Capitulo 8

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"¿Que tomaste?" preguntó groseramente.

Yo no era una de los holgazanes corriendo afuera. Yo no consumía drogas y me ofendía que ella pensara que lo hacía, pero ¿de qué otra forma me sentiría así? Tuvo que ser el alcohol porque no recuerdo haber tomado nada.

"No tomé nada, lo juro", balbuceé.

“¿Alguien te dio algo, tal vez un caramelo o algo en polvo?”

Pasó su dedo por mi cara y tocó mi cuello. Me asustó al principio, hasta que me di cuenta de que me estaba tomando el pulso. No estaba jodidamente muerta, pero sentí que me estaba muriendo.

Podía sentir que mi pánico aumentaba y rápidamente repasé los eventos de la noche en mi cabeza, tratando de recordar si alguien me había dado algo. Nadie lo hizo.

No, nadie me dio nada”. me estaba volviendo loca

Rodó los ojos. "Entonces no sé qué decirte". Se dio la vuelta.

No podía dejar que me dejara. No quería morir, y si me estaba muriendo, no quería morir sola.

"Espera", dije mientras alcanzaba su brazo.

Darme cuenta de que había tocado a uns chica de esa manera me asustó aún más y aparté mi brazo como si estuviera en llamas.

Era obvio que estaba irritada por mí. Estaba moviéndose sobre sus pies y poniendo los ojos en blanco. Para ella, yo era solo otra chica drogada en The Pit.

"¿Qué?" preguntó.

Entonces, de repente, recordé al chico agradable en el bar que me había dado las bebidas. ¿Había puesto algo en mi bebida como en uno de esos programas de policías locos?

“Un tipo en el bar me dio un trago”, dije a toda prisa. “Pensé que lo acababa de recibir del cantinero. Era muy dulce, pero sabía bien. No creo que haya nada dentro. Lo habría probado, ¿verdad?

"Genial, jodidamente genial". Suspiró de nuevo. "Te Adulteraron el trago ".

¿Adulteraron? ¿Qué demonios significaba eso? ¿Estaba muriendo? Eso es lo que principalmente quería saber.

Sin pensar en mis graves problemas psicológicos al tocar a alguien, extendí la mano y la puse suavemente sobre su brazo. Si iba a morir, ¿por qué importaba a quién estaba tocando?

"¿Voy a estar bien?" Yo pregunté. “¿Debería ir a un hospital? Mi amiga, la que me trajo... No la encuentro. Quería al baterista y ahora no la encuentro. Por favor, no me dejes. No importaba cuánto respiraba, no podía respirar por completo. Empecé a respirar más rápido.

Eso hizo que la habitación diera vueltas aún más y tuve la repentina necesidad de meter la cabeza entre las piernas. Sentí que mi cabello se deslizaba por mis hombros y cubría mi rostro. Mechones de rubio se pegaban a mis mejillas sudorosas, así que la aparté bruscamente.

Me miró como si fuera de otro planeta por un rato, luego miró hacia otro lado.

“Iré a buscarte algo de ayuda”, dijo.

Luego se estaba alejando de nuevo. Todo el aire de mis pulmones salió de golpe y puntos negros bailaron en mi visión. Me estaba muriendo oficialmente. Extendí la mano y la agarré y la habitación se volvió negra.

Chaeyoung:
"Tienes que estar bromeando",  dije con los brazos llenos de la pequeña rubia.

Tenía la boca abierta y su cabeza cayó hacia atrás sobre mi brazo mientras la cargaba a través del baño hacia la puerta. Pesaba casi nada, pero tenía el cuerpo firme de una atleta. La acomodé en mis brazos mientras abría la puerta del baño y trabajé entre ella y yo a través de la abertura.

Me recibió un estallido de música a todo volumen, humo y Logan.

"Maldita sea, Mujer, veo que tu polla asesina ataca de nuevo". Logan bromeó mientras pasaba su brazo alrededor de mis hombros.

“La encontré en el baño. Alguien le adúltero el trago con algo. No podía simplemente dejarla allí —dije mientras comenzaba a trabajar a través de la espesa multitud.

"Maldita sea, amiga, eso apesta". Empujó a una pareja que bloqueaba mi camino.

Logan se quedó a mi lado y me ayudó a pasar. Afortunadamente, las luces de los láseres se apagaron y nadie se dio cuenta de nosotros. A las chicas del club les encanta pasar el rato con la banda y, por lo general, estoy bien con eso, pero no ahora, no con lo que podría ser una chica moribunda en mis brazos.

"¿Desde cuándo te importa una mierda una chica al azar en el baño?" Logan preguntó cuándo llegué al bar.

“Solo cállate y ayúdame, hombre”.

Le apartó el pelo de la cara y luego le tomó el pulso en el cuello.

“Um, amiga, ella necesita ir al hospital ahora. Apenas tiene pulso. ¡Sáquenla de aquí! Cubriré el espectáculo y me ocuparé de tu guitarra”.

Miré su rostro pálido. Sus labios agrietados parecían estar a punto de sangrar, y se formaban círculos verdosos debajo de sus ojos. Definitivamente estaba a punto de morir.

Michaeng G!P Amor Entre Gritos  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora