𝗣𝗿𝗼𝗳𝗲𝘀𝗼𝗿 𝗛 © ━ Tom Hiddleston.

Capítulo 15: DILF

Madison:

Oliver es simpático, tiene una chispa que te hace imposible la tarea de ignorarlo o no reír con sus bromas. Parece disfrutar hacerme reír mientras termino mi cerveza, la primera y la última. Me ha contado un poco de su vida y como llegó a conocer a Bárbara, no tienen una estrecha relación, pero, se ven de vez en cuando. No quise preguntar más porque no tenía intenciones de hablar ni de pensar en ella.

La verdad no tengo idea de cuanto es que pasa, pero mientras Oliver va al baño recuerdo que he apagado mi celular como si en realidad no fuera en eso en lo que estuviera pensando mientras Oliver me hablaba. No he podido dejar de mover mi pierna una y otra vez ante la ansiedad de no haberle contestado a Tom y empeorarlo con apagar mi celular.

Parte de mi me dice que da igual, que él obviamente no va a hacer nada al respecto. Estoy segura de que tiene cosas más importantes que hacer que estar viéndose conmigo.

De igual forma, enciendo el móvil y espero, segundos después mi pantalla se ilumina con cinco llamadas perdidas, pero ningún mensaje. Suspiro aliviada, aunque un poco decepcionada -¿Qué esperaba? ¿Qué me hiciera una escena de celos? Ha, eso solo le pasó a Anna en las sombras de Grey, solo Christian Grey fue capaz de ir por ella a un bar y llevársela muerta de ebria, por celos, porque ella era suya- Tom Hiddleston no iba a hacer una cosa como esa. La sangre británica era literalmente fría en varios aspectos, tenía de ejemplo a mi padre así que podía hacerme una idea con eso.

No sé cómo pude lidiar con tanta tranquilidad ser hija de una americana y un británico, no tengo idea como eso pudo funcionales a ellos. Mi madre se trajo a mi padre a vivir a los Estados Unidos, pero una vez ella murió papá se marchó a su casona en Londres y desde ahí... Se pudrió todo.

Suspiro y le doy el último sorbo a mi cerveza cuando vuelve Oliver con esa sonrisa contenta, se sienta entusiasmado en seguir la conversación, pero ya quiero irme, acostarme y cerrar los ojos pensando en el profesor que me tiene así de estúpida.

—¿Te pido otra? — él me pregunta, galante e insinuante.

Meneo la cabeza y guardo el móvil en mi bolso, junto con mis libros para aligerar la carga en mis manos.

—No gracias. Estoy cansada, mañana tengo clases — y de teatro querido, pensarlo hace que se me revuelva el estómago — me divertí.

Oliver hace un puchero decepcionado, pero vuelve a sonreír ilusionado.

—¿Podría volverse a repetir?

—Puede ser.

Sonreímos y posteriormente me acompaña a la salida, se ofrece a acompañarme en el camino de regreso a mi casa, pero me da un poco de pavor que sepa donde vivo y que pueda aparecer ahí para buscarme así que me niego y me despido de él para proseguir mi camino.

La oscuridad de la noche a esas horas media noche, resulta ser muy reconfortante para mí, no es que sea dark ni la oscuridad sea mi vida, pero... Siempre he crecido deseando el disimulo. El pasar desapercibido porque mis padres siempre intentaron hacerme sobresalir de los demás, sobre exigirme, hacerme estudiar una carrera que no amaba que al final, después de la muerte de mi mamá, terminé dejando y helos aquí, estudiando la carrera que amaba y aunque éste último año no está yendo para nada como lo esperaba, voy a mi ritmo y eso es una gran recompensa por tanta locura en el pasado.