SAVANNAH:
— Sabes que odio las sorpresas Marcus...
Empezaba a desesperarme, odiaba las sorpresas. Odiaba haberlo perdonado con tanta facilidad; sé que debería de haber confiado en mí y haberme defendido. Pero como culparlo cuando yo le ocultaba más cosas.
— Lo sé nena, pero falta poco — respondió, tomando mi mano. Sabía que estaba sonriendo, claro que no lo veía por el puto pañuelo que tenía en mis ojos, pero sabía que lo hacía.
— Eso me lo has dicho hace una hora atrás — bufé, histérica.
— Sólo un poco más.
[...]
— Llegamos — anunció Marcus —. Ven, no te quites la venda.
Soltó mi mano, bajó del auto. Abrió mi puerta, volvió a tomar mi mano y me ayudó a bajar.
— Puedo caminar sola — protesté cuando me tomó como estilo nupcial.
— Sí, pero me gusta más así.
El olor a pino inundó mis fosas nasales. Me dejé llevar por los lentos latidos del corazón de Marcus y me relajé en sus brazos. Sientí el ruido de las maderas rechinar bajo los pies de Marcus, y como una vieja puerta suena al ser abierta; era como esas típicas películas de terror: cuando uno de los personajes entra a una casa abandonada y al abrir la puerta hace un horroroso ruido, y no sabes si entrar o simplemente salir corriendo.
Luego de escuchar como la puerta se cerraba detrás de nosotros sentí como mis pies tocan el piso de madera. El ambiente cálido y acogedor me envuelve, y el olor a madera vieja es lo primero que aprecio.
— ¿Ya me puedo quitar esto?
— Claro... Pero primero debes prometerme que no habrá ningún castigo.
— Lo prometo — deslizó sus manos por detrás de mí y desató el pequeño nudo.
— Abre los ojos — susurró en mi oído, mientras me envolvía con sus brazos por mi cintura.
Abrí mis ojos lentamente y la luz me cegó por instantes. Me encontré con una rustica chimenea que desprendía olor a madera quemada. La sala solo está iluminada por velas y encima de la alfombra, en frente a la chimenea, había un colchón con acolchados y almohadones. A un costado hay una pequeña mesa de vidrio con sushi y dos copas de vino. Toda la sala tenía un ambiente romántico, con pétalos de rosas dispersados y una lenta música de fondo.
— Marcus... Esto es... — no tenía palabras para describir como me sentía.
— No es nada, quería darte un lindo gesto.
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She is my mate.
WerewolfNunca creí haberla encontrado, nunca creí poderla tener en mis manos y menos pensar que era MIA, porque ella es mi mate. *** Una pareja cargada de pasión y deseo, pero sobre todo problemas... ¿El amor es suficiente para rescatarte de la oscuridad...