pero no decía nada. 

Necesitaba un poco más de tiempo, no quería que lo descubriera ahora, pero dado todo lo que estaba pasando, temía que supiera antes de la Profecía.

Teníamos que tener mucho cuidado ahora, cualquier movimiento en falso, podría complicar nuestro plan. No podíamos arriesgarnos ahora, después de todo lo que nos habíamos esforzado y nos estábamos esforzando.

Miré a los chicos aburrido, eso de estar aquí sin hacer nada no me gustaba, prefería quedarme en casa con mi mujer disfrutando de las patadas de nuestro bebé.

—No sé por qué estamos haciendo esto sinceramente, estábamos muy bien en casa y James con su mujer —lo que yo pensé hace unos segundos.

Las personas de la Orden por fin se fueron y recolectamos bastante información, así que volvimos con Voldemort y le conté todo lo que habíamos visto sin dejarme nada. Una vez que acabamos todo me alegré de saber que volvería con mi familia por unas semanas.

Aparece en Godric's Hollow e hice todo lo que tenía quehacer para acceder a casa y entré volviendo a poner el hechizo. 

Ni bien puse un pie dentro, fui recibido por mi hermosa mujer que me abrazaba sin solarme. Sonreí como un estúpido mientras le abrazaba demasiado fuerte, pero sin hacerle daño.

—Te extrañé —susurró ella levantando su rostro para verme.

—Yo igual, ¿y mis padres?

—Es tan en la sala, hay algo de lo que tenemos que hablar y tiene que ver con Regulus —me callé, esperando que siguiera hablando—. Vino Pandora con una persona, es una niña James. Hasta hace días no me atreví a leer la carta que me dejo Reg, pero Pandora insistió así que lo hice. James, él se sacrificó para ayudarnos, eso confirma todo lo que pensamos, y no es todo. Él amaba a otra persona, había encontrado a esa persona que le hacía feliz, al igual que tú me haces feliz. Lastimosamente, ella murió en el parto, pero la bebé sigue viva y desde hace días ella vivía con Pandora, pero Regulus quiso que cuando estuviera lista cuidara de la pequeña, que los dos lo hiciéramos.

No podía creer todo lo que estaba diciendo Amelie, Regulus había tenido un bebé, seguíamos teniendo todos una parte de él y sabía que Amelie haría todo lo que fuera para mantenerla a salvo y tenerla con nosotros. 

—Está aquí, ¿verdad? —ella asintió con una pequeña sonrisa.

—Es tan hermosa James, tiene los ojos de Regulus, por no decir que es igualita a él, aunque también seguramente tenga algunos rasgos de su madre. Es calmada y le encanta estar en brazos —sonreí viéndola.

—Vamos a verla —ella asintió emocionada para tirar de mí e ir a la sala donde estaban mis padres. Mi madre sostenía a la pequeña, y Amelie no se equivocaba de nada. Nos acercamos y la bebé me miró con una sonrisa extendiendo sus brazos hacia mí.

—¿Viste? —solté una pequeña risa acercándome para tomarla en brazos, ella me abrazó soltando una pequeña risa, qué linda risa.

La abracé con cuidado.

—Bienvenida a la familia pequeña, Amelie y yo vamos a cuidarte como una hija más y siempre te hablaremos del padre tan valiente que tuviste al igual que de tu madre. Dos personas valientes que hicieron todo por ti y serían capaces de hacer cualquier cosa por ti, al igual que lo haremos nosotros. Vamos a amarte y cuidarte siempre pequeña —susurré dándole un beso en la cabeza, pude verla sonreír mientras cerraba sus ojos.

Miré a Amelie que me veía con una gran sonrisa.

—Vas a ser un gran padre sin duda alguna —sonreí atrayéndola hacia mí para abrazarla por la cintura, le di un beso en la frente viéndola a los ojos. Mis ojos favoritos ahora y siempre.

Sin importar lo que pasara, yo los protegería con mi vida.

—Vamos a ser unos increíbles padres amor —ella asintió abrazándome, logrando que mi corazón latiera con más fuerza. 

Era el hombre más afortunado del mundo, porque tenía una increíble mujer a mi lado. 

Ella lograba mantenerme con vida y no perder la cordura. Sabía que si perdiera mi camino, ella sería mi luz que me guiaría de nuevo a ella, a mi hogar.

NOTA DE AUTORA

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