Capítulo 19

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SAVANNAH:

Su rostro se había desfigurado y no sabía qué hacer o decir, solo estaba ahí parada mirándolo fijamente, mientras él solo me rogaba con la mirada una explicación, una que no sabía cómo darle.

— ¿Ca-casada? – preguntó con un hilo de voz.

— Si, pero puedo explicarlo – caminé hacia él, pero rápidamente se paró de su lugar y camino a la otra punta de la habitación.

— ¿Explicar que estas casada? ¡¿Cómo explicar que amaste a otro hombre ates que yo?!

— ¡Nunca lo ame! ¡Deja que lo explique!

— Entonces explícalo, joder... – le pegó a la pared dejando pequeñas manchas de sangre — ¡¿Cómo es que hay un hombre que te reclama como suya, cuando hace unos minutos decías que eres mía?!

— Y lo soy, siempre voy a ser tuya... Solo escucha y después haz lo que quieras...

— Muy bien, habla.

— Richard Pierce no es a lo que se le pudo llamar "padre" a pesar de no serlo siempre me quiso para conquistar y obtener todo lo que él quería, gracias a la manipulación llegó a ser el Rey de los Vampiros y cuando quiso más poder decidió cambiarme a mí por el tratado de "Sangre de Luna" – lo mire unos segundos viendo su reacción pero solo fruncía el ceño —. Todo esto se llevaría a cabo cuando Maximus, en ese tiempo un prestigioso Conde, se casase conmigo... Mi padre no desaprovechó la ocasión y aceptó gustoso, tanto que ya habían colocado la fecha de mi compromiso. Y sí, me casé con Maximus, pero no por "amarlo" si no por obligación.

>> La noche de bodas fue lo peor, perder lo único que me pertenecía... con una persona que solo iba a arruinar mi vida hacía que me de asco de mi misma... Unos meses después quedé embarazada... – suspiré y vi el dolor en los ojos de Marcus los cuales no despegaba de mi —. Era una niña... pero Maximus estaba obsesionado con un heredero "una mujer no puede darse tales lujos" eso me repetía siempre que preguntaba por ella, aunque ya sabía la respuesta. Después de eso nada fue lo mismo, los gritos, golpes y torturas aumentaron, hasta que un día escapé sabiendo que él vendría detrás de mí... y aquí estoy, he estado todo este tiempo huyendo hasta que di contigo.

— Me lo ocultaste todo este tiempo – susurró con dolor —. Voy a tomar un poco de aire – fue lo único que dijo, antes de salir por la puerta.

Me tiré en la cama haciéndome un pequeño bollo y llorando como hacía años no lo hacía, llorando por la mierda de vida que tenía y en lo único que podía pensar era en estar muerta al lado de mi hija.

Por un momento dejé de ser fuerte, y se sintió bien.


MARCUS:

She is my mate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora