Esperanza jamás se imaginó que estaría en esa situación: Llena de tierra, rompiéndose las uñas, boqueteando en los antiguos túneles de la casa en donde había crecido, con las fotos de su familia para darle fuerza cada vez que lo necesitara. No sabía cuanto tiempo llevaba haciendo eso, pero sabía que era bastante.
Había empezado a boquetear desde antes de que Nacho y Lleca se fueran, pero ahora sentía que era cada vez más urgente tener un lugar por donde salir o un lugar por donde los otros chicos pudieran entrar. Además, con la ausencia de sus dos tíos, cada vez se sentía más sola y sentía más la urgencia de encontrar un lugar por donde salir de esa cárcel.
En una de sus tantas aventuras en los túneles se había encontrado con una sorpresa: Nerdito, el hijo de Nacho y Tefi, con el que tenía un romance y que había extrañado por tanto tiempo. Emocionada por el reencuentro y porque después de tanto tiempo no se sentía sola, lo besó. Él se quedó con ella durante mucho tiempo, hasta que una tarde, Nerdito quiso seguir a su ricurita por los ductos y llegó al NE, donde Luz lo descubrió.
Luz creyó que había reseteado a Nerdito y lo envió a otra urbe, sin saber que el mayor de los Pérez Alzamendi tenía su memoria intacta y se lo hizo saber a Esperanza dejándole una nota que decía: "Nos volveremos a ver, Ricurita". Sin embargo, Esperanza volvió a estar sola.
-Se me va a ir la vida boqueteando. No doy más.-Se quejó Hope, pero luego se sacudió un poco las manos y volvió a tomar sus herramientas. -Vamos Hope, no podés perder la esperanza.-Después de un rato de golpear la pared sin resultados, escuchó un sonido diferente. Comenzó a tocar con sus manos y oprimió un ladrillo en particular, este produjo un suave "clic". Al presionarlo con más fuerza, se abrió una puerta trampa.
-¡Jodéme!-Gritó ella, para luego cruzar la abertura reptando. Llegó a un pasillo y comenzó a recorrerlo hasta llegar a la antigua red cloacal. Esperanza sabía que eso desembocaba al otro lado del muro. Lo había logrado. Fue entonces cuando comenzó a saltar y a gritar, casi llorando.
-¡Me muero muerta!-Exclamó al ver la hora en su reloj. Su próxima clienta en el beauty center iba a llegar en cualquier momento y si no la encontraba en el NE iba a ser sospechoso, así que tenía que regresar. Sabía que Luz la vigilaba muy de cerca, así como a todos los chicos del Mandalay. Sin embargo, regresó muchísimo más aliviada.
-Esperanza, gorda. No sabés lo último que tengo para contarte.-Exclamó su clienta, entrando al Beauty Center y acomodándose en su lugar para recibir su sesión de masajes.
-Contá gordi, que me muero con los chismes del NE.-Se rio Esperanza, jugando su papel de chica NE.
-Ayer capturaron a dos salvajes.-Exclamó la chica muy alegre y Hope se quedó congelada, rogando en sus adentros que no fueran sus tíos. -Parece que el gobierno mandó a guardias espías y les hicieron una cama. Te juro que no puedo creer lo que son esas bestias, encima están más buenos.
-Jodéme.-Comentó Esperanza, para luego seguir masajeándola y tratar de sacarle información. -Y decíme Valen, ¿Sabés quienes eran los espías? ¿Los conocemos? ¿Son algunos de los bombonazos de la guardia civil?
-No, no, parece que son dos chicas. Una era del grupo de voluntarios anti-salvajes, la petisita que salió a hablar hace unos meses. -Comentó la chica sin darle mucha importancia. Esperanza trató de evitar demostrar su preocupación -Ahora, hay que tener valentía para ir a infiltrarse con esas bestias. -Valentina siguió hablando, pero Esperanza solo pensaba en sus tíos. La espía petisita tenía que ser Mar. ¿A quiénes habían capturado? ¿A Thiago?
Unas horas después confirmó sus sospechas cuando Luz públicamente agradeció a Marianella y a Valeria por sus servicios al país y comunicó que habían capturado a dos salvajes sumamente peligrosos: Thiago Bedoya Agüero y Simón Arrechavaleta. Esperanza tuvo que contener sus lágrimas.
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Hay otra historia escrita para no pensar.
FanficCasi Angeles-Cuarta temporada. Después que el muro cayó Jay hizo varios intentos de volver en el tiempo para evitar que eso pasara, pero nada dio resultado. No importaba que cambiara, el destino hacía que el muro volviera a caer. Así que en lugar de...