Extraño juego

2.3K 397 42
                                    

[Pasado]

.
.

Pete no podía evitar sentir el vacío en su pecho. Extrañaba a su Alpha, le hacía tanta falta, a él y a su bebé. Inevitablemente recordó las crudas lágrimas que Vegas derramó en el momento en que Pete decidió escapar.

Calló un sollozo al sentirse tan débil y tonto.

—Tu papá es un idiota. —Acaricio su vientre mientras se tragaba las lágrimas—. Pero lo extraño tanto.

Pensar en Vegas lo dañaba pero al mismo tiempo lo hacía tan feliz. Con Vegas jamás tuvo que fingir ser el despistado y risueño guardaespaldas o el perfecto Omega Dominante que Korn queria. Con Vegas solo era Pete.

—Pete... —Porsche entro a la habitación con rostro de circunstancias. Se acercó a la cama y lo miro con sorpresa— ¿Cómo..? ¿Cómo fue que te encontraron?

Pete miro el estómago abultado de Porsche. Se quedó sin palabras y recordó lo sucedido semanas atrás.

—Estas... —Phongsakorn temblo—, tú estabas...

Ambos Omega se sentían culpables y confundidos. Uno por los actos de su Alpha otro por la molestia ante su aparición.

—Tenemos que sacarte de aquí. —Porsche fue el primero en alterarse—. No puedes quedarte aquí.

—Porsche...

El Omega recesivo comenzó a ver por los pasillos, busco en la habitación algo que le ayudará a sacar a su amigo.

—Porsche...

—Tal vez si convencemos a alguien de aquí podemos...

—Porsche...

—No, ninguno de aquí es de fiar.

—¡Porsche! —Pete grito al no ser escuchado por el moreno. Cuando finalmente tuvo la atención de Pachara, forzó una sonrisa—. Sé cómo se paga la traición. No tengo miedo por lo que pueda pasarme, pero...

—No lo entiendes. —Porsche se acercó al sureño—. Korn no está pensando en matarte.

—¿De qué..?

—Escucha, realmente no sé que es lo que planea, pero ahora que te encontró, hará lo posible porque seas el Omega de Kinn.

—Pero tú y Kinn...

—¡Lo sé! —Porsche maldijo—. Estoy esperando a su cachorro, Pete. Y aún así, Kinn sigue comprometido contigo. Él no piensa cambiar de parecer. Korn no dejará que su hijo se case con un Omega recesivo.

Phongsakorn lo penso por un instante y pudo entender el miedo del moreno. Si Korn queria, no solo acabaría con Porsche, también con el bebé que llevaba en su vientre, el suyo y con todo aquel que se atreva a delatarlo. Korn podía hacer lo que fuera con tal de que las cosas siguieran como antes.

Y aunque en un pasado llegó a pensar que Korn no era capaz de hacer tal cosa, ahora las cosas eran distintas. Lo sintió la última vez que lo vio.

Korn no hacía más que verlo como un simple trofeo.

—Khun Kinn no puede seguir con este compromiso. —Pete se dejó desplomar en la cama—. Él...

—No hará nada. —Porsche se tocó la cara con desesperación—. Está tan cegado con su padre. Kinn es un idiota. Él no hará nada mientras Korn encuentre como manipularlo.

—No puedes desconfiar de Khun Kinn. —Pete miro con pena al Omega—. Te ama.

—A veces el amor no es suficiente. —Porsche suspiro abatido—. Yo... En este momento mi prioridad es Porchay y mi cachorro. Pete, no podemos esperar a que Korn ataque... Pete, tenemos que sacarte de aquí.

Phongsakorn supo imposible lo que Porsche planeaba. Si Korn lo tenía en la mira, significaba que habría hombres vigilando sus movimientos. Pete y Porsche no podían hacer nada contra el Alpha de la primera familia.

—No podemos escapar, Porsche.

—¿Entonces qué? —El moreno se veía molesto— ¡No voy a quedarme solo viendo como Korn le hace daño a mi bebé!

—¡¿Crees que yo si?! —Pete finalmente cedió contra la presión y se abrazo nuevamente el vientre— ¡Este bebé es lo más importante que tengo! ¡No voy a dejar que lo dañen!

En cuanto vio la expresión confundida de Porsche, supo que algo no estaba bien.

—¿De qué cachorro hablas? —Pachara desvío sus ojos al vientre de Pete y cuando lo entendió, su pulso se aceleró—... ¿Korn lo sabe?

El sureño se quedó sin habla. Creyó que a estas alturas todos lo sabrían. Fue examinado en cuanto llegó, incluso el padre de Kinn estaba esperando una explicación, entonces...

—Estoy esperando al bebé de Vegas. —Susurro.

Korn queria guardar el secreto. No, quería esconder su estado a los demás.

Pete. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora