Michaeng G!P Amor Entre Gritos

Capitulo 1

Y entonces llegué al fondo.
Mientras estaba de pie junto al cuerpo sin vida de un hombre que no merecía la paz que traería la muerte, supe que ya no era la niña que solía ser. Las partes rotas de mí se estaban recuperando y su alma era el pegamento que las mantendría juntas.

Chaeyoung :
Exhalé un chorro de humo y una tos que me hizo temblar las costillas se apoderó de mí. Me dolía el pecho y mis pulmones crepitaban. El ardor en mi garganta se intensificó y luego la relajación comenzó a filtrarse en mis poros. El espacio lleno de humo nadó ante mis ojos vidriosos mientras me derretía en el sofá de cuero rasgado de Logan. El sofá separaba el espacio de la banda del resto de su garaje chatarra.

“Si no toses, no te excitas”, dijo Logan cuando le pasé el porro. “Entonces, ¿qué pasó con Ashley?” Recibió un Golpe. La punta se iluminó y crujió. "¿Estubo contigo o qué?" Su voz sonaba tensa mientras luchaba por contener el humo antes de que finalmente lo extinguiera y lo golpeara de nuevo.

“No quiero su boca cerca de mi". ¿Viste esa desagradable ampolla en su labio la semana pasada? Ella lo intentó, pero yo no lo estaba teniendo”.

“No puedo culparte por eso. Tienes que acostarte, amiga. Han pasado dos semanas desde ese fenómeno en The Pit. ¿De nuevo, Cuál era su nombre?" Levantó las piernas y dejó caer sus pesadas botas cubiertas de barro sobre la mesa de café frente a su sofá.

"No se. Yo no pregunté. Me encogí de hombros.

Toqué mi guitarra mientras trataba de afinarla.

“Suerte hija de puta. Siempre obtienes las que desaparecen. Me quedo atrapado con perras pegajosas. ¿Recuerdas ese último verano que me siguió durante un mes? Maldita sea, ella fue una buena columpio, sin embargo. Tomó un trago de su cerveza y sacudió la cabeza al recordarlo. “De todos modos, digo que te des un pedazo de chicas antes del concierto de este fin de semana. Juegas mejor cuando tus bolas no están amontonadas” Si yo soy una chica con pene.

Me pasó el porro de vuelta. El humo llenó mis pulmones cuando lo golpeé con fuerza, lo sostuve y luego exhalé.

"Sí, ya veremos".

No lo estaba sintiendo. Había demasiada mierda a mi alrededor y me estaba quedando con las mismas mujeres.

Una vez que el resto de los muchachos llegaron allí, practicamos durante dos horas antes de que todos se fueran a su casa a pasar la noche. Después de tirar mi estuche de guitarra en la parte trasera de mi  Camioneta oxidada, conduje durante la siguiente hora. Mi viejo normalmente no se desmayaba hasta las once, así que sabía que no debía irme a casa antes de esa hora.

Después de una buena cantidad de tiempo, llevé mi auto a mi patio y apagué el motor. Todas las luces de nuestro remolque de un solo ancho estaban apagadas, pero pude ver el parpadeo del televisor en la ventana delantera. Quedarse dormido frente al televisor era cosa de mi papá.

La llovizna salpicó mi parabrisas roto y chorros de agua de lluvia sucia comenzaron a correr por mis ventanas. Mis botas se hundieron en la tierra blanda cuando salí de mi auto, lo que significaba que el jardín estaría lleno de barro por la mañana.

Un gato callejero salió corriendo por debajo del último escalón mientras yo cruzaba el pequeño tramo de jardín delantero desde mi coche hasta el porche delantero. La grúa de papá estaba estacionada de costado en el camino rocoso y el gato desapareció debajo de ella.

Subí los escalones de madera rotos y metí la llave en el pomo de la puerta. La puerta de aluminio hueca rogó por un poco de WD-40 cuando crujió cuando la abrí. La puerta sería mi desaparición algún día, ya que parecía encantarle despertar a mi papá. El porche de madera contrachapada podrida se dobló bajo mi peso antes de que entrara en el espacio lleno de humo.

El olor a cerveza, Marlboro Red's y aceite de motor llenó mis fosas nasales. Me deslicé a través de la desordenada sala de estar hasta el pasillo que iba a mi lado de la caravana. Papá se desmayó en el viejo sillón reclinable malva de mi mamá. Las luces de la pantalla del televisor bailaban sobre su rostro grasiento. Todavía tenía puesta su ropa de trabajo sucia y la botella que tenía en la mano estaba doblada lo suficiente como para que la moqueta apelmazada quedara salpicada de cerveza cuando exhalaba. El cenicero a su lado estaba lleno de cenizas, colillas y cerveza.

No me molesté en apagar la televisión. No quería arriesgarme a despertarlo. En lugar de eso, me escondí a través del tráiler hasta mi dormitorio. Tuve cuidado de pasar por encima de la parte del pasillo donde el piso era débil. Hubo una fuga en el baño hace unos años que arruinó el piso y dejó un hedor persistente a moho justo en frente de mi habitación. Hizo vivir allí diez veces peor y no hizo nada para aplastar el odio que tenía por el lugar.