Epílogo

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Epílogo

*Interludio: Todo nace*

Todo nace, todo muere.

En medio de las sombras y la oscuridad, una luz nueva reaparece luego de haber estado muerta durante más de mil años. El principio del fin, o el final del principio.

No hay respuestas.

Nunca las hubo.

¿Existió una pregunta en primer lugar?

Imposible de saber.

Del océano que alguna vez decoró al planeta, ahora solo quedaban baldes de agua sin vida ni colores. Solo un recuerdo de lo que alguna vez existió y que jamás existirá de nuevo. Pues lo que muere ya no renace y lo que renace, nunca estuvo vivo.

Un mundo que terminó.

Un mundo que todavía sigue.

Y un mundo que existirá.

¿Cómo podían coexistir tres ideas al mismo tiempo?

Muy fácil.

Si ninguna de las tres es real, entonces todas coexisten al mismo tiempo.

Una idea no es real.

Lo real se siente, se mira y se observa.

Contradicciones y verdades.

Vida y muerte.

Tres comienzos.

El águila coronada vuela alrededor de las montañas heladas y volcanes ardientes. Balanceándose entre dos verdades tan distintas y cambiantes.

Un árbol feo y apagado crece en medio de un campo marchito. Sus colores opacos y hojas secas continúan ascendiendo hasta volverse gigantes.

Y finalmente, el corazón humano convertido en bestia que ruge con odio todos los días, hasta el triste y amargo final.

Tres comienzos.

Tres verdades.

Y un mundo nuevo que renace.

FIN 

ISEKAI: Reencarné como el Rey más pobre del mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora