Capitulo 4: "La reina del rulo"

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-Hope, hope, hope...-Repetía Luz, acercándose a la celda de Esperanza. -Solo tenés que ceder y todo ese dolor y toda esa incertidumbre se acaba.

-¿Qué querés enferma? ¿Querés usarme para atrapar a los chicos? ¿Torturarme?

-Sabemos que no podemos quebrarte a un nivel físico, pero este encierro puede volver loco a cualquiera. Solo queremos tu cooperación y todo esto termina.

-Podés encerrarme toda la vida, nunca te voy a ayudar turra.

-Una pena.

Luz se alejó de ella y Esperanza volvió a hacer lo que estuvo haciendo por semanas para manterse cuerda, pensar en todos los que ama para no olvidarlos y recordar porqué estaba luchando. Sus queridos tíos, desde su adorable tío Rama que siempre la defendía y la hacía sentir especial, su tío Yayo que siempre la mimaba y escuchaba, los tíos Tacho y Jazmín, a quienes extrañaba de mucho antes, y que siempre tenían una palabra de aliento para ella y por supuesto su tía Mar aquella que siempre la había apoyado y entendido en sus tiempos más difíciles. Aunque sentía una afinidad especial con esos cinco, todos sus tíos eran especiales para ella y claro, sus versiones adolescentes no eran muy distintas, aunque eran un poco más inmaduros, hicieron del año anterior el mejor año de su vida.

El amor de sus hermanos: Cristóbal y Monito, locos lindos. Paz, su querida hermana de quien necesitaba un abrazo urgentemente. Su dulce Torito, que rogaba al cielo que estuviera bien. Los celos de su padre cuando se enteró de que estaba saliendo con Nerdito. Nerdito, el amor que pensó que nunca llegaría en el lugar menos pensado. La bólida de su madre, con quien siempre podía contar.

Todos esos recuerdos la mantenían entera y la mantenían resistiendo. A veces imaginaba que estaba en su beauty center de nuevo con su radio, poniendo sus canciones favoritas en el mandalay, despertando a los chicos, descargando sus sentimientos. Aunque en realidad estaba sola en una celda cantando para ella sola, hacer eso la hacía sentir mejor.

-Donde hay esperanza...-Tarareó para sí misma, muy en su interior, esperando una respuesta de alguien más, pero sin escuchar nada más que el sonido del silencio -Está mi casa. Donde hay amor, está mi casa- Esa última estrofa con lágrimas en sus ojos -Donde estás vos, está mi casa y al fin hoy yo...-Sollozó un poco y esbozó una pequeña sonrisa. -Vuelvo a casa.

-No hemos obtenido resultados, señora.

-Esperanza-Suspiró Luz mientras veía los resultados en las pantallas. -¿Se aumentó la intensidad del protocolo aplicado en León?

-Si señora.

-Entonces ya saben qué hacer. ¿Cómo están el resto de nuestros huéspedes?

-Hoy comenzamos el protocolo en la número siete y como previmos está presentando resistencia. El número ocho ya tiene cierto tiempo, pero pensamos que estamos cerca de obtener resultados satisfactorios. Con Gorki hemos tenido que esperar debido a la gravedad de su herida; sin embargo, confiamos que dentro de poco podremos comenzar.

-¿Y la número seis?-Le preguntó Luz con un tono firme, notando que por algún motivo estaba esquivando hablar de Mar.

-Señora, a nuestros científicos se les dificulta ejecutar el proceso en ella. Muchos guardias no se le quieren acercar.

-Ah bueno. -Luz soltó una risa. -¿Es una broma, no? Dígame que es una broma que una chica de 18 años puede con guardias con años de entrenamiento y científicos experimentados. Pero por favor, vaya a hacer su trabajo o buscaré a alguien que pueda. Y por favor, comiencen el protocolo con Esperanza.

Esperanza estaba recostada viendo el techo, cuando intentó pedir ayuda una vez más.

-¡TIC TAC!-Gritó, con la esperanza de que su amigo/primo/protector apareciera. Sin embargo, esa respuesta nunca llegó. -¡No te hagas el bólido, sé que estás acá, aparecé!

-Ay Esperanza, si esperás a alguien de allá no creo que aparezca-Comentó Luz acercándose de nuevo a la celda.

-¿Ahora qué querés?

Luz no dijo nada y le indicó con los ojos a los guardias lo que tenían que hacer.

Los guardias tomaron a Esperanza a la fuerza y por más que peleó no pudo evitar que la llevaran al altillo. Al entrar pudo ver como tenían a Paz conectada a muchas máquinas y el reloj conectado a otro montón de máquinas. Gritó con todas sus fuerzas que la soltaran, pero no hubo caso, eran más fuertes que ella. Nunca deseó más tener los poderes de su hermana.

-Seguro que si tus amigos en el otro plano tienen problemas llegando acá, es por nosotros, una disculpa. -Luz caminó lentamente hacia Paz. -Mis científicos tenían un poco de miedo de proceder tan agresivo, pero yo les dije que ella podía, ella es fuerte y poderosa como su madre, ¿no? Y mirá estos resultados, ¿magníficos, no crees?-Luz miró a Esperanza, quien lloraba enojada. -Y eso solamente con Marianella, Jazmín y Ramiro. -Al ver la cara de Esperanza, Luz supo que la tenían. Ella no sabía que Mar, Jazmín y Rama estaban ahí.

-Si les hacés algo...- Amenazó Esperanza con un hilo de voz.

-Y cuando atrape a los que falta, no habrá nada que se interponga entre nosotros y ese portal.

Y eso fue todo. Después de eso, la mente de Esperanza comenzó a llenarse de dudas y miedos, y por ahí es por donde los científicos de Luz pudieron colarse.

-Muy bien, vamos a comenzar la siguiente fase antes de que llegue la jefa y nos eche a todos.-Dijo uno de los científicos. -La número siete está atrasada, así que necesito que agilicen con ella. Nosotros vamos a proceder con el ocho.


Próximo capítulo: "El ocho", Domingo 19 de febrero.

Hay otra historia escrita para no pensar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora