Capitulo 1: "Los ocho más odiados"

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Las bombas cayeron y así mismo caían los cuerpos. Algunos chicos fueron capturados, otros lograron escapar a duras penas.

Cuando todo pasó, Nacho pasó de estar impaciente por los resultados de la Nueva Ola, a estar impaciente por escapar. Cuando abrió los ojos pudo ver como los guardias lo rodeaban, se sentía mareado y no podía acomodar sus ideas. No veía ningún rostro conocido. Trató de levantarse, pero fue inútil. Los guardias, quienes tenían órdenes de capturar a los targets, lo desmayaron y atraparon a su primer target.

Cuando el humo los invadió, Lleca estaba con Tacho, quien lloraba la aparente muerte de Jazmín. Lleca entendía poco, pero las lágrimas desgarradas de su amigo lo llevaban a entender que algo muy grave había pasado. Las bombas seguían cayendo y él intentó huir con Tacho, pero su amigo estaba entregado al dolor por la pérdida de su gitana. Lleca no quería dejarlo solo, y no hizo falta, ya que ambos cayeron desmayados ante las bombas. Al despertar no vio más ni a Tacho ni a Jazmín, solo vio a los guardias que se acercaban a él. Escuchó que habían transportado un cuerpo, que Tacho se había escapado cuando lo transportaban y que ahora lo trasladarían a él. Y los guardias de la jefa atraparon a dos targets más.

Cuando las bombas cayeron, Esperanza solo podía preguntarse donde estaba su hermana para ayudarlos con ese caos, sin saber que en ese momento Paz estaba siendo transportada a la corporación de la jefa de ministros. Esperanza corrió con Camilo cuando este encontró a Teo con una herida en el abdomen. Teo tenía el pulso débil y Esperanza solo oía los gritos de Camilo cuando le decía que mantuviera la presión. De pronto todo se volvía borroso, trató de mantener su concentración en la herida de Teo, pero sucumbió ante la pesadez de sus ojos. Camilo, luego de tratar de ayudar a cuanta gente pudo, sufrió el mismo destino. Cuando Esperanza abrió los ojos ya estaba siendo transportada por dos guardias, mientras escuchaba como pedían ayuda para movilizar el cuerpo sin vida de Teo Gorki y como los guardias informaban que no había señales de Camilo Estrella por ningún lado. Y así el gobierno, obtuvo tres targets más.

El estruendo de las bombas asustaron a todos, pero más a Rama cuando se dio cuenta de que su perra seguía afuera, así que corrió a buscarla. Kika, quien no aguantaba el pensamiento de perder a su amado justo después de perder a su madre, corrió tras él para buscarlo. Sin embargo, ninguno de los dos cumplió su propósito. Mina se perdió entre el humo y Rama nunca pudo encontrarla ni a ella ni a Kika. Kika quedó envuelta entre polvo y humo que nublaban su vista y jamás encontró a Rama. Ninguno de los dos supo que estaban más cerca de lo que pensaban, ya que en cuestión de minutos estaban desmayados. Cuando Rama abrió los ojos estaba sucio y tenía recuerdos borrosos de lo que había pasado. Solo tenía un pensamiento claro, Kika. Trató de escapar, pero no fue difícil para los guardias encontrarlo, puesto que aún estaba muy afectado por las bombas. Y los guardias encontraron a su séptimo target.

El octavo target dio batalla como ninguno de los anteriores la había dado, de hecho, había sido la captura más difícil de conseguir. No porque los guardias no pudieran encontrarla, ya que igual que todos, ella tenía un rastreador que presentaba su ubicación y su punto de vista, sino que a pesar de su confusión, peleó con todo lo que tenía para evitar ser atrapada, pero no fue suficiente. Cuando las bombas cayeron, el instinto de todos fue huir, pero el de Mar no, ya que su amado, al que le había jurado amor eterno, estaba en el agua y no iba a irse sin él. Gritó con todas sus fuerzas para que Thiago lograra llegar a ella; sin embargo, el humo la alcanzó primero. Cayó de rodillas y se aferró a la arena con todas sus fuerzas, obligándose a mantenerse despierta, pero en un momento perdió de vista a Thiago y por ende, su única ancla ante la pesadez que la abrumaba. Finalmente, cedió y aunque pateó, gritó y peleó, no evitó ser capturada. Y el gobierno atrapó a su octavo target.

Cinco de los targets capturados fueron colocados en distintas celdas de una cárcel de máxima seguridad, a dos de ellos los llevaron a otra sección para intentar sanarlos y al último lo dejaron en el altillo para estudiarlo. El gobierno comenzó a buscar a los targets restantes, quienes fueron reuniéndose dejando mensajes en internet y formaron 'La resistencia'.

Sin embargo, lo que la resistencia no sabía era que el gobierno iba a jugarles la carta maestra para capturarlos, un protocolo bautizado por un amante de las películas: Protocolo "Los ocho más odiados".

Hay otra historia escrita para no pensar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora