Capítulo 2: Liderazgo

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 Mamá era una mujer ocupada, solo la veíamos durante unos minutos a la hora de almorzar y en la cena. Luego del terrible incidente donde Sora falleció, Girasol continuó manejando la corte y lidiando con nobles enfurecidos que ya deseaban una guerra a gran escala.

Esto no me lo dijo ella, sino Sir Marte Hogan, cuyas preocupaciones con la plebe iban más allá de meros regaños. La animosidad se respiraba en la capital y en los poblados centrales, no así en la frontera, cuyo temor hacia el Reino de Apolo era más que evidente debido a los constantes saqueos y asaltos impunes.

Yo también quería entrar en combate contra esos miserables, pero no ahora. Una guerra contra nuestros desafortunados vecinos solo traería la muerte de mi pueblo y de paso, también la mía.

«No es momento de preocuparme por eso, primero necesito convertirme en un líder ejemplar»

Luego de cenar, Ingrid y Alda se retiraron a sus respectivas habitaciones, dejándome a mí solo con mamá. Yo mismo les pedí durante la merienda que me dejaran a solas para discutir el tema del liderazgo y de paso, mantenerme informado.

—Mamá, ¿puedo hablar contigo acerca de algo?

—Sí, claro que puedes, ¿qué necesitas, hijo? —Girasol acarició mi cabeza y luego sonrió, su mirada cansada y llena de ojeras me resultó admirable. Lo estaba dando todo por el bien del reino, sacrificando su salud mental y física para dejarme un país decente.

Solo podía expresar admiración a esta mujer.

—He estado estudiando y entrenando como te prometí, pero hay algo que todavía no comprendo del todo, ¿cómo puedo ser un buen líder? —Mi pregunta dejó pensando a mamá durante unos segundos, la hermosa mujer llevó su mano diestra directo al mentón y de inmediato me sonrió.

—Un líder... ¿Qué significa ser un buen líder para ti, Ulric?

—Supongo que un buen líder es aquel que dirige a los demás y es admirado por todos. Un ejemplo inmaculado de virtud, el más fuerte, más inteligente y poderoso de un país. Siempre he pensado que un buen líder debe predicar con el ejemplo, de lo contrario, sería solo un hipócrita. —Mi definición aún estaba muy verde, pues aquellos pensamientos eran los que yo tenía en mi otra vida.

Tuve jefes, profesores y superiores.

Cada uno con sus diferentes virtudes y defectos.

Seguí sus órdenes al pie de la letra porque aquello era lo correcto, siempre me consideré una persona honorable y dispuesta a seguir las reglas. Para mí, la insubordinación y la indisciplina no eran nada geniales; todo debía hacerse de acuerdo a la ley.

De lo contrario, no me sentiría cómodo conmigo mismo.

Sin embargo, ¿cómo le hacían ellos para que las demás personas pudiesen seguir sus ideales?

Nunca me había puesto a pensar en ello, pues tampoco seguía ciegamente a las personas. Analizaba cada norma y en caso de una injusticia era el primero en alzar la voz; una cosa era seguir el reglamento y otra, muy distinta, ser un agachón incapaz de dar su punto de vista.

—No estás equivocado, hijo. —Girasol me acarició la cabecita nuevamente, me encantaba la sensación de sus palmas recorriendo mis cabellos y la sonrisa dulce que me dedicó solo me hizo sentir más feliz —. Un líder es aquel que predica con la virtud, estás en lo correcto. Pero hay algo más importante todavía, ¿te das una idea?

— ¿Una ideología bien cimentada? —respondí con una pregunta, pero mamá negó con la cabeza.

—Una ideología es importante también, Ulric, pero si pones atención a tus libros de historia verás que cientos de reyes asesinos, déspotas y libertinos tenían un montón de seguidores detrás de ellos.

ISEKAI: Reencarné como el Rey más pobre del mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora