Capítulo 10

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SAVANNAH:

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SAVANNAH:

— Vamos Savannah, no puedes tardar tanto — el grito de Marcus me sacó de mis pensamientos.

Estaba frente al espejo de cuerpo completo mirando mi cuerpo, se veía débil, pero no quería beber más sangre; algunos de sus efectos al consumir mucha era que no podía parar de hacerlo, era como drogarse, se empezaba de a poco y luego se iba haciendo una adicción.

El poder de sanación era el que más energía utilizaba, no podía ir por la vida resucitando muertos, pero si podía sanar heridas aunque eso implicaba el consumo de mi energía y depende de la magnitud de la herida podía llegar a consumir hasta mi propia vida.

Me coloqué mí ropa interior, un vestido veraniego azul que era de tirantes y suelto de la cintura para abajo, junto con mis Converse blancas; dejé mi cabello suelto y coloqué un poco de rímel para resaltar más mis ojos azules ya que estaba utilizando mis lentillas.

— Estas hermosa — me tomó de la cintura cuando llegué hacia él y dejó un rápido beso en mis labios para luego tomar mi mano y salir de la casa.

Subimos a la Ranger de Marcus mientras discutíamos lo corto del vestido, Marcus era bastante celoso y berrinchudo con el tema de mi vestimenta, no me importaba, de todos modos vestiría como a mime gustase.

— Todo saldrá bien — dijo Marcus viéndome de reojo.

Estaba nerviosa, iría a conocer a mi "verdadera familia" y lo que más me asustaba era que todos ellos eran licántropos y yo un vampiro, aunque los vampiros y licántropos se llevaban bien, aún quedaban algunos que estaban en contra de esta "amistad" que era un tratado en donde decía que los vampiros no se metían con los licántropos y viceversa.

Me daba miedo lo que ellos podían pensar de mí, no tenía una buena reputación y había muchos rumores. Y podía llegar a entender que no me aceptasen, había cometido errores, pero siempre dije que la pérdida de mi hija era uno de los peores castigos que me podrían haber dado por la muerte de miles de almas "inocentes"

Las malas lenguas decían que yo había matado a miles de familias, sin ni siquiera saber que nunca mataría ni a mujeres humanas o niños, en la corte era un delito hacer aquello, aunque muchos me culparon nunca encontraron evidencia suficiente para llevarme a la hoguera. Si llegabas a cometer un grave error te cortaban la cabeza y te aprendían fuego, sin quitar el hecho de la tortura. En estos tiempos uno no podía ir por la vida matando humanos, había distintos centros que suministraban sangre a los vampiros, te daban raciones de sangre para todos los días, haciendo que no tengas que matar humanos.

— Lo sé, sólo que somos diferentes... — contesté sin despegar mi mirada de mis manos.

— Te entiendo, pero eres su hija y te quieren tal y como eres, Savannah — hizo una pausa apretando mi pierna descubierta —. He visto como todos estos años te han buscado, ellos te quieren.

She is my mate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora