Capítulo 20: Plan

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Así que su plan de ignorar a Bokuto había empezado.

Se sentía mal. La noche anterior no había dormido muy bien porque no podía sacarse al mayor de la cabeza, lo que necesitaba hacer en realidad.

Caminaba por el pasillo sintiéndose un zombie, con la mirada perdida y ni sabiendo si su corazón seguía bombeando sangre. Aunque si estaba ahí, parado y respirando, debía seguir haciéndolo. Cosa que, por cierto, odiaba.

La gente pasaba a su lado y lo miraban preocupado. A Akaashi no le importaba, si a ellos nunca les había interesado, ¿por qué prestarle atención ahora?

—¡Akaashi, aquí estás! Cielos, te he estado buscando toda...

Con su estómago convirtiéndose en nada más que un hueco, Akaashi pasó de Bokuto.

Oh, sintió el humor del mayor caer hacia abajo.

Pero era por su bien...

O eso creía.

***

—Oye... Akaashi me ha estado ignorando todo el día.

—¿Y sabes por qué?

Volver del entrenamiento con Konoha volvía a ser una costumbre. Desde hace una semana había empezado a volver con Akaashi, divirtiéndose y contándole su día. A pesar del silencio que el chico le daba, él lo disfrutaba y ahora, volverse con Konoha... qué aburrido.

—No. Lo extraño.

—¿Y por qué no le preguntas qué le pasa?

—Porque me está ignorando. ¡Me evade!

Konoha suspiró.

—¿O sea que puedo aprovechar?

Bokuto golpeó su brazo.

—Oye —lo miró amenazante.

—¿¡Qué!? —sobó donde le golpeó—. ¡No te gusta, a mí sí!

—¿¡Te gusta Akaashi!?

—¡Sí!

Exclamó obvio.

—¡¿No has visto lo que es ese chico!? —Bokuto lo miró indignado—. ¡Es tranquilo pero divertido, es inteligente, tiene una sonrisa hermosa y un cuerpo increíble! ¡Obviamente me gusta, Bokuto!

—¿¡Cómo va a gustarte Akaashi!?

—¿¡Y a ti cómo no, idiota!?

—¡Pues n-no!

—¡Te lo pierdes! —exclamó deteniéndose—. No, es más, ¡te lo ganas! Akaashi solo te presta atención a ti, lo que, si soy sincero, ¡es una mierda!

—¡¿De qué tengo la culpa yo!?

—¡No lo sé pero no culparé a Akaashi!

—¡No puede gustarte Akaashi!

—¡Claro que puede, incluso planeaba invitarlo a salir!

Bokuto jadeó indignado.

—¡No te atreverías!

—Oh, sí... ¡Mira cómo lo hago!

Konoha sacó su teléfono sin despegar la mirada de Bokuto, quien, cada vez más, se ofendía. Era una situación un poco... graciosa, si la mirabas desde lejos.

—¡Estoy buscando su contacto!

—¡Oye, no!

Bokuto se tiró sobre Konoha, intentando quitarle el teléfono pero el rubio era fuerte para defenderse. Sin embargo, en un momento, logró su cometido.

—¡Dámelo!

Bokuto salió corriendo, saltando un cantero y huyendo del rubio, quien lo seguía molesto.

—¡No te permitiré salir con Akaashi!

—¡Cállate y dame mi teléfono!

—¡No!

Seguía corriendo, intentando eliminar el contacto del menor.

—¡Ni siquiera te gusta, mal amigo!

—¡Pero yo lo iba a invitar a salir!

—¡¿Que tú qué!?

—¡Sí, como escuchaste! ¡Lo iba a invitar a salir!

En realidad nunca se le pasó por la cabeza hacerlo pero solo quería molestar a Konoha.

—¡Eres el peor amigo del mundo!

—¡Dice el que me quiere robar a Akaashi!

—¡Posesivo, eso es lo que eres!

Bokuto dejó de correr, haciendo que el rubio también se detuviera.

—Invitaré a Akaashi. Te guste o no.

Le devolvió el teléfono.

—¿Y por qué?

—Bueno... ¡intentaré hablar con él!

Konoha jadeó, negando.

—A ti te gusta... —lo señaló con sus manos en sus rodillas—. A ti te gusta Akaashi pero no quieres aceptarlo...

Bokuto solo rió.

Así que una semana después, el as ideó un plan para invitar a salir a quien lo ignoraba. Estaba muy difícil el ejecutarlo, porque el menor solo pasaba de él, ignorando su completa existencia y destruyendo su ánimo.

Lo que pasó el jueves por la mañana fue lo que hizo que Bokuto decidiera tomar cartas en el asunto y acercarse a Akaashi, a pesar de que su existencia fuera nula para este.

—Oye, Keiji.

La silueta quizá un poco soberbia de Konoha iluminó los ojos de Bokuto. Caminaba al lado de Akaashi, quien tenía la mirada perdida en la ventana del pasillo. Lucía triste, quizá desanimado.

—Me preguntaba si querías... No lo sé, ¿salir conmigo mañana... por la noche?

Estaba mal lo que hacía, pero Bokuto los espiaba. Era un poco difícil ya que era un pasillo pero se había acomodado atrás de una pared para entrar a un curso, aunque eso ni siquiera importa.

—¿Salir contigo?

Suspiró al escuchar la voz del pelinegro. La extrañaba.

—Sí... ya sabes, como amigos... Ir a comer algo, no lo sé.

—Suena bien, Konoha-san. Muchas gracias.

Bokuto observó la sonrisa de Akaashi. Iluminaba el pasillo pero era falsa.

—¡¿En serio?! Wow... genial, gracias...

Y siguieron caminando, ignorando su existencia.

Bokuto mordió su labio inferior.

No le gustaba para nada lo que estaba pasando.

Radar | BokuakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora