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El desayuno se llevó a cabo con los tres ejecutivos desplomados en la sala. No quedó duda alguna ante todos allí que ella poseía una gran fuerza y no le gustaban las bromas. 

—Una mujer fría como la tempestad— resopló Señor Pink mientras la veía marchar con Corazón y Giolla tomados del brazo. Su expresión siempre ruda no se alteró por nada, los últimos días fueron más animados con la bella mujer en la guarida. 

En ese momento, todos sin importar su opinión sobre ella estaban comentando, espiando o tramando algo. Definitivamente esos días se volvieron muy divertidos.

Lao G, ese viejo agregó asintiendo —es como me gustan a mí— como si todo lo que ella hiciera podía ser perdonado solo por el hecho de ser hermosa. —¿Cuándo podremos empezar a decirle Señora?

Señor Pink hizo una mueca —todo depende del joven amo.

El centro de la ciudad en Spider miles era muy animado y había de todo. Las calles también eran limpias y ordenadas, sin embargo lo único que no se adaptaba al gusto de la mujer no era otra cosa que el clima. Al ser una ciudad portuaria había mucho comercio y donde fluía mucho dinero siempre habían todo tipo de negocios.  

Giolla miró inquieta a Corazón, ella vino para tratar de desenmascarar a Crocosmia, pero también se sentía contrariada porque tenía muchas ganas de irse de compras y en la familia nadie le cooperaba con la moda.  Por fin podía llevarse a alguien por ropa que no estaba quejándose como si fuese una tortura. —Querida, ¿Por qué viene Corazón?

La morena que estaba pendiente que no se le perdiera y se le cayera su pollito, le contestó —Oh, eso es porque tiene buen gusto— lo que era curioso porque no vestía nada favorable justo en ese momento. El sentido y gusto estético excéntrico también era un defecto genético.

La mujer de pelo extravagante se quedó sorprendida. No lo creía y su cara lo decía todo.

—Así es, mis mujeres siempre estaban fascinadas por eso. Creo que por eso se adaptó tan bien en la isla— ella estaba muy impresionada también. Al principio lo habían tratado cortésmente porque ella lo ordenó pero lentamente se gano el cariño de su palacio. 

Giolla creía que Crocosmia tenía una especie de local de cortesanas o prostitutas, en alguna isla donde ella también vivía y dirigía el negocio. Y que en dicho lugar era donde acogió a Corazón y estos se hicieron "amigos", pero que en realidad abusaba del ejecutivo. El viejo G también le dijo que este había vuelto con mucho más peso que con el que se fue, así que él no pensaba que la morena había abusado del hermano del joven amo, más bien lo había tratado muy bien. 

—Veo que estaban muy bien. 

—Claro, si me hubieran avisado que me traía al North Blue me habría preparado para venir— la miró mientras sonreía —creo que la ropa de la isla te sentaría muy bien—. Giolla se ruborizó, la voz gruesa de Montbretia se agravaba siempre que le hacia un halago.

Unas personas se quedaron evidentemente mirándola ya que solo usaba una camisa abierta, acentuada y sujeta con un cinturón y sus pies descalzos estaban cubiertos por unas vendas. Tanto la apariencia como la vestimenta de la mujer de gran porte destacaba demasiado. 

<Una tienda de calzado con botas altas> Rosinante le avisó.

—Vamos allá. Luego de los tacones tenemos que ir por ropa interior.

Se tomaron su tiempo eligiendo diferentes tacos, zapatos y botas. En esa tienda Crocosmia salió rumbo a la siguiente tienda con unos preciosos tacos verdes de piel de lagarto, mientras que Giolla y Corazón con unas botas altas hasta arriba de las rodillas, negras y rojas respectivamente. Cuando entraron a la tienda de ropa interior, Rosinante esperó afuera sentado en lo que fumaba cuidando las bolsas y cajas, allí las mujeres se tomaron su tiempo.  

Mi Emperatriz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora