33. Sonríe

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La situación a los ojos de cualquiera no podría interpretarse cómo algo normal, una familia invitando a entrar a un potencial asesino no es en absoluto normal y Helen lo sabía sin embargo estos pensamientos llegaron directo a su cabeza mucho después de comenzar a caminar junto a TN y su madre.

— Por qué no te pones cómodo, aquí puedes estar sin abrigo —. TN estaba decidida en causar una mejor impresión.

— Si, además estamos a punto de comer, tienes que unirte a nosotras —. La madre avanzó a la cocina en dónde Sally las esperaba.

Helen se cuestionó como debería responder, ya había entrado, quizás la mejor manera de terminar con ese encuentro era actuando, su estado era tan inestable que podía permitirse cambiar el modo de su actuar y simular ser un chico normal por un tiempo.

— De acuerdo —. Respiró hondo, se encontraba de espaldas a TN pero sabía que ella seguía ahí esperando. Se quitó la chaqueta quedando con una polera manga larga negra y dejando su abrigo sobre el respaldo del sofá.

— Está bien si lo dejo aquí? —. Intentaba sonar lo menos incómodo posible.

— Eh? Ah sí, está bien —. La chica por su parte no quitaba la vista de la espalda de Otis, por alguna extraña razón no podía calmar sus nervios.

Cuando se regresó hacia ella dudó bastante en quitarse la mascarilla aunque no tenía más opciones, ya se habían visto en más de una ocasión, ella lo reconocería. Primero quitó su gorra desordenando su cabello ahora con un aspecto más alborotado y la mascarilla la dejo para el último.

Ya está, estoy jodido pensó mirando el rostro de TN.

Ella abrió los ojos de par en par, las coincidencias no eran para nada normales.

— Eres tú! —. Ya no sonreía, al contrario se mantuvo seria y confundida.

— Si soy yo supongo —. Comentó rascando su cabeza irritado.

— El tipo sin modales, ya decía yo que no era normal que te ocultes con todas esas cosas —.

— Quién se esconde? —. Avanzó hacia ella. — Hace frío afuera, por si no te habías dado cuenta —. Mintió.

— Solo hace cuenta como si no nos conociéramos —. Continuo TN igual de molesta que él.

Helen hizo una pausa y avanzó un poco más quedando a centímetros de ella y agregó:

— Pero si no me conoces —. En ningún momento separaron las miradas, al chico le fascinaba ver esos ojos intentando demostrar valentía y TN por más que lo intentaba sentía que podía ahogarse en los ojos azules de Helen. —   ... Y creo que tampoco te gustaría hacerlo —.

— Tienes razón, no quiero hacerlo y no lo haré —. Él enarcó una ceja y llevo ambas manos a los bolsillos de su pantalón mientras digería las palabras de TN, ella no sabía mentir, sus pupilas se le dilataban y Helen era conciente de esto.

— TN! Los estamos esperando —. Su madre los saco de la especie de trance en la que se encontraban los dos.

La conversación quedó a medias pero nadie quiso terminarla, al contrario se dirigieron hacia la cocina donde se encontraba la mujer y la pequeña niña.

Al momento en que el muchacho entró a la cocina la madre de TN se sorprendió bastante ya que de aspecto no tenía nada que envidiar.

— Eres muy guapo querido —. Sin una gota de vergüenza lo dijo.

— Gracias señora —. Miró de reojo a TN quien aguantaba a duras penas la risa frente al comentario de su madre. Se sintió avergonzado y apretó los puños que permanecían en sus bolsillos.

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Por mi mente me cuestioné si de verdad era un asesino y qué era lo que me impedía matar aquí mismo a esa señora. Voltee hacia esa mujer, parecía causarle bastante gracia los comentarios de su madre, mientras que Sally permanecía sentada disfrutando todo este momento. Ya me las pagaría.

— Bueno tomen asiento, vamos a comer ahora —. Tomé asiento y TN lo hizo frente a mi mientras que su madre repartía los platos con un trozo de pastel sobre cada uno.

— Dime Helen, usas cuchara o prefieres comer con las manos? —.

— Que preguntas son esas TN! —. Sonreí burlonamente ante el regaño de su madre.

— Cuchara está bien —. Se levantó y me entrego una, aproveché el momento para susurrarle — ... Y tú no quieres alcohol? —. Disfruté ver cómo el calor subía a sus mejillas e intentaba matarme con su mirada.

Luego la mujer regreso a su asiento. Si mi vista no me engañaba ella parecía caminar con dificultad, al mover la pierna derecha hacia un movimiento rápido para evitar apoyar el pie por completo en el suelo.

Recordé todo y maldije en mi mente.

— Te pasó algo? —. Pregunté sin sonar demasiado interesado. En parte sentía culpa, fui un idiota que no supo controlar la situación y estando ebrio entré a su habitación.

— Perdón? —.

— Tu pierna —. Señalé — Pareciera que algo te paso —.

— Ahora que lo dices, yo también note que no caminas muy bien hija —. La madre añadió mientras también tomaba asiento al lado de la niña que hasta ahora solo disfrutaba el gran trozo de pastel.

— No es nada, creo que me pase a llevar con alguna cosa —. O estaba mintiendo o de verdad no recordaba nada, pero no sonó convincente.

— Debió ser cuando llegaste ebria —. Soltó la madre a lo que me sorprendió y casi escupo el sorbo de café que segundos antes estaba tomando al igual que TN quien parecía demasiado avergonzada.

— Mamá! —.

— Helen está delicioso el pastel verdad?, lo hicimos todas nosotras —. De pronto Sally comenzó a hablarme, de seguro diría algo estúpido.

— Si, sabe bien —. Respondí.

— Y también huele muy bien no es cierto? —

— Si Sally, huele a pastel — volví a asentir más confundido.

— Como TN! Su chaleco también olía a pastel y galletas, recuerdas? —. Comenzó a sonreír pero sabía que detrás de esa sonrisa escondía alguna doble intención.

— No recuerdo —. Está vez lo decía enserio. Miré hacía TN quien parecía reírse del comentario de Sally. No sé si pasaron segundos o minutos en los que me quedé pasmado viendo los gestos de la mujer, las tres parecían conversar alegres mientras tanto yo ya había perdido el apetito.

Qué es lo que tienes.

Tu sonrisa.

Tus ojos.

Mi sed de sangre.

Me gustaría atribuir mi obsesión a los deseos de matar pero temo encontrar razones mas complicadas que un asesino como yo no pueda comprender.

— ...Helen —. Si dice mi nombre una vez más siento que perderé las fuerzas.

— Dime —. Tragué mis palabras.



¿Que me has hecho? - Bloody Painter-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora