"Te encontré"

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[Presente]

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Vegas miraba dormir a su Omega. La orden de curry estaban en la mesa sin ser tocada; Pete había caído rendido ante los brazos de morfeo antes de probar bocado.

El Alpha de Vegas estaba inquieto. No era la primera vez que notaba cansado y somnoliento al sureño, tampoco pasaba por alto las veces que su pareja iba al baño a vomitar lo ingerido. El Theerapanyakul miró la puerta buscando la presencia de Nop; sospechaba que ese maldito traidor sabía algo.

—¿Vegas? —Pete lo tomó de la mano en el momento en que lo sintió salir de la cama— ¿A donde vas?

El hijo de Kan regresó a la cama sin decir nada. Pete era un Omega, cierto, pero seguía siendo un guardaespaldas entrenado y altamente capacitado.

Siempre estaba alerta.

—¿Sucede algo? —Preguntó el sureño recostandose en el pecho del Alpha por primera vez.

Para Vegas fue toda una sorpresa.

Aprovechando la situación, envolvió sus brazos en la cintura del Omega y comenzó a oler sus cabellos. Calmo su ansiedad, busco la seguridad que Pete le brindaba.

—Temo que esto se termine. —Dejo escapar sus miedos—. Que esto no sea más que otro amargo recuerdo.

—Vegas...

—Pete, no quiero perderte. —Confesó el Alpha—. No quiero que nada te aleje de mi lado. Ni mi padre ni la primera familia. Eres mio, mi Omega.

Phongsakorn no supo que contestar. Miró la sinceridad en los ojos del Theerapanyakul y eso no hizo más que estrujar su corazón.

Vegas estaba mostrando ese lado humano que nadie sospechaba que tenía.

—Eres mi estabilidad, Pete. —El Alpha beso su frente—. Con una sola sonrisa tuya mi ira se desvanece y mi corazón se calma.

El guardaespaldas cerró sus ojos dejando que su aroma inundará la habitación de Vegas.

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Kinn golpeo el escritorio con fuerza espantando a los guardaespaldas.

—¿Cómo qué no lo encuentran? —El Alpha miró a sus hombre iracundo—. La camioneta tenía un maldito rastreador.

—La señal fue interrumpida. —Arm fue el primero en decir—. Lo perdimos en cuestión de minutos.

Kinn suspiro para después llevarse las manos al cabellos y desordenarlo.

Ahora no sólo tenía que buscar a Pete, también tenía que buscar a su Omega.

—Nadie va a dormir hasta encontrar a Porsche —Ordenó—. Quiero que empiezan una búsqueda inmediata, no reparen en hombres. Lo quiero aquí antes de terminar la noche.

Los guardaespaldas salieron despavoridos del lugar dejando solo al Alpha.

Kinn aventó las cosas en un ataque de ira y ansiedad. Maldijo varias veces antes de sentir las lágrimas de desesperación salir.

No podía perder a Porsche, no a ese Omega testarudo e inquieto que se había adueñado de su corazón.

Movería tierra, mar y cielo para encontrarlo.

—No hagas nada estúpido. —Pidió al aire.

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Vegas salió de la habitación en cuanto amaneció.  Tenia personas que interrogar; empezando por Nop.

—¡Nop! —Grito al no verlo por la cocina como era costumbre— ¡Maldita sea! ¡Nop!

Vegas arrugó el entrecejo molesto por la falta de respuesta del Beta. Siguió buscando con la mirada hasta que un aroma familiar lo paralizó.

—No me voy a ir sin Pete, hijo de puta. —El cañón de la pistola se precionaba contra la cabeza de Vegas.

El Theerapanyakul quiso reír ante la histeria.

—¿Gustas un café antes?

—No lo diré una vez más. —Porsche quito el seguro de la arma—. Entregame a Pete.

Pete. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora