El barco no tardó en zarpar. Se habían reunido en la cubierta más de veinte personas, aparentemente la mayoría siendo humanos. Según la explicación de Percyra, muchos renegados huían de sus reinos y buscaban exilio en el gélido bosque cerca del Reino de los Domadores.
Uno de los grumetes se acercó a mi, le echó una lujuriosa mirada a mi compañera y luego tocó uno de mis brazos.
—¿Ustedes son humanos? —preguntó
—Yo sí —respondí—, pero creo que ella claramente se ve como una bruja.
El muchacho hizo una mueca ante mi respuesta y siguió caminando.
—¿Qué fue eso? —habló Percyra en voz baja.
—No tengo la más mínima idea.
—Este barco me da muy mala espina —confesó—. Los ojos del capitán me aterran. ¿Recuerdas lo que dijo el hombre de las carnes? Este tipo se trae algo entre manos.
—No puedes juzgar a alguien por lo que diga la gente —rectifiqué—. Tenemos que comprobarlo nosotros mismos.
—Pues esta es tu oportunidad.
No me di cuenta hasta que estuvo detrás de mí. Mi compañera soltó una sonrisa nerviosa y se disculpó. Entonces, caminó al otro extremo de la cubierta. Me di una vuelta para encontrarme con un hombre de muy mala reputación.
—¿Cómo va todo, capitán?
—Oh, por favor, llámame Seivel —hizo un gesto con su mano para quitarle importancia—. Verás, muchacho, me caes bien. Desde pequeño, he sabido cómo calar a las personas. Reconozco el talento cuando lo veo y tú...
—Xarnis —completé.
—¡Xarnis!, pareces tener un futuro brillante. Cuéntame: ¿puedo confiar en ti?
Esa era una pregunta interesante. El hombre había pasado su brazo sobre mi nuca como si tuviéramos tanta confianza y me había obligado a ver el extenso mar frente a nosotros.
—Creo que la decisión sobre en quién confiar es algo personal.
—Xarnis, ¿qué ves delante de ti?
—Agua.
—Te equivocas. Vamos, mira más de cerca.
Después de unos segundos, noté algo en el horizonte:
—Una tormenta se avecina...
—¡Bingo! He estado esperando esto por semanas. Hoy va a ser un día estupendo. Si todo sale bien, muchacho, voy a ser grande —me susurró al oído de la forma más amenazante posible antes de separarse de mí y darme una palmada en la espalda—. No me defraudes, Xarnis. Cuento contigo.
Percyra volvió a mi lado una vez Seivel desapareció de la cubierta del barco. Milly asomó su cabecilla desde el bolsillo de mi chaqueta, pero tuve que aplacarla delicadamente con un dedo.
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El Guardián de Erafall ©
خيال (فانتازيا)Xarnis, el futuro Guardián, se verá obligado a enfrentar un oscuro secreto con el fin de proteger Erafall. Mientras las brujas sigan anhelando venganza, el frágil equilibrio del mundo seguirá pendido de un hilo. *** En el mágico mundo de Erafall, do...