Extra

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Las cosas que se van no vuelven nunca todo el mundo lo sabe,
y entre el claro gentío de los vientos es inútil quejarse.
¿Verdad, maestro de la brisa?
¡es inútil quejarse!
Sin ningún viento,
¡hazme caso!
Gira, corazón;
Gira, corazón.
















Años después...

Un gran albedrío de personas circulaban de un lado al otro en busca de sus hijos en aquel gran instituto, y es que aquel día en particular se celebraba la graduación de los últimos años y habian varios números y presentaciones de niños y jóvenes pertenecientes a esta institución como despedida a los más grandes.

— ¡Sunhee! — se logró escuchar a lo lejos.

— Aisha — saludo la aludida con una sonrisa una vez su hermana llegó hasta ella.

Aisha devolvió el gesto a su hermana mayor y la abrazo a manera de saludo cosa que Sunhee no dudó en devolver, una vez ambas se separaron la pequeña Min habló.

— Nuestros abuelos y ma‐

— ¡Sunhee! — se volvió a escuchar pero esta vez de dos pequeñas voces que hablaron al mismo tiempo, se trataba de los mellizos Min-Park.

— MinJi, Eunwoo ¿Qué paso esta vez? — preguntó la mayor divertida a sus primos.

— Bueno... Sunnie

Oh no, ahí estaba ese apodo el cual usaban solo cuando hacían travesuras.

— ¿MinJi? Dime que pasó. — pidió Aisha olvidando por completo lo que estaba por decirle a su hermana.

— ¡Eunwoo tiene la culpa!

— ¡Mentira, fue tu idea subir a SunWoo a ese árbol para que-

— ¿SunWoo? ¿Árbol? ¿QUÉ? — gritó Sunhee.

— Más les vale decirnos donde dejaron al pequeño SunWoo — amenazó Aisha tomando de las orejas a los mellizos.

— ¡Noona me duele!

— ¡Unnie mi oreja se hará más grande, suelta! 

— Andando pequeños diablos.

Fue así como Aisha llevaba a dos niños de doce años de las orejas mientras era seguida por su hermana en busca del pequeño SunWoo, esquivando a las cientos de personas que ahí estaban lograron llegar a un punto apartado de todos, donde solo ellos podían ingresar, se podría decir que era un pequeño jardín exclusivo.

Y a lo lejos vieron a un pequeño niño de diez años parado en una de las ramas de aquel gran árbol el cual resaltaba entre los demás por su gran tamaño, mientras que una pequeña niña de doce años gritaba que no se moviera o se caería.

— ¡SunWoo! — exclamó aterrorizada Sunhee viendo al pequeño tratando de mantener su cuerpecito equilibrado para no caer.

— ¡Noona de aquí veo todo! Y ustedes están muuuuy chiquitos — dijo divertido.

— Alguien que me diga que diablos hace SunWoo ahí arriba.

— Uhhh, Noona Aisha dijo una grosería — dijo Eunwoo el cual sobaba su oreja debido al dolor.

— Y diré más si no me dicen que‐

— Es simple, queríamos las manzanas que estaban ahí — interrumpió Eunwoo señalando una de las copas más altas del árbol.

— Entonces jugamos piedra, papel o tijeras y SunWoo perdió — finalizó MinJi sonriente.

— Hijos de la

INFIEL 〰️YOONMIN〰️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora