17. Ayúdame

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- Entonces me estás diciendo que la amiga de Sally es la misma mujer a la que planeas hacerle la vida miserable?-

- Por tercera vez, si, pero no creas que eso me detendrá, el solo ver su presencia me hace sentir como la adrenalina sube al punto de querer hacer desaparecer hasta el último pelo de su jodida cabeza -

Me encontraba desquitando parte de mi ira con Slender que si bien, era el responsable y mayor cuidador de Sally, también era nuestro guía debido a sus experiencias anteriores y nivel de fuerza, he incluso sin contarle, él de todas formas se enteraría, así que ¿por qué no hacerlo ahora?.

- Helen, entiendo que cuando un asesino como nosotros se obsesiona con una idea, la única manera en la que se detenga es llevándola a cabo y recién ahí saciarnos, y por lo mismo no planeo meterme en esto, pero quiero que tengas claro que si le pasa algo a esa mujer y Sally se llega a enterar o peor aún, se topé con el cuerpo o la mujer muerta, te destrozaré tan lentamente y te haré comer tus propias vísceras, te queda claro? - Las últimas palabras las soltó con una voz tan fría y ronca que causó un escalofrío en mi, uno bien desagradable en realidad pero le encontraba razón, mientras la mocosa no se enterará podría seguir con lo que tenía pensado.

- Es un trato Slender, Sally no se enterará, ahora debo hacer unos encargos, siempre es un agrado vernos las caras -

- Hasta cuando harás esos chistes? Bloody puto - Ya sonaba más relajado, siempre que nos burlamos de su rostro se hace el molesto pero por algún motivo le hace gracia en el fondo...creo.

El día paso como siempre lo hacía, me mantuve gran parte del tiempo en mi habitación pensando en que ya era hora de comenzar a llevar a cabo mis intenciones, si bien era verdad que primero quería conocerla, ahora solo pienso en que estoy acabando con su vida, y es que no entiendo cómo dos personas pueden ser tan malditamente parecidas, creo que es hora de admitir lo obsesionado que estoy con esto, fácilmente podría conseguirme 10 víctimas más y olvidarme de ella, pero como dijo Slender, nada me sacará de la cabeza estas ideas de tenerla a mis pies, muerta.

Cuando ya comenzaba a anochecer decidí salir a caminar, comenzaría la pesadilla para la maldita mujer, talvez más tarde, matar a uno de sus padres estaba bien, o quizás visitarla y dejarle alguna marca tampoco estaría mal, todo dependía de que tan inspirado estuviera, ahora solo mis intenciones eran caminar cerca de la ciudad y si estaba de suerte, conseguir una víctima.

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- Ooooh vamos, no seas aguafiestas! Solo serán unos tragos y ya, lo prometo! - Laura, mi amiga y compañera de trabajo se encontraba al teléfono casi rogándome para que la acompañara a su cita doble, la cual debo destacar que la consiguió con esas aplicaciones de internet que, en mi opinión, son bastante inservibles y era más que obvio que mis ganas de ir se encontraban muy por debajo del nivel del suelo, sin agregar que hacía frío y solo quería quedarme hundida en mis tibias y cómodas sábanas junto con un balde de helado de chocolate, mi favorito.

- Laura, estás conciente de la hora en la que me avisas? Ya tenía planes -

- si tú? No me digas TN, déjame adivinar...quedarte acostada mientras te atragantas con helado y ves una película, adiviné? - maldije mentalmente su habilidad psíquica o quizás el problema era que yo soy muy predecible, no lo sé*

- Para nada!! Mis padres saldrán y querían que los acompañará - Inventé rápidamente una excusa que según yo era bastante creíble*

- TN no me mientas, prefiero que me digas que no quieres - okey, sonaba molesta y eso me hizo sentir un poco de culpa. Resignada trate de darme ánimos y decidí darle una oportunidad*.

¿Que me has hecho? - Bloody Painter-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora