2x08: Hiroi

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Zeronel caminó alrededor de la mesa, evitando chocar con los bordes de la misma

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Zeronel caminó alrededor de la mesa, evitando chocar con los bordes de la misma. La reina decidió sentarse junto a Claran, con la que compartió una efímera charla. El comandante se permitió agarrar uno de los mapas sobre la mesa y, notando que este poseía algunas diferencias respecto al mío, me acerqué a comprobarlo.

—Tu mapa está desactualizado, Xarnis —indicó—. Es una sorpresa que no te hayas perdido en el bosque. Puedes tomar uno de los nuestros: tenemos bastantes por aquí.

Sin darle muchas vueltas, aparté uno de los mapas con el objetivo de llevármelo luego y le di las gracias a mi maestro, que ahora se había acercado a la reina.

—¿Por qué no empezamos de una vez por todas? —le dijo.

—Claran —llamó la reina, y la chica se puso de pie y cerró la puerta con seguro. Después, Su Majestad se acomodó a un lado de la mesa central—. Hemos convocado esta reunión con el objetivo de dejar claros ciertos parámetros respecto a la desterrada Liniera y establecer un plan conciso con el fin de proteger nuestro hogar.

—Primero deberíamos darle a Xarnis toda la información que se considere relevante aquí —habló Zeronel—. Dime, hijo, ¿hay algo sobre este tema que te quite el sueño?

La pregunta no me tomaba de sorpresa, sino todo lo contrario. Sabiendo previamente que alguien me propondría algo parecido, ya traía ensayada mi respuesta.

—No creo que haya más que resaltar, a menos que exista alguna manera de destruir este lugar de la que no estoy enterado —me limité a decir.

Todos en la habitación compartieron miradas de confusión. Percyra me agarró del brazo y me jaló hacia ella, permitiéndonos intercambiar susurros.

—¿Qué tratas de insinuar, idiota? —habló, algo agitada.

—Ya viste que, al conocerla, la reina nos intentó ocultar el caso de Liniera. Estoy dejando que diga todo lo necesario ahora, para evitar malentendidos después.

—Respecto a tus palabras, Xarnis —interrumpió Eílis—, no hay manera de destruir este lugar sin pasar desapercibidos. Todos los seres vivos en Erafall, incluso los que tienen la menor cantidad de magia posible, emanan un aura que los identifica y diferencia de sus iguales. Nuestro sistema de vigilancia trabaja en base al aura así que, sea quien sea, no logrará infiltrarse en el jardín sin hacer sonar las alarmas.

—Incluso los antiguos maestros de la magia no podían reprimir la existencia de sus auras —continuó Claran—. Se necesita un control exquisito y constante de la magia para alcanzar tan refinado nivel de camuflaje. Nadie ha podido suprimir completamente el aura, y nadie lo logrará.

—¿Cómo estás tan segura de eso? —se me ocurrió preguntar— No sé cuánto conocimiento tienes tú, pero ya he luchado contra armas creadas por brujas. Estoy casi seguro de que los Kaykax son solo el inicio del arsenal que tienen en su poder.

El Guardián de Erafall ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora