She is my mate.

Capítulo 12 [1/2]

Especial [1/2]

SAVANNAH:

Me remuevo incómoda en la cama, buscando ese cálido calor de todas las mañanas pero sólo siento las frías sábanas.

Abrí de a poco mis ojos cegándome con la luz que se filtraba por las rojas cortinas, un suspiro fue soltado de mis labios para luego levantar mi cuerpo y dirigirme hacia el baño.

Lavé mi rostro y cepillé mis dientes. Luego traté de acomodar mi cabello y digo traté porque precisamente hoy mi cabello está más despeinado que nunca. Me encogí de hombros y sólo hice una coleta alta, hoy estaba de buen humor, así que no dejaría que mi estúpido cabello se interponga en mi camino.

Caminé descalza por el piso de madera y abrí las maletas negras que estaban ahora sobre la cama. Tomé mi ropa interior, unos desgastados shorts de jeans negros, un top negro con estampado de girasoles y mis converse negras.

Salí de la habitación y bajé las escaleras de dos en dos. Caminé hacia donde escuché las voces de los demás, pasé a través de la puerta de cristal que llevaba al jardín trasero. Vi a toda mi familia sentada a punto de desayunar. Natalie estaba sirviendo el desayuno, Peter leía el diario, Marcus hablaba con Samuel, Seth como siempre estaba con Lía y éstos hablan con Jess y por último estaba Kian jugando con ¿Pía?

— Menos mal que despiertas cariño — Natalie me sonríe desde la punta de la mesa.

— Pensé que los vampiros dormían menos — dice Samuel con burla.

— Estaba cansada — me encogí de hombros y caminé hacia Marcus.

— Hola amor — me da un tierno beso en los labios y me jala hasta quedar sentada en su regazo.

— Hola Savi — me saludó Pía desde el césped en donde estaba jugando con Kian.

— Hola linda — le tiré un beso y tomé una tostada untándole mermelada de frambuesa.

— Hicimos un cambio de planes, te irás con Marcus al almuerzo y a la tarde vendrán a arreglarse, en la noche será la cena de presentación — declaró Natalie mirándome con entusiasmo.

— Claro.

...

— Vamos, te tengo una sorpresa. — Marcus tiró de mí hacia la entrada de la casa y salimos, una vez más, hacia afuera.

— ¿A dónde vamos? — pregunté subiéndome a la Ranger de Marcus.

— Sorpresa.

¿Sorpresa? Sí, la sorpresa que te llevarás en la noche cuando te deje sin sexo. Maldito.

Me dediqué a mirar el paisaje entretenido...

A quien engaño estaba más que ansiosa, sólo me quedé mirando un punto en específico y pensando cuál sería mi sorpresa. Dejé de pensar cuando Marcus se detuvo, miré hacia al frente y me sorprendí al encontrarme con un bosque.