Confianza

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[Presente]

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Porsche no estaba prestando atención al parloteo de Tankhun. Su mente se encontraba perdida en la última discusión de los Theerapanyakul.

—¡Porsche! —Tankhun alzó la cabeza y lo miro con irritación— ¿Estás escuchando?

El Beta que se encargaba de masajear los hombros del Theerapanyakul se retiró dándoles un poco de privacidad.

—Realmente no. —Porsche dejo que su cabeza cayera hacia atrás, exhausto por todo— ¿Hice mal en enamorarme de Kinn?—El silencio de Khun le permitió seguir—. Ahora todos en esta casa no me bajarán de cazafortunas, incluso señalarán a mi bebé como un simple anzuelo para atrapar a Kinn.

—Viendo el historial lleno de amantes de mi hermano es lo último que pensaran. —Tankhun se sentó a su lado y se cruzó de brazos—. Yo me haré cargo de todo para que quedes como la víctima.

—No quiero eso. No quiero que Kinn cargue con todo. —Porsche sonrió triste—. Aun lo amo. Y me duele pensar que...

—Mi padre no le hará nada. —Aseguro el primogénito de Korn—. Kinn sigue siendo siendo una de sus cartas fuertes en este juego.

—¿Juego?

—Ay, olvídalo. —Tankhun se levantó del lugar, se puso un bata y suspiro—. En estos momentos, desviar la culpa hacia mi hermano es lo mejor que pudimos hacer. Ni tú ni Pete tienen que cargar con algo que desde el inicio estaba mal. Y sí lo piensas, tampoco mentí en nada.

Pachara bajo la mirada. Kinn y él habían planeado tantas cosas, habían idealizado una familia feliz con su bebé en camino y su hermano. Todas y cada unas de sus ilusiones ahora eran pisadas por la realidad.

—Porsche —Khun miro al Omega— ¿estás seguro en confiar en Vegas?

Porsche se levantó y siguió al Theerapanyakul—. Tu hermano no me deja más opciones. Además, Pete está enamorado de ese sujeto, ¿no es así?

Tankhun bufo. Aún no lograba entender cómo es que su precioso Pete había caído ante las garras de ese idiota. Pete era demasiado para Vegas, Pete era esa luz que era como un gran sol cálido y brillante; Pete era peligrosamente adictivo.

—Ni me lo recuerdes. Aún estoy tentado a ir a esa casa y quemarla toda. —Tankhun pataleo el suelo—. Ese bastardo pudo ganar una batalla, pero no la guerra.

Porsche rio al escuchar los berrinches de su cuñado. Suspiro desganado; ya extrañaba a Pete.

—¡Khun No! —Arm entro al lugar con el rostro alterado— ¡Tenemos que ir por Pete!

—¿Qué? —Tankhun lo miro mal—. Idiota, tú me dijiste que teníamos que ayudarlo a salir, ¿y ahora quieres ir por él?

—Su padre, Khun Korn mando a atacar la casa de la segunda familia. —Arm miro a Porsche con desesperación—. Escuché a Chan darle la orden a uno de sus hombres.

—¿Acaso está loco? —Tankhun hizo el ademán de salir para ir directamente a la habitación de su padre y reclamarle en medio de gritos su actuar, pero Porsche lo detuvo— ¡Déjame ir!

—No sean idiotas, ¿acaso no lo ven? —Pachara se tocó el vientre buscando calma—. Tenemos que confiar en Vegas.

—¡No voy a confiar en ese imbecil! —El Theerapanyakul miro a Arm—. Dile a Pol que iremos con la segunda familia.

—¡No! —Porsche comenzaba a alterarse—. No hay que involucrarnos, no podemos ponernos en la mira de Korn, no ahora.

—¡Pete y su bebé están ahí!

—¡Mi hermano también! —Porsche comenzó a temblar—. Estoy soportando las ganas de correr hacia la segunda familia y sacar a mi hermano de ahí, pero Vegas me prometió que Porchay no saldría lastimado.

—No puedes confiar en Vegas.

—Pete lo hace, así que yo lo haré. —Porsche soltó un sollozo—. Por favor, no me hagas perder la cabeza. Necesito confiar, tengo que confiar, si quiero salvarlos...

—¡Porsche! —Tankhun fue hasta el Omega al verlo desvanecerse— ¡Llama a Kinn! ¡Arm!

El chico de lentes salió del lugar corriendo.

Tankhun se puso a llorar. ¿Por qué todo tenía que ser tan difícil? ¿Qué tenían que hacer para que todo esto terminara?

Pete. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora