"Hay probabilidad de que ocurran cosas inesperadas en cada segundo de nuestra frágil existencia" ⸺ 𝑷𝒂𝒖𝒍𝒐 𝑪𝒐𝒆𝒍𝒉𝒐
⚠️ESTE FANFIC CONTIENE ALGUNAS ESCENAS (+18/+19) LENGUAJE FUERTE
SI SON PERSONAS SENSIBLES TENGA LA AMABILIDAD DE PASAR DE ÉS...
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Madison
El corazón lo tenía fuera del pecho, el llanto se había convertido en silencio y el miedo estaba tiñendo cada partícula de su cuerpo convirtiéndola en una sensación moribunda cuando era obligada a arrastras sus pies hasta que alguien la sentó en lo que pareció una colcha. Sus manos fueron apresadas por esposas que le hicieron daño y los pasos que la acompañaron hasta donde sea que la hubieran llevado la abandonaron dejando un eco singular. Se abrió y se cerró una puerta. Madison apenas podía respirar con la bolsa cubriéndole la cara.
Pensaba que estaba sola, al fin iba a poder llorar su previa muerte.
Pero algo se removió a su alrededor y le quitó la bolsa de tela de la cara de un golpe. A sus ojos le costó acostumbrarse a la luz. La sombra frente a ella tomó una silla y se sentó de piernas abiertas apoyándose en el respaldo del asiento. Cuando Madison acostumbró sus ojos intentó quitar el cabello sobre su cara con los movimientos de sus hombros pero se le hizo casi imposible y esto fue hecho por el hombre frente a ella cuyos ojos, rostro y porte ya conocía con totalidad.
Al reconocerlo Madison se movió hacia atrás y se dio cuenta de que no estaba en un colchón común y corriente, de hecho ella estaba en una cama en una habitación que parecía más un garaje que un cuarto normal.
—Lamento haber hecho esto — la voz de Evans le hizo sentir escalofríos y asco, apenas si se pudo atrever a verlo a los ojos. Tenía tanto miedo que deseó haberse muerto instantáneamente de algún paro cardiaco que tener que pasar otro momento más cerca de él — aunque, la verdad es que no lo lamento. Esto iba a pasar de alguna manera u otra.
Evans se levantó de la silla de madera la hizo girar para apartarla de él y se sentó al lado de Madison al borde de la cama se acercó tanto que Madison se levantó estándose hasta cierto punto por las esposas en su mano y lo único que atinó a hacer fue a pegar su espalda en la pared. Evans agachó la cabeza y sonrió con sarcasmo mientras se levantaba para dirigirse hacia ella nuevamente. Su cuerpo aplastó el de Madison mirando por la hendidura de su escote y ella giró el rostro a un costado cuando la nariz de Evans estuvo demasiado cerca de su cuello.
—Aléjate, por favor...
—Pides imposibles — respondió Evans quitando el cabello del cuello de Madison para acercar su boca — he estado queriendo tenerte por tanto tiempo. No me supliques, porque no obtendrás nada bueno de mí.
— ¿Por... porqué haces esto? — Madison sollozó — ¿Por qué no... lo dejas en paz? ¿Qué te... que te ha hecho Tom... para que...?
— ¿Lo odie? — Evans dejó caer las manos sobre las caderas de Madison mientras ella intentaba zafarse — muchas cosas, muchas cosas preciosa — tomó el mentón de Madison y la obligó a verlo. La resistencia de Madison era sumamente débil ante la fuerza bruta de Evans y el agarre de sus dedos en su rostro le dolió cuando la giró — siempre obtuvo las cosas que yo, la chica guapa la familia perfecta, los amigos buenos. El padre presente, todo — habló Evans.