35. Sueño

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Todo lo que podía observar eran árboles a mi alrededor, tan altos y grandes que se imponían sobre el cielo, mientras tanto continuaba corriendo en línea recta sin tener conciencia de que era lo que quería dejar atrás.

De pronto me encuentro frente a mi casa, lo había logrado y ahora estaba a salvo, me veo a mi misma sonriendo con lágrimas en los ojos. En seguida el ambiente vuelve a cambiar y ahora no estoy sola.

Intento distinguir a mi perseguidor pero solo resulta ser una figura borrosa, puedo sentirme intimidada porque pasa su cuchillo cerca de mi sin que pueda reaccionar. La sangre se desliza sobre mi pierna debido a una herida, la que está persona había causado. Luego lo veo alejarse y vuelvo a estar sola.

— TN! —. Lentamente comienzo a abrir los ojos, mi padre se encuentra a mi lado con su rostro angustiado.

— Papá? Qué sucede? —. Me acomodé sobre el respaldo de la cama mientras pasaba mi mano por sobre mi rostro notando el frío sudor que se mantenía insistente sobre mi piel y cabello.

— Y te atreves a preguntar! Estás bien? —. Tomó uno de mis manos preocupado.

— Si, es solo que creo que tuve un mal sueño —.

— Una pesadilla? —. Pude notar que comenzaba a relajar sus brazos. — Gracias a Dios, te escuché gritar y cuando entré pensé que algo te había ocurrido —.

— Fue muy realista, pero ya estoy bien, muchas gracias papá —. Lo abracé para evitar que siguiera así de preocupado pero estaba mintiendo, yo no estaba bien.

El sueño fue excesivamente vívido, todo lo que ocurrió lo sentí familiar, como si mi piel lo hubiese mantenido grabado. Alguien me causó está herida y no fui yo.

— No sabes cuánto me alegro de que estés bien —. Ambos sonreímos. — Te dejaré para que sigas descansando y asegúrate de tener a perezoso junto a ti —.

— Ya no soy una niña papá! —. Reí ante su comentario, perezoso era uno de los peluches que mantengo desde que tengo memoria.

— Para mi siempre lo serás y tú... —. Se dirigió al animal de felpa como si este fuera otra persona junto a nosotros. — Asegúrate de cuidar a mi pequeña y aleja a los malos sueños —.

Ambos reímos, pude notar que sus intenciones eran que yo olvidara cualquier sensación no deseada que la pesadilla hubiese ocasionado.

Recuerdo que durante mis años de infancia solía sufrir de pesadillas de manera frecuente y es por esto que mi padre me regalaba montones de peluches a los que solía llamar mis "angeles guardianes" y eran los encargados de cuidar de mi cuando él no pudiera estar cerca de mi.

— Bueno quedo a tu cuidado señor perezoso —. Lo estreché contra mis brazos y esta vez si pude dormir.

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No es asunto mío, yo no fuí él que le prometió llamar.

Observaba las manillas del reloj avanzar, ya habían transcurrido dos horas con nueve minutos y dieciseis segundos para ser exactos y no es que estuviese pendiente del tiempo, en absoluto, solo lo sabía por costumbre.

— No la llamaré porque no me incumbe y no me interesa —. Además lo más normal es que ya esté durmiendo, es imposible que espere esa llamada, no es tan idiota.

— Si lo es, definitivamente lo es —. Me contesté a mi mismo.

Será una llamada de segundos y también será lo último que haga por ella. Comencé a marcar los números que permanecían claros en mi mente, una de las virtudes de ser un asesino obsesivo artista supongo, tiendo a recordar rostros, de mis victimas por sobre todo además de lugares y números.

El número ya estaba en la pantalla, ahora solo bastaba llamar.

— Vamos Helen, ya hazlo! Eres un asesino maldita sea, puedes hacer lo que quieras —. Grité frustrado.

— Si maldita sea, demonios! —.

Voltee rápidamente hacia la puerta para saber quién era. Toby.

— Cómo entraste aqui? —. Pregunté aturdido ya que no lo escuché entrar.

— Eh por la puerta? —. Se rascó la cabeza nervioso.

— Sé que por la puerta, pero por qué estás aqui? —.

— Te venía a buscar, a pedirte ayuda para ser más exactos —.

— Acaso no tienes más amigos? —. Mi dedo seguía sobre la pantalla ansioso por llamar.

— Todos están ocupados —. Se encogió de hombros.

— Yo también lo estoy Toby —. Lo ví realizar un chequeo rápido de mi estado actual y luego añadió:

— Creo que tu novia puede esperar —.

— La novia de quién? —. Pregunté aún más irritado.

— La tuya o no es a quien vas a llamar? —.

— No es asunto tuyo, ahora sal de aquí antes que me arrepienta de ayudarte —. Novia? Cómo si yo fuera a tener sentimientos y tiempo.

— Sabía que me ayudarías! Te espero en la sala Romeo —.

— Vete a la mierda Toby —.

Es ahora o nunca pensé para luego presionar el símbolo de llamar.

Si mis manos antes tenían gotas de sudor ahora parecían estar ahogándose en él, hablé lo justo y necesario, por otro lado ella se escuchaba calmada y somnolienta, efectivamente se había dormido y yo aquí pensando que estaría esperando la llamada.

Helen? —.

— Qué? —. Contesté fingiendo que la pronunciación de mi nombre en su boca no causaba ningún impacto hacia mi persona.

— Gracias por llamar —. La amargura que segundos antes se había acumulado en mi boca desapareció y por un momento me ví sonriendole al teléfono como un imbécil pero afortunadamente recupere la compostura para despedirme y terminar la llamada.

No tienes el derecho de afectar mis conductas mujer.

Es hora de revivir al Bloody Painter, se acabó la persecusión y el juego del gato con el ratón.

Prepárate TN porque la próxima vez que nos veamos no seré tan considerado como ahora.

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— Debemos matarlos, ellos por accidente vieron está casa —.

— Eres un gran idiota Toby, acaso no paso por tu cabeza que si este lugar no ha sido encontrado por las autoridades aún es porque todos los asesinatos los cometemos lejos? —.

Había traído a un par de adolescentes inconscientes y los había mantenido atados y amordazados tras la cabaña, pero al muy imbécil se les habían escapado y ahora les había perdido el rastro —.

— Slender dijo que aún los podía sentir en los alrededores, afortunadamente el bosque es un laberinto para cualquiera que no esté acostumbrado a pasar por él —.

— El problema es que debemos encontrarlos — Contesté cansado.

— Dos cabezas son mejores que una, compañero —.

— Los encontraremos y luego me iré a dormir, tu te encargarás de matarlos —.  A decir verdad, solo quería dormir, como si no fuera peor, el clima me congelaba hasta el culo.

¿Que me has hecho? - Bloody Painter-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora