1x01: Dreams

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Intenté calmar mi acelerada respiración mientras hacía presión en la herida

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Intenté calmar mi acelerada respiración mientras hacía presión en la herida.

—Fue un honor conocer a alguien como tú, Xarnis. Lamento que esto acabara así —me dijo, adolorido.

—Tú provocaste esto... —susurré molesto y, a pesar del dolor en mi pierna, logré ponerme de pie y apuntar mi katana hacia él—. Déjame acabar con este sinsentido, de una vez.

Una Semana Antes"Los sueños son algo ajeno a la realidad, pero igualmente puedes ser dañado en ellos

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Una Semana Antes
"Los sueños son algo ajeno a la realidad, pero igualmente puedes ser dañado en ellos. Dicen que: al dormir, creas inconscientemente un mundo en el que tú eres Dios, pero nadie habla nunca de aquellos sueños que son creados por alguien más y terminan insertados en tu mente; esos que tienen como objetivo destruir tu estabilidad emocional".

Leer mientras viajaba era algo que encontraba extremadamente placentero.
Sentir el tacto de un libro mientras caminas por un lugar al que no le otorgas mucha importancia se había vuelto en, más que un hábito, una adicción. No obstante, carecía yo de intención alguna de deshacerme de ella.

Apenas cayendo la noche, llegué a Skaltrick, la primera posada. Atravesé la puerta y me detuve en la barra pero, antes de tomar asiento, un hombre se abalanzó sobre mí. En un movimiento ágil lo esquivé y coloqué la punta de Ghostwatcher en su cuello. El desconocido levantó ambas manos a modo de tregua y retrocedió algunos pasos, cauteloso. La capucha que cubría parte de su rostro cayó hacia atrás, dejando ver aquella plateada cabellera que acompañaba sus afinadas orejas.

—¿Qué hace alguien como tú por aquí? —me preguntó, sin despegar sus ojos de mi afilada arma.

—Nuestras razas están en paz. ¿Por qué un humano no puede viajar libremente por el mundo?

—El territorio humano termina en la llanura. Sabes muy bien que no pueden entrar en nuestro territorio sin autorización.

—Oh, tengo autorización —respondí, altanero.

De seguido, remangué mi chaqueta dejando a simple vista la marca circular en mi antebrazo. El hombre la examinó detenidamente: la curiosidad destacando en sus ojos mientras buscaba hasta el mínimo detalle que pudiera delatar una falsificación. El elfo me miró de nuevo, esta vez no con irritación, sino con... ¿respeto, puede ser?

El Guardián de Erafall ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora