Las nubes densas cubrían el cielo de Seúl, tiñendo de gris cada rincón del cementerio. Un leve viento movía las flores secas esparcidas por la tierra mientras el silencio reinaba, roto solo por algún sollozo ahogado. Frente a una lápida decorada con un ramo de lirios blancos, Han Jisung se agachó lentamente. Sus dedos rozaron el mármol frío antes de dejar cuidadosamente las flores.Sus ojos, cargados de nostalgia, se quedaron fijos en el nombre de abuela Jung. Una sonrisa tenue se dibujó en sus labios al recordar cómo esa mujer hacía de todo un drama solo para acabar riendo. Incluso en los peores días, ella encontraba luz donde otros veían oscuridad.
> —“La vida no es esperar a que pase la tormenta… es aprender a bailar bajo la lluvia” —le había dicho alguna vez.
Esa frase se convirtió en un faro para Jisung. Sabía que la vida no era perfecta, ni eterna, pero había aprendido a buscar su propia felicidad, a mirar cada error como una lección. La abuela Jung le enseñó que la vida, con todo y sus cicatrices, seguía siendo hermosa.
Suspiró. Se puso de pie y giró para mirar a su mejor amigo, Jihye, quien sollozaba de la mano de su novio, Yoonseo. El pequeño funeral comenzaba a disolverse, quedando solo algunos médicos, enfermeros, y el señor Benito, que contemplaba la lápida en silencio.
—Gracias por todo, abuela Jung —murmuró Jisung con una sonrisa triste.
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Durante el trayecto de regreso, Jisung y Jihye contemplaban las calles de Seúl a través de las ventanas empañadas. Anhelaban aquella libertad lejana: pasear sin restricciones, hacer amigos fuera del hospital, comer en la calle, correr bajo la lluvia. Vivir de verdad.
—A Rae Neul siempre le emocionaba esta calle —comentó de pronto el señor Benito, mirando por la ventanilla—. Le encantaba ir de puesto en puesto, comprando cualquier cosa que le llamara la atención.
Una risa suave se escapó de sus labios.
—Una vez nos escondimos en un puesto de comida porque su padre no quería que se juntara conmigo por ser extranjero. Allí trabajaban Mingyu y Wonchae, una pareja hermosa. En esa época... el amor entre hombres no era tan aceptado como ahora. Luchaban contra insultos y rechazo, pero nunca se soltaron la mano.
—¿No quiere saber si siguen aquí? —preguntó Jin Young, desde el asiento delantero.
—¿Podemos ir? —preguntaron Jihye y Jisung al unísono, con ojos brillantes.
Los adultos intercambiaron miradas. Un médico respondió:
—No creo que sea posible. Tenemos que volver al hospital.
—Por favor —suplicaron ambos al unísono, con las manos juntas.
—Solo una vez —insistió Jisung—. Solo un rato. Hace mucho que no salimos a la calle…
Minhyuk intervino con una sonrisa:
—No me parece mala idea. Podemos comer algo, al fin no lo hemos hecho aún.
El doctor miró al grupo, luego a Hyunwon, que seguía pensativo. Al final, suspiró.
—Solo un rato. No queremos problemas. No se nos permite salir, pero… hagámoslo por hoy.
—¿Hacia dónde es? —preguntó Jin Young mientras arrancaba el auto.
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El aroma a masa frita y salsa dulce flotaba en el aire. Al llegar, todos descendieron con asombro. Jihye y Jisung se tomaron de la mano como niños frente a un parque de diversiones.

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Beautiful Spring
Teen FictionHa llegado la primavera al igual que un nuevo chico a la vida de Lee Kyungsoo ,Han Jisung un chico que tiene sus días de vida contados y cual quiere acercarse a Kyungsoo quien trata de alejar a Jisung de su vida al tener miedo a lo que pasará cuand...