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— No estoy listo para esto

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— No estoy listo para esto. Menos que la primera vez. —admití. Mientras ambos estábamos sentados en la nave nodriza. Los demás estaban viendo como Milo y Meg practicaban la escena, pero nosotros estábamos a un lado... hablando.

— No lo menciones, por favor. Quiero pensar que no va a acabar tan rápido.

— Al menos Paul ya confirmó que este no va a ser, necesariamente, el final.

— No hablo de eso. Yo... me refiero a que no estoy lista para volver a LA, y que tú tengas que irte a North Carolina.

— Bebé... sabes que no va a ser por mucho tiempo. No hemos terminado de grabar todo de "Zombies 3", hay algunas cosas que tendremos que grabar en LA. Ahí nos volveremos a ver.

— Ya sé. Pero... vivir juntos hizo que me acostumbrara a verte... prácticamente todo el día.

— Si lo pones así... yo también voy a extrañar eso. Diría que repitamos lo de la primera vez, pero hemos dormido juntos desde que ambos llegamos al departamento. Voy a extrañar pelear contigo por quién hace el desayuno.

— Eres un peligro en la cocina, Pear.

— Me corté una sola vez. —dije riendo, mientras besaba su mejilla.

— Por tu "genial" broma, con Jason, jamás lo olvidaré.

— Diría que, entonces, no te dejaré tocar el arco. Pero es más probable que me vuelva a cortar, a que tú te lastimes.

— De hecho es al revés. No tengo idea de donde está mi guante, así que, si quiero practicar, es probable que lastime mis dedos. Nada como tu corte, pero sí raspones.

— Por cierto, ¿cuándo veré algo más de Kate Bishop?

— Cuando salga el trailer. —dijo encogiendose de hombros.

— ¿No me dirás nada?

— Kevin me mataría, si digo algo.

— Pero soy yo... Soy tu pera... Dime algo.

— Tenemos que ir a grabar. —dijo besando mi mejilla, antes de levantarse, y tenderme su mano.

— No. Aún no. —tiré de ella, haciendo que se sentará en mis piernas 

— Sí, ya vamos. —trató de levantarse, pero no la dejé.— Pearce...

— Dime algo. Una pequeña pista, por favor.

— ¿Si te digo algo, aunque sea pequeño, me dejarás tranquila? —asentí rápidamente.— Bien. Me van a golpear mucho. —besó mis labios, antes de irse.

— ¡Pero eso era obvio! Todos siempre terminan muy golpeados.

Ella no contestó y fue a ver a los demás. Resignado, la seguí.

 Resignado, la seguí

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Para ti - Pearce Joza y tú - (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora