Radar | Bokuaka

Capítulo 16: ¿Estás celoso?

Cuando la fiesta terminó, Akaashi se despidió de Kuroo entre besos y se fue con Bokuto, quien desde que subió al auto, había estado callado. Al principio le resultó extraño, realmente creyó que iba a exclamar y contarle todo lo que pasó, quizá incluso decirle si realmente intentó algo con la chica que le gustaba a pesar de que no le interesaba escucharlo.

Aún así Akaashi no le dio tanta importancia, estaba ocupado emocionándose y retorciéndose en su interior porque, Cielos, había dado su primer beso... ¡Y con un chico excesivamente apuesto! Kuroo había sido tierno con él y a la vez rápido, besándolo y marcando sus labios para siempre. Akaashi no se arrepentía de ese beso; estaba feliz y orgulloso, quizá le había agarrado un pequeño gusto culposo a hacer eso.

Pero claro, todavía era inexperto. Si quería seguir besándose con desconocidos, tendría que seguir yendo a fiestas... Lo que lo devolvía, automáticamente, a Bokuto. Él era el que podría llevarlo a fiestas pero si no le hablaba, tenía la cosa un poco difícil.

Suspiró y quiso hablar con él, pero al momento de parar del auto, Bokuto bajó rápidamente.

¿Quizá quería vomitar?

Intentó no darle tanta importancia.

Pero se le hizo imposible cuando entró al cuarto del mayor y en la oscuridad se encontró con una cama en el piso.

Mordió su labio inferior y observó a Bokuto, quién ya estaba acostado, dándole la espalda.

¿Acaso estaba enojado con él?

En silencio, sintiendo una repentina angustia de no poder hablar con el chico que le gusta, se puso su pijama en silencio y se acostó, sacándose sus gafas y dejándolas sobre el buró de Bokuto.

En serio, iba a llorar.

No le gustaba que no le hablara. Todo se sentía extraño.

Apretó sus labios, perdiendo su vista en la oscuridad y debatiendo consigo mismo si debería despertarlo para hablar con él. Esto que estaba pasando no le estaba gustando ni en lo más mínimo.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando una mano se coló en su vista. Simplemente era Bokuto sacando el brazo para afuera de la cama, quizá muriendo de calor a pesar de que el invierno comenzaba.

Sin pensarlo, olvidándose de la vergüenza por un rato, alzó su mano y rozó sus dedos con los del mayor, jugueteando con ellos.

No esperaba una reacción de Bokuto, realmente creía que estaba durmiendo; sin embargo, casi se desmaya del susto cuando los dedos de Bokuto se movieron sobre los suyos, siguiéndole el juego.

El corazón de Akaashi empezó a dar vuelcos y sus sentidos se nublaron.

—Akaashi, ¿por qué besaste a Kuroo...?

La pregunta de Bokuto salió en un murmuro, con voz apenada y ronca. Akaashi se sintió fallecer.

—¿Nos viste, Bokuto-san? —preguntó, todavía rozando sus yemas con las de él.

—Sí... estaba a unos pasos de ustedes pero los vi perfectamente...

—Lo siento...

—¿Te gusta Kuroo, Akaashi?

—No —respondió al instante.

No le gustaba. ¡Solamente se había dado un beso con él!

Quien le gustaba realmente era Bokuto, pero el mayor era tonto para darse cuenta. Qué molestia.

—¿Y por qué lo besaste? —volvió a cuestionar, más triste—. ¿Tan lindo te pareció?

Akaashi frunció el ceño y tiró de la mano de Bokuto, sentándose y encarándolo. El mayor lo miró en la oscuridad con un puchero.

—Bokuto-san, ¿estás celoso?

Bufó.

—No...

Como el toque entre ellos todavía era vigente, Bokuto entrelazó sus manos.

Akaashi tembló ante eso.

Era lo más lejos que había llegado con él hasta ahora.

—Solo... no lo sé —suspiró, observando el agarre—. No me gustó verlos así, Akaashi. ¡Son mis amigos! Ahora... ahora quizá todo se vuelva incómodo cuando nos veamos los tres.

—No... —murmuró, volviendo a acostarse.

Akaashi observó sus manos y suspiró.

—¿Y por qué estoy durmiendo en el suelo, Bokuto-san? —preguntó para ya sacarse todas las dudas.

—Es que... Bueno, quizá sí estaba un poquito celoso.

—¿Y lo sigues estando?

—No...

—¿Entonces?

Los ojos curiosos y grandes de Bokuto observaron a Akaashi. La imagen le pareció tierna, porque solo veía eso, su frente y su cabello.

—¿Quieres venir a dormir conmigo, Akaashi?