She is my mate.

Capítulo 12 [2/2]

Especial [2/2]

MARCUS:

¡No me puede dejar sin sexo! Exijo sexo.

Savannah había quedado feliz con la sorpresa, pero al llegar a casa me dijo que ésta noche no tendríamos sexo.

— Mujer ¡No me puedes dejar sin sexo sólo por haberte dado una sorpresa! ¡Estas demente! — golpeé su puerta repetidas veces, puesto que se había encerrado en su habitación para "arreglarse"

— Es mi última palabra Marcus ¡Nada de sexo!

— Pe... — fui interrumpido al ver que abrió la puerta.

— Si sigues así no abra por una semana — sonrió con maldad y volvió a cerrar la puerta.

— Loca — susurré bajo y di media vuelta.

— ¡Te escuche! — volvió a gritar, gruñí por lo bajo.

— ¡Era mi intención! — exclamé con burla y bajé las escaleras corriendo, sería hombre muerto si me quedaba allí.

— No puede ser que discutan por sexo, sus gritos se escuchan por toda la casa — dijo Seth comiendo un trozo de pastel — Pobrecito... — se acercó a mí y despeinó mi cabello mientras mantenía una enorme sonrisa burlona.

— Cállate Seth — dije en un gruñido — ¡Lía, Seth está peleando!

— Seth deja de burlarte de Marcus o tu dormirás en el sofá está noche — Lía apareció de la cocina con una cuchara de madera y sus brazos en jarra mirando con el ceño fruncido a Seth.

— Lo siento amor — bajó la mirada como un cachorrito arrepentido mientras yo soltaba una fuerte carcajada —. Yo tendré sexo tu no — susurró éste mirándome con burla y haciéndome callar.

— Puto — le mostré mi dedo del medio y subí las escaleras a la habitación de Pía — ¿Pía, cariño? — fruncí mi ceño al no tener respuesta y al no ver a nadie en la habitación.

— Pía está con Savannah en la habitación arreglándose — explicó Samuel saliendo de su habitación con sus audífonos. No respondí puesto que no me iba a escuchar y caminé hacia mi habitación para darme una ducha.

...

La música lenta se escuchaba en la enorme sala, los familiar de Savannah empezaron a llegar de a poco y esto no se parecía nada a una reunión, más que nada parecía un baile de presentación; todos los familiares y conocidos estaban aquí con sus perfectos vestidos o trajes diseñados a la medida comiendo algún bocadillo o bebiendo algo de vino o champagne.

— ¿No creen que es demasiado? A Savannah no le gustan mucho todas estas cosas y más que nada las personas — Bestian miró todo a su alrededor e hizo una mueca de desagrado.