Me encontraba parada frente a mi casillero en los vestidores, el horario laboral estaba llegando a su fin por ese día. Solté el ajustado nudo del delantal dejándolo entre mis manos inhalando profundamente y terminando en una lenta respiración.
- Que día el de hoy -. La sala aún estaba vacía, a lo lejos se escuchaba la ducha siendo utilizada por algunos trabajadores y el eco de mis palabras retumbar contra las paredes para luego disolverse en el aire. Me sentía agotada mentalmente y las razones de este cansancio aún eran desconocidas para mí.
— Y ahora dónde dejé mis llaves... —. Comencé a buscarlas entre los bolsillos del pantalón cuando el sonido de una llamada en mi celular causó que me pusiera en alerta hasta que pude reaccionar, el problema es que no lo encontraba entre mi vestimenta y tarde caí en cuenta que el delantal se me había resbalado de las manos para descansar en el suelo. El sonido fue reemplazado por una vibración constante que no se detuvo hasta que lo encontré.
Respondí rápidamente como solia hacerlo normalmente pero un silencio es todo lo que escuché por unos segundos, debe ser alguien equivocado pensé pero luego una voz masculina y muy grave, casi gutural se hizo escuchar al otro lado de la línea telefónica, dudé un poco en seguir contestando y hubiese cortado si no fuese por el nombre de la pequeña Sally.
— Como olvidar a esa pequeña —. Rápidamente una amplia sonrisa invadió mi rostro al recordar a la hermosa niña que conocí hace unos días, por lo que cambié mi voz a una más animada, la voz seguía dándome escalofríos pero era el padre de ella y si Sally era encantadora, él indudablemente sería también una buena persona, o así funcionaba mi lógica.
No pasó mucho tiempo hasta que pude volver a escuchar esa enérgica y dulce vocecita, el solo escucharla me animaba bastante, se podría decir que su ánimo se contagiaba.
— Te gustaría venir a mi casa —. La pequeña expresó cuánto me extrañaba y la verdad es que no paso por mi mente hasta que ella lo señaló. Yo igual la extrañaba, sentía que ella podría ser mi pequeña hermana y yo quien la protegiera, es por esto que me tomé unos segundos para pensar antes de invitarla a pasar un tiempo conmigo, quizás el padre desconfiaría de la propuesta de alguien desconocido y yo le daba la razón, pero extrañamente el no se negó siempre y cuando un tal Helen fuese el que la trajera y la llevara devuelta a su hogar, quizás podría ser el que la recogió el otro día en la plaza pensé.
— ... Está conmigo, dí hola! —. Sonreí otra vez, las ganas de pasar una tarde conmigo de verdad la animaba, me sentía conmovida así que me costó reaccionar a lo último dicho por la pequeña Sally.
— Hola Helen! —. Saludé al aire al parecer porque un largo silencio volvió a invadir la conversación.
— Es tímido —. Afirmó finalmente Sally desde la otra línea riéndose.
— A quién le llamas así? —. A lo lejos pude escuchar otra voz masculina solo que menos escalofriante, ese debía ser el tan nombrado Helen.
— No saludaste a TN, eres tímido —. La voz de Sally se seguía escuchando, y ahora se burlaba de aquel personaje, yo solté una carcajada frente a esa conversación, ponerse a la altura de esa pequeña era un tanto infantil.
— Cariño, Sally —. Llamé su atención hasta estar segura de que la había conseguido y continúe — Te parece este fin de semana? —.
— Slender, puedo ir cuando dice TN? —. Su padre tenía un nombre bastante raro, pero claro que ese comentario prefería mantenerlo para mí misma.
— Si Sally, no hay problema —. Era la voz nuevamente de su padre, si no fuese por la presencia de la niña pensaría que se encontraba hablándome desde bajo la tierra.
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¿Que me has hecho? - Bloody Painter-
FanfictionUn asesino bastante raro, una noche de lluvia, dos ventanas abiertas mostrando dos miradas curiosas, una risa varonil y una futura no tan futura victima. - Que chica tan tonta, deja de andar riendo por todo -. Muchas gracias por leer <3 🥈 #Bloody P...