Capitulo 7: Borracho.

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En la oscuridad, Madison tenía los ojos abiertos cuando los labios de Tom se posaron sobre los de ella

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En la oscuridad, Madison tenía los ojos abiertos cuando los labios de Tom se posaron sobre los de ella. Quietos, casi con torpeza. Mientras las manos de él se apoyaban a lo ancho de su espalda, sujetándola para no caer. Ella dudó no una si no varias veces antes de confiar y cerrar los ojos para dejarse llevar. Y Tom sintió su voluntad perderse, sintió la de ella desvanecerse con lentitud mientras movía sus labios sobre los de ella con tanta suavidad que el corazón se le movía impaciente de un lado al otro.

Ella retrocedió un poco y su espalda chocó contra la pared, aunque Tom amortiguó el golpe con sus manos y luego, la recargó como si se tratara de porcelana. Continuó besándola con lentitud, pero sus respiraciones estaban alteradas. El Profesor se alejó y con los ojos cerrados apoyó su frente con la de ella, levantó una mano para acariciarle el rostro. Su pulgar rozó el labio inferior de ella mientras jadeaban nerviosos.

—No puedo... — ella dijo con los ojos cerrados — no está bien...

—Lo sé — Él no se atrevía a abrir los ojos, a pesar de que no veían nada con los ojos abiertos — Me iré, solo... retrocederé y...

Madison aferró sus dedos a la gabardina de Tom en un gesto silencioso para rogarle que no se fuera a pesar de haber dicho que no estaba bien, a pesar de saber que lo que estaban haciendo no tenía futuro ni consistencia, que todo era irrelevante y nunca iba a poder suceder en realidad. Tanto ella como Tom sabían lo que estaban haciendo, pero él pensó que tal vez... si la besaba, iba a poder sacársela de la cabeza y seguir con su vida con normalidad. En cambio, ella, lo aferró a sí misma con la intención de arriesgarse a todo lo malo, porque en el fondo tenía claro que lo que sentía por él era real.

Tom le hizo cariño en las mejillas con suavidad y ella gimió en silencio ante su toque.

—Debo irme — él dijo abriendo los ojos — será mejor que olvide lo que ha pasado señorita Wilson. Lo que menos deseo es perjudicarla.

Madison se estremeció, abrió los ojos y fue como si por un segundo hubiera retomado la cordura. Soltó sus manos sobre la tela de la gabardina del profesor y las dejó caer a los lados de su cuerpo. El sintió la frialdad que transmitió el cuerpo de ella cuando lo soltó y el corazón se le apretó en un nudo.

—Yo no seré la única perjudicada si alguien se entera — ella se deslizó lejos de él y puso un pie en el escalón que la llevaba hacia su departamento, podría hablar con el conserje más tarde — será mejor que se valla, Profesor y descuide — dijo mirando sobre su hombro — nadie tiene porque enterarse. Aquí no pasó nada.

Las manos de Tom se hicieron puños a su espalda, la escuchó alejarse y cerrar la puerta allá arriba antes de que de un momento al otro la luz de emergencia de las escaleras se encendiera. Lanzó un suspiro frustrado y se maldijo una y otra vez sin cesar mientras bajaba las escaleras.

Deseó nunca haberse atrevido a besarla, porque entonces no pasó lo que creía que iba a pasar. El Profesor no podía dejar de pensar en la suavidad de los labios de ella, en como su pequeño cuerpo se ajustó al suyo mientras la abrazaba.

𝗣𝗿𝗼𝗳𝗲𝘀𝗼𝗿 𝗛 © ━ Tom Hiddleston.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora