Después de los consejos de su hermano, iba a tomar acción y comportarse como el caballero que era.
Doflamingo llegó a casa solo a buscar la joya perfecta para su plan de seducción. Entró al almacén y comenzó a buscar sin prisa. Según Rosinante, a Montbretia le gustaban mucho las joyas, sin embargo además de los aretes ella no usaba nada en sus manos. Ese mismo detalle fue algo que pasó por alto, ya que la Emperatriz Kuja usaba gemas de todo tipo y forma en sus ropas, tirantes, cinturones y prendedores. De verdad había sido una particularidad considerable que se le escapó.
De pronto dos oficiales entraron encontrando al capitán revolviendo los cofres con joyas y oro.
Señor Pink con sus manos en los bolsillos le dio la bienvenida. —Joven amo, bienvenido. Hoy volvió a cenar.
El aludido giró la cabeza —Vengo de pasada, necesito un anillo— el problema era que un montón de sortijas se amontonaban en sus manos pero ninguna era de la talla que buscaba.
El galante hombre apagó su cigarrillo en la suela de su zapato y se agachó para ayudar. —¿De qué tipo está buscando?— Era conmovedor a sus ojos ver a su capitán enamorado y poniendo todo su esfuerzo en la conquista.
—Un anillo con gema verde— Señor Pink abrió otro cofre con gemas y buscó allí apartando todas las sortijas con dichas características. —¿Sabe la talla de anillo de la señorita?
—¡Por supuesto! ¿Por quién me tomas? Tiene que ser una talla más pequeña para que no pueda quitárselo jamás— Se largó a reír.
Le encantaba el entusiasmo de su capitán, tantas ganas por cortejar pero algo le hacía ruido en su plan de conquista que no le terminaba de convencer. —Bueno, como dicen, "el diablo está en los detalles".
Apartaron todos los anillos con peridotos, esmeraldas, jades, turmalinas, circones verdes y crisoberilos. Se dedicó a buscar entre ellos la talla adecuada mientras su subordinado salía afuera y al cabo de unos minutos volvió trayendo consigo una cajita para anillos aterciopelada. Tal cómo le dijo antes, que cuidara los detalles.
—¡Este es!— Exclamó encontrando por fin un anillo de esmeralda: la gema era grande con un buen trabajo en el corte, elevando considerablemente su valor. El anillo de oro era pesado y grueso pero aún así tenía un diseño elegante.
Señor Pink se asombró. Si él escogiese un anillo así para su esposa ella no lo usaría, las manos de su esposa eran pequeñas y delicadas. —Es un poco grande ¿No cree?
—¡Es perfecto! Montbretia es más alta que tú— reveló.
—¿Va a llevarle flores también?— Doflamingo que estaba listo para irse actuando precipitadamente otra vez, volvió tras sus pasos. Señor Pink era básicamente quien mejor experiencia tenía en esto del amor.
—Rosinante dijo que le gustan las crocosmias— él no tenía idea qué eran en primer lugar. Si no fuera por Rosi no sabría que se trataban de flores. —¿Dónde puedo encontrar de esas?
—Me parecen que son de climas más cálidos. Será difícil encontrarlas hoy.
Doflamingo guardó la cajita junto al anillo en su bolsillo y fue con los demás para cenar, retrasaría sus ansias. Siquiera antes daría indicaciones para que le consiguieran las flores.
Como un niño que estaba demasiado emocionado no logró conciliar el sueño. Una cosa que no sería tan terrible pero últimamente sus pesadillas estaban siendo muy recurrentes. Desde que se le ocurrió tratar de tomar unas esclavas Kujas, se había visto atormentado por el mismo sueño cada vez que dormía. Despertaba lleno de sudor en medio de la noche y luego volaba a la isla en el Calm belt. No le importaba la larga distancia recorrida, llegar a la isla selvática y así poder ver dormir a esa Emperatriz era toda la recompensa que necesitaba.

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Mi Emperatriz.
FanfictionBasada en la teoría de la Emperatriz Kuja que habría muerto de amor, y el pasado misterioso del implacable pirata, Sir Crocodile. Doflamingo se enamora por primera vez perdidamente de una mujer fría y meticulosa, que nunca le da chance, después de...