CAPITULO 25

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El tiempo va a cámara lenta, nuestro protagonista se encuentra girando lentamente en la dirección opuesta a la máquina para salir corriendo; sin un arma, sin un plan, nuevamente intentando saber que estaba pasando. Sus oportunidades de supervivencia seguramente ya están por los suelos.

—¡¿Pero que mierda-?! —dijo en voz alta mientras corría esquivando los ataques de la máquina desconocida.

Intento buscar una forma más efectiva de esquivarlos, lamentablemente, los ataques fueron demasiado aleatorios, la maquina daba pasos pequeños y uno que otro salto medio para moverse unos cuantos metros; distancia suficiente para estar pisando los talones a Abel.

—¡¿Que se supone que es esa cosa?!, ¿Alguna especie de máquina?, ¿Porque tiene forma de basurero público?, ¿Que me está disparando?

La arena le complicó el movimiento, sentía que se estaba cansando más, incluyendo el hecho de que una de sus piernas estaba bastante adolorida y uno de sus brazos está mal, claramente empezó a perder velocidad y pronto estaba luchando por intentar caminar bien.

La máquina iba a lanzar otro ataque hasta que repentinamente en un salto al momento de aterrizar quedó enterrada en la arena la mitad de sus cortas piernas impidiéndole moverse demasiado, Abel al ver lo sucedido no perdió tiempo y continuo acelerando el paso.

Frente a él había una gran duna de arena que era golpeada por el viento, levantando microscópicos cristales arenosos, entonces una idea surgió en su mente.

Rápidamente escalo la montaña de arena pura y se posicionó en el lado contrario a la máquina, luego empezó a usar su mano para excavar un pequeño hueco en la arena en donde se recostó y posteriormente empezó a enterrarse.

Escucho como a lo lejos la máquina volvía a disparar sin sentido y a saltar medianamente, por lo cual también se apresuró a cubrirse por completo para desaparecer su figura en la arena.

El esperaría lo suficiente hasta que aquella máquina perdiera el interés sobre él. Una idea muy buena que no sabía cómo terminaría.

Cuando termino de cubrir su rostro dejo suficiente espacio para respirar por la nariz la cual estaba medianamente cubierta con arena, el término a ciegas y casi sin escuchar, lo único que podía hacer era no moverse y tener que esperar.

El viento se encargaría de borrar sus huellas y movimientos, cubrirlo con más arena incluso.

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ACTUALMENTE

—!Está fue la peor idea de la historia! —gritaba internamente mientras escuchaba como la máquina daba vueltas de un lado a otro. El calor lo estaba matando de deshidratación.

Movió un poco la cabeza para retirar un poco de arena de sus ojos e intentar ver en donde estaba la máquina.

Se sorprendió al saber que ya no era solo una máquina, sino millares, frente a él pasando sobre las dunas de arena, moviéndose a varios metros de el, de cientos de tamaños y formas.

¿Cómo fue que habían aparecido tantas sin hacerse notar?

Estuvo aquí durante 2 largos minutos y suponía el, en ningún momento hubo vibraciones provinientes de tal cantidad de máquinas con tamaños corporales exagerados, supuso que tal tamaño debería tener un peso considerable y una fuerza por igual.

¿Que es lo que está pasando aquí? —fue lo único que pudo pensar. Mientras me encuentro bajo la árida arena, bajo un sol sin misericordia y rodeado por extrañas criaturas de metal oxidado con formas corporales raras.

Como resultado en conjunto, no puedo moverme mientras esté a una distancia tan cercana.

¿Soy el mejor guerrero de Dios o algo asi?, ¡¿Por que me tiene que ocurrir esto solo a mi?! —me cuestionó internamente, mientras tanto, siento la arena llevada por el viento agruparse sobre mi.

—Ah, claro, porque yo fui quién decidió valorar su corta vida en una situación de vida o muerte confusa. —me respondí a mi mismo.

Han pasado alrededor de 15 minutos, a lo largo de ese tiempo estuve escuchando lejanas detonaciones que entretuvieron a estas cosas durante un momento. Como si esperarán algo, miraron al mismo tiempo hacia el mismo lugar; la ciudad aún humeante.

Aproveche el tiempo para concentrarme en intentar apaciguar mis dudas de todo lo que me ha pasado últimamente.

Primero desperté y sin sentido alguno todo el lugar era un cementerio, después me di cuenta que todo era diferente...más bien catastrófico, a lo largo que estuve mirando me comenzaron a surgir más dudas del porque estaba todo el sitio tan lúgubre, encontré más cadáveres de prácticamente todo el personal de las instalaciones, accidentalmente active o ¿Reactive? el sistema de seguridad y para mí mala suerte me persiguieron los droides ¿¿CAN(si es que aún se les podía llamar así a esos Wendigos)??, logré escapar por los pelos de allí medio herido mandando a toda la base por los aires, y según la poca información que encontré estoy en el año ¿oncemil... novecientos treinta y siete?...dios, eso es demasiado tiempo. —reflexione silenciosamente para evitar aburrirme y moverme.

Las criaturas metálicas se movieron finalmente tras estar estáticas admirando la ciudad, se dirigen hacia allá, algunas eran más rápidas que otras e incluso vi algunas que ¿volaban o flotaban en el aire? Otras, iban haciendo algún tipo de deslizamiento sobre la arena, y eran más grandes; de un color oscuro y viejo, andando cuadrúpedos.

Esos que caminaban bípedos y eran más largos en tamaño estaban acompañados por alguna especie de taladros voladores gigantes con caras, los seguían a paso lento, como algún tipo de escolta. Luego, los bípedos se quedaron quietos en fila mientras el resto de cubetas andaban hacia la ciudad, y fue entonces que los chirridos de un motor con problemas de arranque se escucharon por todos lados.

Esos taladros voladores empezaron a descender sobre la arena y cuando tocaron el suelo arenoso lo comenzaron a perforar haciendo grandes agujeros por los cuales las criaturas metálicas bípedas y las cuadrupedas empezaban a descender.

¿Para que? No tengo idea, pero es seguro que lo hacen coordinadamente por algo.

Había vuelto a estar a solas, por lo que creía, ahora tenía una oportunidad para escapar de allí. Cuando finalmente me levanté de la arena y me sacudí lo más que pude comencé a mirar a mi alrededor para buscar un lugar a donde ir. Pero solo había uno: La ciudad, a la misma dirección en la que fueron esas cosas.

Mierda... —fue lo único que dije antes de caminar apresuradamente por la arena hacia la ciudad, al mismo tiempo, un sentimiento de incomodidad y duda me decían internamente que era una mala idea.

UN RAYO DE ESPERANZA (Nier:Autómata FanFic story)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora