Epílogo

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—¿Qué?

Su corazón comenzó a latir de manera desenfrenada. Bien, no sintió su rostro arder ni las mariposas en el estómago pero sabía que estaba emocionado.

—Akaashi, ¡me gustas! —Se acercó más, casi tirándose sobre él y tomando su cuello.

—Bokuto-san, ¿cómo?

—¡Me gustas por todo! Solo necesité de un entrenamiento y una charla con Konoha para darme cuenta que me gustas y... ¡Y que soy un tonto porque pensé que no!

El menor lo miraba confundido.

—¡Akaashi, me gustas mucho! —juntó sus frentes sonriente—. ¡Sé mi novio, por favor!

—Pero, B-Bokuto-san...

—¡Te trataré bien! —Lo miró fijo y rápidamente se bajó de la cama, tomando su mano y tirando de él—. ¡Seré el mejor novio del mundo, lo juro! ¡Te traeré comida siempre y te abrazaré cuando te sientas mal, te besaré y dormiré contigo todas las noches! —exclamó—. ¡Te amo, Akaashi!

Bien, eso no se lo esperaba. Qué enérgico que era Bokuto.

—¡Sé mi novio, por favor!

Se arrodilló.

Ahora Akaashi sí sintió su rostro arder.

—¡Me gustas, me gustas, me gustas mucho! ¡Y lamento no haberme dado cuenta antes! —tomó su mano.

—Bokuto-san, tranquilo... y-yo...

La mirada del mayor hizo saltar su corazón.

Así que esto era el amor.

Mordió su labio inferior, comenzando a sonreír.

—Está bien, Bokuto-san. Seré tu novio.

—¿Lo dices en serio?

Lo miró sorprendido. Casi incrédulo. Akaashi quiso reír, pero solo asintió.

—Sí, Bokuto-san. Seamos novios...

—¡Qué genial!

Se levantó, tirando de su mano.

—¡Gracias, Akaashi!

Y sin dejarlo responder, se tiró a abrazarlo. El pelinegro soltó una carcajada, dejando su espalda chocar contra el colchón y dejar a Bokuto abrazando su pecho.

—¡Te amo, Akaashi!

—Y yo a ti, Bokuto-san.

—¡Me gustas mucho! —alzó su mirada, sonriente.

—Y tú a mí igual.

Sonrió.

Radar | BokuakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora