45. Miau

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- Entonces me mataras ? -. Mi voz salió apenas desde mi garganta. Comencé a correr por un pasillo que no poseía final mientras que un ser abominable de blanco y negro me pisaba los talones riendo y arrastrando sus largos brazos.

- Ven aquí tn, juguemos juntos -. Su voz era en absoluto amigable, comencé a desesperarme, el oxígeno parecia no llegar a mis pulmones y no podía parar de llorar. Una de sus garras tomó mi brazo y jaló hacia atrás, el olor a sangre se hacía evidente y la herida que eso había causado formaba una horrible línea de sangre hasta mi muñeca, no pude gritar. Cuando al fin desperté las lágrimas continuaban brotando, mire a mi alrededor. Estaba en mi cama, mi habitación gracias a dios.

Al encender la lámpara del velador pude corroborar que aún seguía en mi habitación, así que lentamente pude tranquilizarme. - Un poco de azúcar me vendria bien -. Pero antes de esto debía bañarme, estaba empapada en sudor, tomé una toalla y salí de mi habitación hacia el baño.

- Debo estar perdiendo la cabeza, estás pesadillas son tan realistas que por un momento visualicé mi brazo con la misma herida que momentos antes me habían causado en el sueño, negué con la cabeza y comencé a tranquilizarme con la calidez del agua.

Volví a mi habitación para colocarme algo más cómodo y así dormir nuevamente -. Observé la ventana para verificar que aún era de noche, la ducha había relajado mi cuerpo, más no mi mente por completo, el temor regreso a mi de tan solo pensar que algún desquiciado haya vuelto a entrar pero está permanecía cerrada.

- Asustada? -. Voltee rapidamente y ahí estaba él, apoyado contra la pared, no tenía idea de cómo no lo pude notar cuando regresé del baño.

- Tú -. Hablé apenas tratando de sostener la toalla sobre mi -.

- No te emociones tanto, solo vine para buscar algo -.

- Como podría emocionarme contigo vete de aquí, asesino loco -. Intenté no levantar la voz para no preocupar a mis padres, involucrarlos era lo último que deseaba -.

- No puedo refutar ese insulto, pero no crees que está un poco repetido? -.

Lo oí reír levemente bajo esa tétrica máscara, si no fuera por ese maldito tono de voz tan antojador ya habría corrido. - No es un insulto, es lo que eres - susurré cuando lo ví caminar hacia mi. No es la primera vez que lo enfrento pero me sigue pareciendo aterrador, tenía manchas aún frescas de sangre sobre su chaqueta y el cuchillo sobresalía brillante y rojizo, quizás está vez definitivamente me mataría.

- Tienes razón, en ese caso podrías ser mi víctima, no crees que sería lo mejor -.

- Como podría, pero se que no te atreves -. Presioné fuertemente la toalla contra mi pecho haciéndome la valiente.

Lo ví ladear la cabeza, parecía divertirse con mi reacción.

- Te odio -.

Sacó su cuchillo y se acercó aún más. - Buscabas algo? -. Preguntó ignorando mis palabras. - Sin darme tiempo para responder o poder alejarme.

- Y eso que te importa a ti -. Tartamudee casi sobre su pecho. Estaba muy cerca y para mí sorpresa el aroma que desprendía mezclado con el olor de la sangre era una sensación embriagadora.

- Cuánto tiempo planeas seguir oliendo mi chaqueta? - Subió su arma hasta mi mejilla haciendo caricias con la parte no filosa. - Mi cerebro pedía a gritos que saliera corriendo pero mi cuerpo quería incluso más que solo oler, me sentía hipnotizada. Mantuve mi cuerpo erguido esperando lo peor que nunca llegó, cuando fui consciente de mi actitud volví a abrir los ojos y el ya no se encontraba, me sentí insatisfecha, podría decirse que a punto de volverme loca por querer un poco más de conversación con tal enfermizo personaje.

Recuperé el sueño diez minutos antes de que sonara el teléfono, eran tan solo las siete de la mañana y me ví obligada a tomar la llamada de mi madre.

- Tn, hija mía lo siento que te despierte, pero hoy salí tan apurada que no me di cuenta que no traía el uniforme, te molestaría traerlo? -.

-Bien, dame unos minutos para despertar y te lo llevo mamá -. Bostecé agotada por el mal dormir que he tenido estos días, luego de eso coloque mi chaquetón, un gran buzo como pantalón y los zapatos que me coloque el día anterior, mi mayor prioridad era llevarle su uniforme y poder regresar a mi tan cómoda cama para dormir. Pedí prestadas las llaves a mi padre y salí rápidamente para evitar congelarme con las temperaturas que hacían afuera.

- Gracias hija, me salvaste -.

- Con gusto mamá, ahora sí me disculpas iré a dormir otra vez -.

- Recuerdale a tu papá que debe dejar la carne descongelando -.

- Bueno, le diré de tu parte -.

- Gracias hija mía, cuídate de regreso -. Me besó la frente y entro en una de las salas de descanso en el hospital, mientras que yo regresé hacia el auto, la ciudad estaba congestionada de vehículos, en especial a altas horas de la madrugada, no podía imaginar despertar tan temprano y con este frío, verdaderamente no había mejor lugar que el calor bajo mis sábanas.

Continúan los asesinatos. Dos cuerpos fueron hallados dentro de bolsas detrás de un tiradero. Las identidades aún están en investigación, sin embargo los forenses estiman que rondaban los cincuenta y eran personas en situación de calle debido a su vestimenta y los restos de cabello. Se recomienda a las personas mantener la calma, la policía continúa en busca de los criminales y han incrementado la vigilancia durante las noches. Evite salir de noche...

Cambie la transmisión de la radio, no podía hacerme la tonta y evadir lo que estaba sucediendo, yo conocía a uno de los posibles culpables y no solo eso, lo había ayudado que era lo peor, cuando fácilmente podría estar tras las rejas y las personas asesinadas estarían vivas aún. La culpabilidad me devoraba mientras conducía pero que más podía hacer, mi vida ahora estaba en constante riesgo al igual que la de mi familia, cualquier paso en falso podría terminar de manera fatal, el tenía la capacidad de entrar sin ser percibido por nadie.

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- Come bola de pelos -.

Miau, miau, miau. Sonidos de un gato cachorro estaban a punto de delatarme. Maullaba tan fuerte y con mi presencia parecía hacerlo a propósito. Su pelaje era negro y los ojos de un azul, por su desgracia parecía bastante desnutrido y hambriento. Estaba solo entre la basura y yo no sabía que hacer con el pobre animal. Lo deje solo por un momento. Cuando regresé pensé que no estaría o bien, estaría más muerto que el que acababa de matar, pero no. Apenas puse un pie en ese sitio, la bola de pelos salió nuevamente corriendo con sus pequeñas patas hacia mi, me coloqué de rodillas y le dí de comer unos restos de pescado mezclado con leche, los cuales comió desesperado.

- Tenías mucha hambre no es así? Gato negro -. Sabía que no lo podía llevar conmigo, no está bien visto estos sentimientos, ni mucho menos los actos de caridad por parte de un asesino, no es así? -. Los ronroneos del pequeño animal me hacían entender lo agradecido que estaba por la comida, yo solo acaricie su pelaje mientras terminaba los restos. Estaba a punto de hacer algo loco, pero en esta vida el que no arriesga no gana. Tomé entre mis brazos a la bola de pelos negra para subir las ramas del árbol, abrí muy seguro de mi mismo la ventana que tan conocida era para mí e ingresé a la habitación.

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⏰ Última actualización: Jan 25 ⏰

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¿Que me has hecho? - Bloody Painter-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora