Capítulo 2

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Otoño de 1790

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Otoño de 1790

Francia estaba en guerra con Austria y Prusia, el Rey Luis XVI había huido con su familia. Las cosas en Francia no estaban para nada bien, si bien los ciudadanos habían conseguidos sus derechos, se había creado una Constitución con una monarquía parlamentaria.

Los humanos seguían luchando por una República mientras que los vampiros luchaban contra algo más poderoso, contra su misma especie y contra la sangre.

— No me mates – esas fueron las palabras de un joven empresario, quien para su desgracia, había salido tarde de su trabajo.

— No te mataré, sólo drenaré toda tu sangre hasta que tu corazón deje de latir y tu alma vaya al infierno – la rubia Vampiresa le mostró a sus colmillos haciendo que el joven de un grito de terror —. Pero seré buena, no sufrirás – dicho eso, miró los ojos verdes de aquel joven, y de sus secos labios salieron las palabras: — Inmmobilis – haciendo que aquel simple humano, quedase inmóvil y rendido a sus pies.

Una vez que ya no había una gota de sangre en su sistema circulatorio, tiró el cuerpo a un costado y fue por su próxima víctima.

La joven Vampiresa había pasado meses sin una gota de sangre y ahora no sabía cómo saciar su hambre. Así que con miles de súplicas, llantos, gritos y cadáveres sin una gota de sangre, aquella fría noche se había desatado el caos y ella no estaba dispuesta a parar.



SAVANNAH:

Tiré el envase de sangre en el cesto de la basura, chasqueé la lengua y la deslicé por mis labios limpiando cualquier rastro de sangre.

Cada célula de mi cuerpo actúa aceleradamente, haciendo que miles de corrientes eléctricas corran por mi cuerpo, mis pupilas dilatadas y mis ojos de un color rojo intenso me daban una postura salvaje y atemorizante, mi piel había tomado su habitual color blanquecino y a simple vista, parecía porcelana.

Fijé mi vista en el espejo de cuerpo completo y corroboré que llevaba todo en orden; unos simples jeans desgastados, una polera sin mangas de color blanco y mis tenis del mismo color, mi cabello estaba suelto y desordenado, por último terminé colocándome un poco de rímel y brillo labial.

Antes de salir, tomé mi bolso y mi chaqueta de cuero negra, repasando mentalmente sino me olvidaba de nada emprendí camino hacia el instituto. Mi primera clase era Desarrollo a la Humanidad II, así que me encaminé con pasos lentos por los fríos pasillos.

Entré al salón sin que me importara si la clase había comenzado hace quince minutos, como era de esperarse la mayoría de los presentes estaban atentos a cada uno de mis movimientos, dándome miradas: ya sea de lujuria, envidia o asombro, por suerte me había colocado las lentillas y mis ojos eran azules. Miré bien el salón, sin buscar a nadie en especial, la mayoría eran nuevos, así que me enfoqué en el profesor quien me miraba con asombro.

She is my mate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora