26. Todo está listo

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12 de agosto de 1981

Amelie Potter Rosier

Las cosas se estaban complicando aún más, al igual que Voldemort nos estaba buscando. Había sospechado de James porque había faltado demasiado y porque nadie sabía donde estaba. Los chicos también debieron esconderse porque no querían ponernos en riesgo.

Es verdad que estuve demasiado enfadada con él por ocultarme algo así. Se supone que nos lo contábamos todo. Tanto Frank como Alice y su pequeño estaban bien ocultos, James era el Guardián y como estaba escondido era difícil que supieran del paradero los Longbottom.

Hoy nos reuniríamos todo como pudiéramos en casa, para hablar sobre el plan que, debíamos estar preparados, teníamos los Horrocruxes al igual que todo lo necesario para destruirlos. Al mismo tiempo que los destruyeran, yo lucharía contra Voldemort para matarlo definitivamente. No tenía miedo y a pesar de que tal vez no funcionara, quería creer que sería capaz de matarlo. 

Haría todo lo que fuera para ganar esta guerra para que todos, incluido mi pequeño, tuviera una vida tranquila, sin tener que esconderse, sin una guerra de por medio.

Estaba un poco preocupada porque James había salido para buscar a Frank y a Alice, la madre de Frank se quedaría cuidando de Neville. 

Así que una vez que llegaran todos hablaríamos, las cosas estaban guardadas en un lugar que nadie sabía, solo nosotros. Sabíamos que Peter era el traidor que le estaba proporcionando toda la información a Voldemort. 

Los chicos estaban intentando encontrarle para que Dorcas y Marlene lo llevaran a Azkaban, pero el maldito era como si supiera que le estábamos buscando.

—Cariño, ¿estás bien? —levanté la mirada, para asentir con una pequeña sonrisa. 

Como era un poco tarde, Euphemia y yo decidimos acostar a los niños un poco antes para que se durmieran y así todos pudiéramos planear todo bien sin ninguna distracción.

—Todo irá bien, ya lo verás. Eres una mujer maravillosa y sé que tu plan va a funcionar y todos podréis estar bien.

Me levanté del sofá para acercarme a ella y darle un fuerte abrazo, que fue correspondido.

Ella había sido una mujer muy importante para mí, me quiso demasiado sin importar lo que había hecho y era como una segunda madre para mí. Extrañaba a mi madre, después de todo había sido capaz de hacer cualquier cosa por mí. Por lo que solían contarme Remus y Sirius, ella estaba bien.

Lo que más me sorprendió es que tanto ella como mi hermano, les estaban proporcionando información a Remus y Sirius. Nunca pensé que Evan sería capaz de hacer algo así, pero estaba demasiado agradecida por esa ayuda. 

Para mí Evan siempre sería una parte muy importante en mi vida, a pesar de todo siempre sería mi hermano pasara lo que pasara.

—Por una vez tengo esperanzas de que todo irá bien —susurré.

—Por supuesto que sí.

Un rato después llegaron todos, y abrí los ojos sorprendida al ver a mi madre y a mi hermano detrás de todos.

Sin pensarlo dos veces corrí a los brazos de Evan para abrazarlo y por primera vez en mucho tiempo le escuché soltar una pequeña risa tomándome en brazos para abrazarme más fuerte. 

—Joder, me alegra saber que estás bien. Incluso que el maldito Potter lo está —susurró él sin soltarme.

Yo dejé que las lágrimas brotaran de mis ojos mientras le abrazaba. Entramos todos y yo ni siquiera tenía la intención de bajarme y eso a Evan no le importo porque camino conmigo en brazos hasta la sala.

—Te extrañé —susurré—. Lo siento...

—Ni siquiera te disculpes hermanita, me alegro de que hayas podido salir de ahí. Ese sitio no es para ti y te quiero a salvo con James. Y antes de que digas algo, estoy bien, nadie sospecha que hemos venido aquí. 

Asentí bajándome unos segundos después para abrazar a mi madre.

