Especial 2/2
MARCUS:
Estaba feliz, verla a ella con esa enorme sonrisa en su rostro hacía que automáticamente sonría. Sus sonrisas me transportaban paz, aunque sabía que detrás de esa enorme sonrisa había algo que me ocultaba...
— Amo esa sonrisa... — murmuré sobre sus labios.
— No sabe lo feliz que me siento, aunque es raro, no tenía a nadie y ahora te tengo a ti y a mi ¿familia?
— Así es, ahora estamos nosotros para ti. Además siempre me vas a tener a mí, lo sabes ¿no?
— Claro — vi un destello de duda en su mirada pero rápidamente la cambió por una de felicidad total — ¿Vas a acompañarme?
— Claro que sí, tengo que conocer a la familia, aunque ya la conozco, pero debo presentarme como el novio oficial — sonreí con arrogancia — Ya me aman.
— Cállate — me dio un pequeño golpe mientras caminábamos a la entrada de mi casa, le habíamos prometido a Pía que pasaríamos la tarde juntos con Savannah —. Es raro que conozcan al novio de su hija y no a su propia hija ¿No crees?
— Hay cosas más raras aún — contesté, restándole importancia —, Seth habló de tus poderes, pero dijo que tenías más aún...
— No lo sé, siempre he usado el hipnotismo — se encogió de hombros entrando en la casa — Nunca le he dado mucha importancia...
— Papitoooo — la pequeña voz de mi hija hizo que deje de prestarle atención a mi compañera y fije mi vista en Pía, quien venía corriendo con los ojos llorosos.
— Pía... ¿Qué sucede cariño? — pregunté con temor tomándola en mis brazos y quitando alguna de sus lágrimas — Me estás asustando... ¿La abuela está bien?
Savannah me miró preocupada ante el fuerte llanto de mi hija.
— ¿Dónde está la abuela, Pía?
— Fue a la casa de la vecina, dijo que ya volvía — dijo entre sollozos — Mikel... no se mueve...
— ¿Mikel, tú perrito? — pregunté dejándola en el piso.
— Si... — hipó una vez más — Está en el jardín papi... has algo — rogó mirándome con esperanzas.
Caminamos hacia el jardín y vi a Mikel casi sin vida en el césped gimiendo, ya casi a punto de morir.
— No creo que pueda hacer algo Pía, ya está muy débil para llevarlo con el médico — dije acariciando la suave piel de Mikel, un Pastor Alemán que le había regalado a los dos años a Pía, ellos dos se habían vuelto inseparables — Iré a buscar una manta, quédate con Sav.
Caminé hacia la casa y entré al armario de limpieza buscando una manta blanca, lo cubriría y luego le buscaría un lugar para sepultarlo.
Volví con las chicas y me quedé sorprendido al ver a Savannah arrodillada al lado de Mikel y acariciando su pelaje, repitiendo unas raras palabras en latín.
— Et habitabunt in pura reincarnation — susurró mirando los ojos de Mikel quien los mantenía abiertos con pesadez —. Vivificabit — terminó de decir para luego caer al piso junto con Mikel.
Un dolor en el pecho se hizo presente al verla allí tirada en el césped con sus ojos sangrando, tiré todo y corrí hacia ella tomándola en mis brazos. Nunca había visto nada igual, de sus ojos salían pequeñas gotas de sangre de un color bordó, casi llegando a ser negro.
— Savannah — la llamé un par de veces esperando a que reaccionara, estaba rígida y con los ojos idos hacia atrás.
— ¡Papito mira! — el chillido de Pía hizo que deje de mirar por unos segundos a Savannah y corra mi vista hacia mi hija. Vi como la respiración de Mikel volvía a la normalidad y como agitaba su cola en forma de agradecimiento por las caricias de Pía.
Sonreí al ver a Pía feliz y le dije que espere allí mientras cargaba a Savannah hacía la casa, la recosté sobre mi cama y limpie su rostro con un paño húmedo.
Sin dudad ese era otro de sus poderes.
...
— ¿Marcus? — la confundida voz de Sav llegó hasta mí, la había dejado recuperarse en mi cuarto mientras Pía y yo habíamos decidido hacer una galletas de chocolate.
— ¡Gracias! — Pía me había ganado de antemano abalanzándose sobre Sav para abrazarla — Mikel y yo estamos muy contentos.
— De nada pequeña, lo hubiera hecho por cualquiera.
— Toma asiento, te ves cansada — mi pequeña hija arrastró a Sav hacia el taburete y siguió haciendo formas de corazones en la masa.
Fijé mi vista en sus hermosos ojos y en su perfecto rostro, no podía creer lo afortunado que era de tenerla. Me acerqué a ella y la rodee con mis brazos aspirando su exquisito aroma, llevaba una camiseta mía sobre sus short, ya que había manchado su remera con sangre.
— Gracias, ella va a estar agradecida para siempre — susurré en su oído viendo a Pía decorando las galletitas -. Ambos estamos agradecidos, pero no lo vuelvas a hacer, no me gusta la manera en la que terminas tú.
— Lo sé, es el único de mis poderes que consume más energía — dijo mirándome con cansancio — Sólo bésame...
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She is my mate.
WerewolfNunca creí haberla encontrado, nunca creí poderla tener en mis manos y menos pensar que era MIA, porque ella es mi mate. *** Una pareja cargada de pasión y deseo, pero sobre todo problemas... ¿El amor es suficiente para rescatarte de la oscuridad...