Capítulo 15: Determinación total

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 Siempre fui hostil con los abusivos.

En mi otra vida tuve un periodo oscuro donde me la pasaba cazando abusadores todo el tiempo. Muchos me odiaron por eso, tanto víctimas como victimarios, decían incontables veces que no metiera las narices donde no me llamaban.

Era estúpido, un adolescente con sentido de la moral tan distorsionado por culpa de mi padre. Él siempre me motivó para ayudar a las personas, pagó mis primeros años de artes marciales en un gimnasio cercano a casa.

Y, aun así, pese a sentir vergüenza por aquellas memorias olvidadas, una parte mía jamás perdonó a los abusadores.

Por lo tanto, me sentí incómodo cuando el pomo de mi espada golpeó el hombro izquierdo de Ronaldo. Ese no fue un golpe de práctica, iba con toda la intención de romper su hueso.

— ¡AHHHHHHHHHHHHHHHHH! —El grito que soltó hizo que Lady Nora se pusiera de pie.

Ronaldo soltó su hacha y cayó de rodillas.

A diferencia de la hoja plana de madera, el pomo redondo y la guarda dura, eran lo bastante gruesos para servir como un martillo temporal. Rápidamente ataqué de nuevo al yelmo del niño, pero éste de milagro se dejó caer al suelo, evadiendo así mi ofensiva.

—No escaparás. —Ya en el piso, decidí darle una patada en la cara que volvió a tumbarlo.

Estuve tentado a montarlo y agarrarlo a golpes, pero mejor me abstuve. No era conveniente iniciar combate de piso contra un adversario más pesado y fuerte físicamente; mi ventaja recaía en la técnica, no en el poderío.

—T-Todavía no. —Ronaldo volvió a pararse con el rostro ensangrentado y los ojos llorosos, el pobre niño realmente odiaba esto. Pude sentir su ira combinada con el miedo desenfrenado y las ganas de salir corriendo.

Debía ser frustrante.

Entrenar como loco durante un año y solo recibir una golpiza.

Sujetó nuevamente su hacha, luego, realizó un corte descendente que iba directo al yelmo. Fue allí donde sonreí con astucia, pues en lugar de esquivar hacia atrás, sujeté la hoja de mi espada desde ambos lados para recibir el impacto justo en el centro.

El rostro de Ronaldo expresó confusión por el repentino bloqueo, cuando quiso entender lo que sucedía ya era demasiado tarde.

—Adiós. —En cuanto la cabeza del hacha se desvió tantito a la derecha, aproveché la poca distancia que nos separaba y también el tipo de agarre que utilizaba en este momento. Lo que sucedió después fue brutal.

El pomo de mi espada impactó de lleno contra el yelmo del pequeño. Pude haberle roto la nariz si hubiese apuntado más abajo, pero en el último segundo le tuve piedad y ataqué al metal.

Aun así, el pequeño cayó de espaldas con un sonoro THUD que dejó a los presentes muy sorprendidos por este abuso.

Ya no podía considerarse un duelo, sino una tunda injusta que debía ser detenida.

—Alteza, es suficiente. Si continua, entonces la vida de Ronaldo podría peligrar. —Lady Nora trató de parar el encuentro, pero Sir Marte Hogan la detuvo con una mirada penetrante.

—El Rey Ulric decidirá eso, Lady Nora, usted solo puede observar.

—Ya ha ganado la pelea, alteza, reconsidere las condiciones del encuentro —insistió la entrenadora del niño.

Alda e Ingrid no dijeron nada.

Se mantuvieron calladas por la severidad del asunto.

—L-Lady Nora... —Muy bien, Ronaldo se ganó mi respeto con esto. Pese a ser golpeado en la cabeza con un arma contundente, retomó su guardia defensiva mientras una hilera de sangre caía desde la frente —. G-Gracias a usted no me sentí como un inútil, todo este año que entrenamos junto a la señorita Alda, Ingrid y mi hermana... No fue tan malo.

ISEKAI: Reencarné como el Rey más pobre del mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora