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La conversación de esa tarde seguía dando vueltas en la cabeza del señor Stanley

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La conversación de esa tarde seguía dando vueltas en la cabeza del señor Stanley. Ok, tal vez esa no era la vida que él quería para su hija, pero... tampoco quería que alguien amenazara su integridad física para que trabajara con sus padres. Aunque, probablemente lo estarían haciendo para sacar información importante. Era lo más lógico para él.

Semanas antes, ya la había aceptado. Volver a ver a Kira era casi imposible, pero pasó. Y ahora estaba entre las pocas personas que sabía... lo que su hija estaba pasando. Eso lo hacía sentir responsable.

— Estuviste fuera todo el día. ¿Dónde estabas? —le preguntó su esposa en cuanto ingresó su oficina compartida.

— Ethan quería hablar conmigo.

— Ah. ¿Aún sigue con la idea de no trabajar con nosotros?

— Nada lo hará cambiar de opinión.

— Es una lástima. —dijo ella mientras terminaba de juntar algunos papeles.— ¿Estás bien? Parece que ni siquiera quieres hablar.

— Estoy cansado, pero... tengo trabajo que hacer. Solo pienso en eso.

— ¿Quieres que te ayude?

— No. Ya estuviste ocupandote de... todo, mientras yo estaba fuera. Ya me toca hacerlo y lo necesito.

— Bueno, entonces... supongo que terminaré de organizar la reunión de mañana. —dijo su esposa mientras salía de la oficina.

El hombre trató de centrarse en su trabajo, para no pensar en la situación de su hija, pero le era imposible. No se sentía cómodo dejando todo en manos de... aquel hombre. Y no iba a estar tranquilo hasta hacer algo.

No tardó más en sacar su teléfono y marcar a ese número en especifico. La razón por la que podían estar tan por delante de otras empresas. Ese... doble agente tan eficiente. Esa persona que se podía mover por ambos lados, sin levantar sospechas. ¿Podría poner en peligro esa perfecta racha, al involucrarlo en esto? Tal vez, pero, en lo que a él se refería, estaba más que seguro de que el dinero sería suficiente para mantener cerradas muchas bocas.

¿Y ese "doble agente"? Bueno, jamás dejaba una sola huella. Era un experto en despistar a la policía, pero también a personas del... bajo mundo. Eso lo hacía tan eficiente.

— Necesito que hagas algo por mí. Esto es lo más importante que te he pedido hasta el momento. ¿Qué tan rápido puedes hacerlo? —la risa irónica desde el otro lado de la línea le dio la respuesta. Todo dependería del dinero.— Cuida tus pasos, porque la policía también está involucrada en esto.

— Tú tranquilo. El día en que lleguen a mí, será porque así lo quise.

— Te pasaré toda la información que tengo en un momento.

— Siempre es un placer hacer negocios contigo.

Y en otro lugar, se daba... una conversación que le pondría "fin" a todo lo sucedido.

Para ti - Pearce Joza y tú - (II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora