Pete.

Verdad

[Presente]

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—Amor, ¿por qué tienes esa cara? —Kinn vio a un alterado Porsche entrar a su recamara. Trató de acercarse, pero el Omega escapaba de su toque— ¿Porsche?

—¿Sigues comprometido? —Escupio sin tapujos el moreno—. Kinn, ¿es cierto?

El Alpha guardo silencio. Los ojos de su pareja estaban rojo de la cólera.

—Porsche, hablemos antes de...

—¿Cuando pensabas decírmelo? —El Omega negó con una sonrisa dolida—. Más bien, ¿pensabas hacerlo?

—Las cosas no son así. —Kinn se acercó de nuevo fallando en el intento—. Porsche, por favor.

—¡Estamos enlazados, Kinn! —Porsche se apuntó el cuello— ¿Por qué seguir con todo esto? ¿Acaso soy un puto juego?

—¡No! —El Alpha suspiro nervioso—. Hable con mi padre pero él se niega a entender razones.

—¿Entonces vamos a dejar las cosas así? —Porsche puso ambas manos en la cintura—. Tú te casas y yo quedó como el maldito amante. Perfecto.

—No, Porsche, por supuesto que no. —Kinn logró poner ambas manos en la cara del Omega. Desprendió su aroma para calmar al furioso guardaespaldas y junto ambas frentes—. Amor, ese compromiso no se concretará. Tú eres mi Omega, mi pareja. Le guste o no mi padre lo tendrá que aceptar.

Porsche se sentía mal. Creía haber sido aceptado aún a pesar de su casta.

—Kinn. —Porsche ahora puso sus manos en el rostro de su Alpha—. Soy un recesivo, por supuesto que Korn no dejara que esto pase.

—Aún así, Pete no va a permitir que el compromiso se concrete, él y yo...

—¿Pete? —Porsche retrocedió de nuevo— ¿Pete que tiene que ver en todo esto?

Kinn se dio cuenta de su error; puso ambas manos en la cintura y suspiro. Era un idiota.

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—¿Se aburrira de mí? —Pete hojeo el libro que ya había leído más de tres veces.

Nop negó mientras dejaba el plato de comida en la cama.

—No lo entiendes. —Nop lo miró finalmente—. Buscas retroceder un paso pero en tu caso avanzas dos.

Pete rodó los ojos. Claro que sabía eso. Todo lo que había hecho no sirvió de nada; fue obediente, dócil, berrinchudo y fácil de tratar.

Sin embargo el resultado no tenía que ser Vegas enlazado a él.

—¿No es tiempo de que me suelte? O en el mejor de los casos que me mate. —Pensó el Omega.

—No hará ni una ni otra. —El viejo Beta suspiro—. Dudo que salgas de aquí.

El cuerpo de Pete se estremeció. ¿A qué se refería?

—¡Nop, tienes que ayudarme!

—Lo siento, no puedo hacer eso. —El hombre se tenso—. Moriré si lo intento.

—Pero...

—Solo ten en cuenta lo siguiente. —Nop miró fijamente al sureño—. Khun Vegas no sabe cómo amar. Su forma de querer es una ideología enferma creada por su propio padre, así que no lo culpes.

El Omega cerró la boca y pensó las palabras de Nop. Claro que su ideología no era normal; no es como si también su abuela le haya inculcado secuestrar a la persona con la que estas obsesionada.

Para empezar, la obsesión y el amor es una cosa completamente diferente, pero para Vegas ambas parecían ser lo mismo.

—Te marco, ¿no es cierto? —Nop no se atrevió a ver la mordida en el cuello del guardaespaldas—. Escapes o no de aquí siempre regresarás. Están enlazados.

Pete suspiro. Bien, las cosas no eran tan sencillas. Al menos no con él.

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—¡Kinn! —Porsche seguía al Alpha por toda la habitación— ¿Pete que tiene que ver en todo esto?

—Olvidalo, solo lo recordé por un momento y no supe como termine enlazando su nombre con el tema. —El hombre se negó a ver a su pareja.

—Kinn. —La paciencia del Omega había llegado a su límite. Con una última mirada dejó paralizado al Alpha—. Si tú no me das respuestas las buscaré con Vegas.

—Ja, tal vez solo quieres un pretexto para volverlo a ver. —Kinn enfureció—. Ahora que puede andar libremente por la casa será más fácil para ti. ¡Vamos! ¡Recurre al gran Vegas Theerapanyakul!

—¡Maldición, Kinn! —Porsche tomó al Alpha del saco y lo zarandeo— ¡No pones de tu maldita parte! ¿Crees que quiero ir con él? ¿Después de lo que me hizo? Kinn, te lo estoy pidiendo, dime que tiene que ver Pete en todo esto.

Kinn trago con dificultad.

El silencio se apoderó de la habitación por largos minutos.

—... Pete no es un Beta. —El hijo de Korn desvío la mirada—. Es un Omega dominante.