—Estoy bien mi niña —susurró ella y yo le creí, porque estaba segura de que no me mentiría, aunque no me gustaba que ninguno de los dos estuviera ahí, tan expuestos y en peligro.

—Te creo mamá —susurré. 

Miré a Marlene que tenía una pequeña sonrisa triste y me separé de mi madre para abrazarla lo más fuerte que podía. Había perdido a toda su familia hace algunas semanas y entendía por lo que estaba pasando. Por un momento me alegraba que ella estuviera bien, porque no podría perderla a ella también. Marlene era una persona demasiado importante para mí, sin importar nada decidió quedarse en mi vida y conocerme, era como mi hermana. 

Ya había perdido a un hermano, no podía perderla a ella también. Después de todo lo que habíamos vivido. Después de todo lo que paso y siguió a mi lado, era algo demasiado lindo y me sentía muy agradecida por tenerla en mi vida.

—Lo siento mucho Marlene —susurré.

—Todo está bien, ellos fueron muy valientes y gracias a ellos yo estoy aquí y vamos a derrotarlo al igual que a Peter. No dejaremos que ellos ganen —asentí.

—Acabaremos con ellos, no vamos a dejar que ellos se salgan con la suya y vengaremos todas las muertes de las personas que hemos querido. 

Este año había sido una masacre, habían muerto muchos, incluidos excompañeros y amigos. As que no dejaríamos que eso siguiera. Íbamos a acabar con ellos, de una vez, y más adelante nos ocuparíamos de Dumbledore. Porque dejar que adolescentes fueran a la guerra sin estar preparados del todo, no era correcto, solo éramos jóvenes que queríamos vivir nuestra vida y ahora estábamos en una guerra y si poníamos fin a ella, debíamos cargar con las consecuencias de ella, con los traumas que nos había dejado y eso no era justo.

Unos minutos después nos separamos y fui a saludar a los demás. Los chicos pusieron una mesa con toda la información, no habíamos traído los horrocruxes, pero sí los objetos para destruirlos.

Dorcas logró hace meses adentrarse en la cámara de los secretos y revivir al basilisco, no sabía como lo había hecho, pero tampoco quería preguntar por qué dudaba que ella quisiera decirlo. Había acabado con varios rasguños, pero lo importante es que no le había tocado el veneno de basilisco en las heridas. Había logrado tener varios dientes de basilisco y en varios botes pequeños había guardado el veneno suficiente para poder destruir todos los horrocruxes. Lily y Marlene habían logrado encontrar la espada de Godric Gryffindor y había sido demasiado complicado. Lily había hecho un hechizo para mantener la espada con nosotros, por si acaso, había estado meses leyendo libros antiguos. Así que ya teníamos todo para destruirlos.

—Bien, el plan es que cada una destruya un horrocrux. Dorcas con la espada de Gryffindor a la serpiente.

—Yo me encargaré de llevarla hasta el lugar —nosotros asentimos a lo que había dicho Evan. No sabía como lo haría, pero esperaba que funcionara.

—Lily el diario de Tom Riddle, Alice la copa de Hufflepuff, Pandora el guardapelo, Marlene la Diadema de Rowena Ravenclaw y Mary el anillo de Sorvolo Gaunt. Lo haremos cuando Voldemort aparezca con Amelie, o cuando sepamos con un poco de tiempo cuando Voldemort aparezca en nuestro hogar —dijo James viéndome.

—Y yo, mientras destruís todos los horrocruxes, entretendré a Voldemort y le mataré. Harry y Alya se quedarán con los Potter en otra casa, así que en la casa solo estaré yo. Los chicos buscarán a Peter.

Todos asentimos y sentí como James tomaba mi mano. Le miré a los ojos y le regalé una pequeña sonrisa haciéndole entender que todo iría bien.

Yo estaba segura de que todo iría bien.

Nuestra libertad y felicidad estaban muy cerca, lo sabía.













NOTA DE AUTORA

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No Promises ||James Potter|| ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora