CAPITULO 7

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El viaje a Japón fue tranquilo, me sorprende no haber sido perseguido por cazas disparando por hacer una incursión nocturna y después despegar un avión sin autorización. La madrugada es fría, pronto comenzará a amanecer nuevamente,  después de todo estoy moviéndome en dirección contraria al ciclo nocturna de la tierra. Siempre me pregunté ¿Que pasaría si la rotación terrestre se detiene? Una pregunta bastante típica cuando miras el mundo desde el aire en otro punto.

Jedrek Czajka, el héroe de guerra pilota tranquilamente este avión como si estuviera en una misión cualquiera más, con la mirada al frente y momentáneamente al panel de controles. El sol comienza a hacerse poco visible, el cielo pasa de estar oscuro a un azul oscuro y nublado. Desde el mar el cielo aún debe ser oscuro.

Al frente, una hilera de torres grises aparece y pronto pequeños edificios también, el denso humo y la nieve mezclada con radiación latente cae en pequeñas manchas plateadas una tras otra hasta hacerse millones. Japón, el primer país que sufrió la cloración blanca y el levantamiento de la Legión está frente a mi, abandonada de cualquier vida a excepción de las Sombras y las cucarachas que volvieron a sobrevivir algo imposible.
Allí bajo tierra se decidirá mi destino y el de la raza humana, si es posible.

—El viejo aeropuerto Narita se encuentra a 77 kilómetros, tendrás que caminar hasta Tokio por tu cuenta, espero que lleves algún arma porque a partir de la salida estás expuesto a las pequeña serie de amenazas que habitan Japón. Son parte de la fauna local, criaturas silvestres no pertenecientes al orden natural pero que se comportan como tales. — Jedrek rompió el silencio haciendo que recuerde algo importante: voy desarmado.

Evité usar armas en caso de fallar mi incursión creyendo que así serían más flexibles con migo en caso de ser llevado a un interrogatorio.

—Ahora que lo recuerdo, ni siquiera pensé en traer una en caso de que los guardias de seguridad me atraparán. —mencione mirando hacia las edificaciones debajo del avión.

Jedrek se agacha y toma algo debajo del tablero del avión, luego levanta su brazo hacia atrás con el objeto en mano.

—Toma esto y tal vez dures hasta el muro de contención. —dijo mientras me ofrecía un arma de bolsillo y un cargador de 9.00 mm.

Tomé el arma y la metí en mi bolsillo.

—Muchas gracias señor. —agradecí el regalo.

—No agradezcas, si es posible úsalo contigo mismo en caso de ser necesario, allí abajo en el muro las cosas dejan de ser comprensibles. —

—¿A que se refiere con "comprensibles"? —pregunte escéptico.

—Las Sombras, la enfermedad y la radiación no es lo único que hay aquí, hay otras cosas por las que debes preocuparte y que son mucho peores. Por ejemplo: ¿Recuerdas que antes detrás del muro y el levantamiento de Legionarios había personas obligadas a quedarse en la ciudad? —

—Si, creí que todas esas personas murieron con la enfermedad y los bombardeos ¿Cómo es posible que sobrevivieron? —

—No me refiero a esas personas, ya ni siquiera son humanos, tampoco los animales son animales, me refiero a lo que se convirtieron. Hubo reportes de avistamientos de criaturas humanoides hace años y perros del tamaño de un oso grizzly, luego el gobierno vino y aseguro que los animales sufrieron mutaciones por la radiación, sin embargo nunca mencionaron nada sobre los humanoides. — Jedrek dió una plática digna de un conspiranoico profesional, pero aún así tome nota mental solo por si acaso.

El Aeropuerto Internacional Narita se encuentra a suficiente distancia como para hacerse notar y por otro lado miro a lo lejos una abertura descomunal en un sector del muro gris oscuro, un recuerdo de la Legión para el mundo y su fuerza que aparecieron de forma inadvertida.

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Sobrevolando el primer tramo del aeropuerto el avión comienza a hacer su descenso y una ligera turbulencia no se hace esperar para darnos la bienvenida. El avión toca el sueño y va desacelerando hasta quedarse quieto. Bajo del avión y camino lejos de las alas.

—Señor Jedrek, muchas gracias por traerme hasta aquí y por el arma. — me despedí de Jedrek.

—No hay problema, solo asegúrate de no morir apenas salgas del aeropuerto, si por alguna razón llegas al muro no entres por la entrada o la salida, ni mucho menos por la abertura que dejó la Legión esos lugares son una trampa que solo los más tontos tienden a caer. Buena suerte — Jedrek menciono antes de volver a acelerar y despegar el avión apresuradamente.

Ahora mientras el avión se alea saco el cargador y la pistola de mi bolsillo para recargarla. Una vez recargada la llevo en mano mientras camino buscando la salida del aeropuerto.

Ahora solo falta avanzar entre la ciudad, si es posible entre los edificios con cautela.

El último paso es llegar al laboratorio.

UN RAYO DE ESPERANZA (Nier:Autómata FanFic story)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora