ISEKAI: Reencarné como el Rey más pobre del mundo

Capítulo 16: Una charla respecto al liderazgo

 Esa noche, mamá y yo nos quedamos solos en el comedor a petición mía. Ingrid y Alda se retiraron cuando terminaron sus alimentos, pues sabían que tendría una reunión en solitario con mi progenitora.

—Ya te contaron los detalles de lo que sucedió, ¿cierto?

—Sí, hijo mío, Lady Nora me informó los detalles del encuentro. Pero no venimos a discutir lo que ya sé, ¿cierto?

—Así es, mamá, quiero decirte mis conclusiones respecto al liderazgo y también el tipo de líder que quiero ser. Sin embargo, antes quiero que me respondas algo... ¿Qué tipo de liderazgo usaste tú?, me doy una idea, así que ya no temas en confesarlo.

Mamá sonrió con cierto pesar, posteriormente suspiró en voz alta y luego acarició mis cabellos.

—Soy una mujer viuda, Ulric, lo que yo hice fue apelar al sentido de protección de los otros nobles y, sobre todo, buscar que sintieran lástima por mí. —Las palabras de Girasol no sonaban felices, al contrario, había cierta vergüenza en ellas —. Pero no tenía mayor alternativa, mi poder se debilitaba y si intentaba usar la fuerza, nadie me tomaría en serio.

—Pero yo siempre te veo digna y solemne, mamá.

—Eso es porque no me viste cuando recién falleció tu papá, aún eras muy joven para recordarlo, pero en ese entonces yo apelé a técnicas nada correctas de manipulación emocional. Para mi fortuna, la gran mayoría de nobles poderosos eran hombres en ese momento y a los hombres les encanta sentirse superiores. Para ellos, el proteger a una mujer hermosa como yo era un golpe de ego tremendo que los hacía sentirse como héroes. Solo ponte en sus zapatos: una damisela en apuros pide ayuda de galantes caballeros, ¿quién en su sano juicio rechazaría una oportunidad de una dama tan influyente?

—Tiene sentido, incluso yo me ofrecería para protegerte. Los hombres somos criaturas egocéntricas. —Mi comentario le sacó una sonrisa a mamá, decir semejantes palabras con un rostro infantil como el mío seguro debió ser curioso.

—Abusé de su buena voluntad, por eso cuando mis opositores intentaron removerme, fui apoyada por muchos nobles poderosos. Como dato curioso, hijo, fue la duquesa Sabrina quien más objeciones tuvo con mantenerme a mí como reina regente. No se puede apelar a la misericordia de una mujer si tú misma lo eres también, esa lección se la enseñé a Ingrid y Yuka.

—L-Las mujeres son aterradores —susurré, mientras recordaba las expresiones frías de Yuka durante mis primeros tratos con ella.

—Así es, por eso es importante que tengas a una buena mujer a tu lado. Ya me estoy encargando yo de eso, no te preocupes. —Mamá me guiñó el ojo de manera extraña, chale, me imaginaba a lo que se refería, pero mejor lo dejé pasar —. En todo caso, Ulric, usar mi táctica no funcionará contigo, porque nuestros objetivos son diferentes. Yo buscaba estabilizar el poder y guardarlo para ti, tus objetivos serán otros, ¿cierto?

—Sí... La independencia.

Dije lo que tanto deseaba decir, a fin de cuentas, todo este entrenamiento y preparación tenían la intención de liberar a mi pueblo de este maldito yugo.

—Así es, por el momento he mantenido vigilados a los duques y también tomado medidas para evitar saqueos. No podemos permitirnos otra visita de Vlad II, ya vimos lo que sucedió la última vez.

El recuerdo amargo vino a mi mente de nuevo, jamás olvidaré ese fatídico día donde la vida de Sora fue silenciada eternamente. Mi resentimiento hacia Manius y Vlad no desaparecerá jamás.

—Lo cierto es que la gente odia al Reino de Apolo tanto como nosotros.

—Así es, hijo, pero como habrás notado en tus clases con Sir Einar, mantener un ejército no es tarea fácil. Necesitas dominar muchos números y entrenarlos de manera eficiente. Nuestros soldados son campesinos, artesanos y comerciantes, no guerreros. —Girasol me recordó la triste situación que vivíamos, si bien, cada aldea y ciudad contaba con servicio militar obligatorio, su nivel apenas servía para mantener el orden público.