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Dos buenas cosechas le habían traído esta odiosa y mísera reunión, además con esta asistencia podía garantizar su permanencia en los Shichibukai por ahora. 

Los asuntos tratados durante la reunión solo fueron cosas triviales y sin sentido para él. Lo realmente difícil fue evitar sonreír o fruncir el ceño frente a Doflamingo, su intención era evitar a toda costa causar alguna impresión sobre este, buena o mala, lo que fuese que pudiese usar para abordarlo con la escusa de la curiosidad. Sin darle motivos podría finiquitar su salida sin contratiempo y no se sentiría a salvo de su presencia hasta que estuviese de nuevo en su casino resguardado con su personal de seguridad. 

"Ignorar"; era el lema de hoy, de mañana y el día siguiente a ese. Bueno, al menos hasta que pudiese sentirse un poco en paz. 

Sacó un nuevo puro, lo preparó en medio de la reunión sin preocuparse por las miradas furtivas de los demás señores del mar. A su otro lado estaba Jimbe quién estaba tranquilo como una fuente de agua, incluso después de que Doflamingo le exigiera su puesto para poder conversar con él, el caballero del mar no se movió y le dijo: "Si quieres escoger donde sentarte, la próxima vez asegúrate de llegar temprano, niño". Oh, él sabía muy bien que eso fue echarme ají en la herida a Doffy. Y con toda seguridad era lo que haría el rubio la próxima vez, llegaría temprano y de paso también tramaría algo para devolverle el favor a Jimbe. 

Lamentablemente el asiento del frente si estaba desocupado, por lo que intentó hacer contacto visual cada vez que tuvo oportunidad. 

Disimuladamente Jimbe murmuró mientras cubrió su boca para no exponerse —lo tienes encandelado, ¿Qué le hiciste a ese joven?—. Crocodile sabía que su reputación fue una de las más infames hasta que se convirtió en un señor del mar por lo era muy probable tener esa clase de inquietud. 

—No lo conozco, aquí fue donde lo conocí— mordió entre dientes encendiendo su puro. —No me relacionó con los de su tipo. 

Jimbe no estaba del todo convencido pero le dio el beneficio de la duda. Mintiese o dijese la verdad la situación era incomoda de igual forma ya que estaban en primera fila para ver su drama. Decidió ignorarlo. 

Sir Crocodile botó una gran bocanada de humo camuflando un suspiro de cansancio y miró a Dracule este estaba con la vista metida en un punto en dirección a la pared, estaba completamente disociado de la realidad en este punto. No era una mala idea. Mirar hacía la nada y perderse sin rumbo fijo y mitigar esa insistente mirada. Una doncella se acercó sin revelar su existencia para servir una taza de té frente a él. 

—No bebo té— susurró y la mujer retiró sus manos con su taza sin hacer ruido. —Tráeme una taza de café negro muy caliente lo más hirviendo posible, grano tostado medio, proporción tres a uno de café y azúcar respectivamente. Con un doble de Whisky en el. 

Vio como la mujer empujó el carrito hasta servir todas las tazas en la mesa y luego salió por una pequeña puerta. 

El almirante aprovechó su taza de té y sorbió para humedecer su garganta, hablaban de una influencia de unos novatos cerca del territorio de Moria, el Shichibukai estaba hablando como él mismo se encargaría antes de que llegaran al nuevo mundo. 

¡Aburrido----!

Si seguían con eso iba a dormirse con los ojos abiertos. 

El olor al café lo distrajo la doncella volvió con su pedido, en cuanto lo hizo Dracule dejó de disociarse y fundirse con la universo en su cabeza. 

Miró con pena su taza de té a una temperatura poco apetecible para él, levantó la mano y llamó a la doncella para pedir que ajustaran la temperatura. Se quejó en cuanto ella se fue —si hubiese sabido que podía hacer peticiones especiales con las bebidas lo habría hecho antes. 

Mi Emperatriz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora