5- "Opuestos" parte 1

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TN se encontraba preparando los papeles que debía llevar hoy a la facultad de medicina en la que llevaba casi 3 años estudiando, luego de eso quedaría libre hasta mas tarde.

Por otro lado Helen despertaba con un humor de perros, anoche no había conciliado el sueño, la misma pesadilla de todos los dias lo obligaba a recordar esos dias de humillación, que a pesar ya de haberlos superado, una misera parte de si mismo aún recordaba esa sensación de ser traicionado y ser un pobre miserable. Siempre había dias en las que se sentía tan asqueado de lo que fue en algún momento que todo su odio lo dirigía hacia su persona y hoy era un día de esos.

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Me encontraba buscando el lugar que dias anteriores había marcado como posible paisaje a dibujar, no quería estar cerca de nadie por ahora, solo quería dibujar y dibujar y hundirme y pudrirme cerca de algún árbol con tal de dejar de escuchar las voces que no cesaban en mi cabeza, siempre lo mismo - Estás solo Helen. Solo en este maldito planeta - todos son unos mentirosos, todos deberían morir. Mata - pare en seco y tome otro camino desviandome del anterior

Esa voz me quemaba, me volvía loco, todo lo que quería era oler sangre, recién salida de alguien y por mi culpa. Un torrente de adrenalina me inundo, iba rumbo hacia algún callejón, lamentablemente era de día y no podía darme de rienda suelta por ahora, tal ves mas tarde, pero por ahora necesitaba de al menos una victima.

Ya cruzando el bosque pasé por unos departamentos y gire hacia donde habían los callejones por donde la gente solía ir a botar su jodida basura, me apoyé en una pared mientras esperaba, cualquiera me servia, hombre o mujer me daba igual. Nada. Ni un rastro de gente, estaba acabronado, ¿por qué nadie viene ahora?, me encontraba mas enojado que en la mañana y como traído del infierno apareció un ebrio, sonreí para mis adentros y me acerqué a él.

- qué miras? Sigue tu camino o vete con tu mamá - de su boca emanaba un hedor nauseabundo a cerveza y ron barato junto con el tufo de mil muertos, el olor de su mala higiene se expandía peor que niebla, solo me dediqué a mirarlo y seguir acercándome pese a querer vomitar.

- qué, acaso no escuchas mocoso? Te dije que te fueras. Vete! - le sonreí porque ante todo modales, no?. Proseguí a colocarme la máscara y sacar el cuchillo que tenía escondido en la parte trasera de mi pantalón, note como él cambiaba el típico tono rojizo de un viejo ebrio a uno bien palido de un muerto.

- maldito de mierda que quieres! Me equivoque ya me voy yo! - apenas volteó ví que quería echar a correr. Pobre miserable, nadie lo recordará ni llorará por aquel pedazo de carne, no pude evitar reir de su desgracia, mi adrenalina subió a mil y corrí hacia a él, no necesité más de cinco pasos y lo atrapé, tiré de su chaqueta y para un mejor agarre lo tomé de su cabello, maldito ebrio, mi mano quedo impregnada del cebo de su pelo, me enoje y con mis fuerzas lo tiré hacia atrás, cayó de cabeza tras de mi y antes de que pudiera reaccionar lo pateé en las costillas, pobre diablo, respiraba como loco tratando de que el oxigeno llegara a sus pulmones, lo pateé otra vez, pero esta vez en las pelotas, lloraba, quien era el niño de mierda ahora?

- hijo de puta déjame ir! - en mi mente sonaba una melodia bastante pegajosa, así que la comencé a silbar mientras tomaba el cuchillo y se lo insertaba en el brazo abriendome paso hasta la muñeca, luego se lo hice en el otro brazo. La sangre le salia a borbotones y me salpicaba la chaqueta.

- cabrón, déjame ir, estas loco, estas loco, déjame ir, puto , bastardo! - no paraba de llorar y gritar, si seguía así alguien lo podría escuchar y no estoy para andar escapando de nadie hoy. Sin más, le corte la garganta y el viejo se termino ahogando con su propia sangre terminando muerto con la boca abierta y los ojos desorbitados.

Limpie mi cuchillo raspandolo en el suelo y sin dejar algun indicio de mi, dí la vuelta y me fuí por donde llegue, si bien no habia sido tan entretenido como quise, las tensiones se me fueron y mi humor volvio en una medida soportable. Ahora por fin podría ir a dibujar tranquilo el paisaje que horas antes quería plasmar en mi libreta.

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Regresaba de la facultad, el papeleo me resulto rapido, solo necesitaba entregar el ensayo sobre Fisiología, varias de mis neuronas se fueron con él pero lo logré, cumplí con la fecha y con el limite mínimo de palabras por hoja, el resto de mi tarde la tendría libre, al menos hasta las 7 de la noche. los lunes, miércoles y jueves trabajaba a medio tiempo en un restaurant cerca de casa, el horario era de 7 a 11 de la noche, para mi no era tan tarde y no quedaba a mas de 15 min caminando , aparte el salario era apreciable para una universitaria, no podia quejarme, mi jefe era un amor de persona y la mayoría de mis compañeros eran agradables.

Mi padres solían trabajar a estas horas por lo que ir a mi casa significaría estar sola y la verdad no me apetecía, siempre una buena compañía es bienvenida, la soledad me incomoda, me siento vulnerable y con una tristeza aplastante.

Al final opté por caminar hacia un centro comercial cerca del lugar en el que me encontraba y comer algún helado en las plazas cercanas. Al comprar el helado no sabia que elegir, era como una cuestion de vida o muerte, siempre elegía dos, uno de chocolate y para el segundo intentaba variar y escoger alguno que no hubiera probado antes. A pesar de que me costó, me decidí a por pistacho, pagué y sali de la tienda, cerca de aquí habia una plaza a la que acudían varias familias, se escuchaban risas de pequeños corriendo de aqui para allá subiendose a los juegos del sector, sus animos eran contagiosos, la energia de un niño nunca se acaba, no pude evitar sonreir al verlos recordando cuando yo también jugaba así, claro que era más  bruta y me pasaba dando de raspones pero de que era feliz pues si.

Luego de un rato tuve que irme ya que pronto entraba a trabajar y aunque se que mi jefe no es estricto, no quería perder profesionalismo ni mucho menos aprovecharme de un ser tan lleno de amor. Llegando a casa tomé el bolso que suelo usar para llevar mi uniforme, zapatos y las cosas de siempre como mi telefono, cartera y gas pimienta, nunca esta demás, ante todo uno debe cuidarse.

Llegando me fui hacia los vestidores para colocarme el atuendo, como era mesera mi vestimenta consistía de un pantalón negro de tela ajustado arriba y suelto abajo, una camisa blanca de manga larga y un delantal gris ceniza amarrado a la cintura, por tema de higiene debía amarrarme el cabello en una coleta alta y listo, era simple pero cómodo, al menos no debia usar faldas o tacos, porque ahí si que muero. Se me daba fatal usar tacones y por comodidad agradecía que fueran pantalones y no falda.

¿Que me has hecho? - Bloody Painter-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora